Hasta hoy pensaba que leer, en un diario de economía en español, las palabras barricadas, España y conciencia de clase en una misma noticia era un imposible. Pero estaba equivocado. Expansión lo ha hecho hoy al reflexionar sobre la posibilidad de que la movilización de los trabajadores griegos sea un ejemplo a seguir por los trabajadores españoles. El artículo repasa algunos de los hechos (desempleo juvenil, precariedad, disminución gasto público, bajos salarios, alargamiento de la vida laboral, la reforma laboral al completo, etc.) que podrían ser objetivamente suficientes para que los trabajadores salieran a la calle a protestar.
El artículo me parece que da en varias claves. La primera es que no hace falta una acción coordinada desde un comienzo para que las movilizaciones se propaguen. En este sentido, movilizaciones importantes pero minoritarias pueden ser claves para prender una mecha que rápidamente se extienda. Quizá sean los funcionarios los primeros en moverse, como plantea el artículo, pues son un colectivo mucho más homogéneo y más organizado que el resto de trabajadores.
El segundo factor que me parece esencial comprender es que a pesar de la falta de organización evidente de los trabajadores (ya lo decíamos el otro día) y de, por lo tanto, la incapacidad que tienen éstos para dar respuestas coordinadas, lo que sí existe y en cantidades ingentes es mucha rabia. Una rabia no canalizada y muy poco ideologizada, pero profundamente peligrosa para las instituciones de este país.
Y la tercera cuestión clave es la estrategia que se seguirá para dar inicio a los planes de ajuste neoliberales. No es otra que el uso de la Unión Europea como válvula de escape, es decir, fingir que no se tiene margen de maniobra suficiente y que las medidas son de aplicación necesaria por la imposibilidad de plantear alternativas. Algo que los pensadores liberales más inteligentes llevan años planteando y llevando a cabo, y que sin duda está funcionando. Ya lo habíamos hablado en el libro de las pensiones, cuando citábamos un informe liberal que exponía lo siguiente:
«Su falta [de la U.E.] de tener que dar cuentas a la ciudadanía (acountability) permitiría que fuera ésta la que impusiera tales decisiones que se tomarían en contra de los deseos de los votantes existentes hoy pero a favor de los intereses de los que todavía no han nacido.»
Otros blogueros sinceros y también liberales, como Citoyen, plantean exactamente lo mismo:
«Volveremos a la vieja historia que viene siendo la regla desde hace 20 años: la UE se usa para implantar reformas impopulares pero urgentes y necesarias y la gente tendra ese absurda sensacion de “deficit democratico” porque sus gobiernos democraticos han tomado la decision democraticamente reunidos en bruselas en lugar de en solitario.»
Todo esto no hace sino confirmar lo antidemocrático de nuestro sistema económico, en el que el funcionamiento elitista de la Unión Europea se complementa con la enorme fuerza de los lobbies y con un Banco Central Europeo independiente y al servicio del capital financiero.
Así pues, personalmente tengo que decir que no me extrañaría ver barricadas en España cuando «llegue» el ajuste estructural. Pero dudo mucho que sea debido a la movilización de unos sindicatos dormidos y con un motor basado en la conciencia de clase. Más bien creo que vamos a asistir a diferentes eventos de rabia descontrolada por parte de sectores que van a visualizar la crisis de muy distintas formas. Canalizar esa rabia, a través de la difusión de ideas, debería ser el fin primordial de la izquierda. Una izquierda que no sólo se oponga a procesos regresivos, sino que proponga salidas en positivo.
Creo que cuando esto suceda,sera peor.Pues los ciudadan@s estamos dentro de una olla a presion.Y los politicos viven en el Pais de Alicia y las maravillas.Yo leo el blog Salmon que es de economia.Y es donde se dice lo que se callan los politicos.No puede ser que tiren el dinero,y los demas no tengamos una vida en condiciones.Para mi tiene que armarse una autentica revolucion a la española.Cuando el hambre apriete,la calma que es aparente saldra en forma de barricadas.Y no se va a parar tan facil.Ojala me equivoque pero no se puede oprimir y mentir al pueblo.La gente tiene miedo,pero se calla.Cuando toquen fondo tod@s las personas que estamos siendo echadas al paro,sin motivos nos echaremos a la calle
«funcionamiento elitista de la Unión Europea se complementa con la enorme fuerza de los lobbies y con un Banco Central Europeo independiente y al servicio del capital financiero.»
Creo que no has entendido la idea que intento transmitir. La gente que decide en Bruselas son gobiernos democraticos. Las decisiones en Bruselas son, al menos, tan democraticas como las nacionales, si por democratico entiendes que han sido tomadas por gente elegida democraticamente. Con el añadido de que las decisiones se toman por mayoria cualificada lo que asegura que haya un consenso y sean, de hecho, «hiperdemocraticas». El presidente del Banco es elegido por consenso de los gobiernos democraticos ¿que hay de «antidemocratico» en todo esto?
¿Cual es el problema? El problema es que los ciudadanos no vigilan a sus gobiernos cuando actuan en Bruselas. ¿Eso es algo poco democratico? Yo creo que es algo que crea un deficit de legitimidad (legitimidad= constructo social que hace que las decisiones sean percibidas como injustas). Pero no es «antidemocratico» o elitista en el sentido de que haya una falta de derecho de participar en las decisiones.
Imagina un sistema (;)) donde todas las decisiones se tomaran por deliberacion asamblearia. Pero por las razones que fuera, la gente no asistiera a las asambleas; solo los multimilitantes lo hacemos. ¿Eso es antidemocratico y elitista? Porque entonces las asambleas de partido y las reuniones de la comunidad de vecinos son antidemocraticas y elitistas que te cagas.
@ Citoyen. No, si entenderlo es fácil. Por lo tanto no se preocupe, que se le ha entendido. Otra cosa es que no cuele. En su comentario sale tanto la palabra democrático, tras democrático, y después democrático, que a base de tantos filtros, la cosa no parece demasiado representativa. Lo que el artículo parece denunciar es el vaciado ( y viciado, si se me permite la aliteración) del término
«democracia».
Pongamos, que en alguna parte del proceso de constitución de los poderes europeos aludidos (El Parlamento y el Consejo, que lo de la Comisión es un insulto a la inteligencia), en alguna ocasión, hubo un conjunto de votantes que en las elecciones legitimó de alguna manera (muy alambicada, por cierto) la presencia de estos señores, y todo ese sistema de la «gobernanza» y demás.
No obstante, que semejante entramado, tenga alguna pinta de democracia, no es el fin de la historia. Efectivamente, debe de exsitir alguna relación entre lo que se propone, gestiona, y se impone a los estados de la unión, con los intereses generales. El caso es que esos interes generales de la Unión Europea no resisten ningún análisis en torno a quién benefician realmente. Negar a quien favorecen y a quien perjudican las recetas europeas de siempre, es un acto de fé.
Claro que fé es lo que les sobra a muchos, además de recursos, control de los medios de comunicación y persuasión, y, en fin, poder de coerción y de dominación. De ahí salen esos argumentos de «no hay otra forma de hacerlo», «es eso o el caos».
Lo del ejemplo asambleario que usted pone, mire, ya lo dijo Lenin » la mejor manera de atacar una idea es llevarla a su extremo», y usted lleva al extremo cualquier alternativa en torno a una Unión Europea con procesos más transparentes, y políticas mas justas, y por que no decirlo, mas originales, porque la imaginación de esta gente si que tiene un serio déficit.
Mire que eso de «transparencia» y «accountability» son esos términos fetiches que les encantan a los liberales, claro, cuando las políticas emprendidas no les molan.
Bueno, pues las políticas en boga en materia económica, no nos molan a muchos otros, así que ¿nos prestan sus términos, tan equilibrados, tan serios y tan objetivos para expresarlo?
GRACIAS
Me temo que si los sindicatos están dormidos es porque los
trabajadores están dormidos. Sigue perviviendo una fantasía
generalizada de pertenencia a la «clase media», la gente
prefiere imaginarse que ha alcanzado cierto estatus, que son
clase media acomodada, por más que las condiciones de los
trabajadores siguen empeorando.
Además enormes capas de la sociedad tienen más mentalidad de
rentistas que de trabajadores. El envejecimiento de la
población hace que buena parte de la ciudadanía no vea su
futuro en el trabajo si no en la percepción de rentas, sea de
pensiones de jubilación o de rentas por alquiler de inmuebles
recibidos sobre todo por herencia. Junto a eso, muchos jóvenes
trabajadores en precario basan su estilo de vida en permanecer
bajo el paraguas familiar, manteniendo sus niveles de consumo
en base a no separarse de sus familias de origen y a la
renuncia a un proyecto de vida autónimo, adoptando los puntos
de vista de sus mayores confundiendo sus intereses como
trabajadores con los intereses de sus mayores como rentistas.
La sociedad española ha pasado en pocos años de ser una sociedad agropecuaria a una sociedad post-industrial consumista. Las familias españolas han vivido ese cambio como un ascenso social del que están orgullosas, por lo que no renunciarán con facilidad a esa agradable sensación de triunfo social y tardarán en asumir la sensación de fracaso social.
Por otra parte la cultura consumista hace que consideremos nuestro rol de consumidores como nuestra identidad social fundamental, no nuestro rol de trabajador, y esa cultura consumista promueve actitudes individualistas incompatibles con la organización colectiva de los trabajadores.
Mientras los trabajadores no se consideren como tales y no asuman la necesidad de actuar colectivamente para la defensa de sus intereses no hay solución posible al progresivo deterioro de sus condiciones de vida. Vemos que a pesar de lo que ya ha caido, la gente sigue prefiriendo mantener su fantasía de pertenencia a una clase media acomodada y manteniendo una ingenua esperanza de que las cosas volverán a la «normalidad», recuperando capacidad de consumo y seguridad económica.
Eso si, a lo mejor a base de palos los trabajadores nos acabamos cayendo del guindo y acabamos reaccionando, aunque por el camino muchos de nosotros ya hayan caído en la exclusión social y en el desastre personal.
@temistocles
Sólo decirte que tu análisis es impecable, detrás de todo el pesimismo antropológico de la clase trabajadora está esa incapacidad de asumir su propia condición como tal