El gobierno de Portugal ha aprobado una medida, dentro del llamado plan de austeridad, consistente en hacer trabajar media hora más a los trabajadores del sector privado. Al principio me había sorprendido porque lo habitual está siendo incrementar las horas de trabajo en el sector público, como ha hecho Esperanza Aguirre en la CCAA de Madrid o como intentó el gobierno del PSOE en Andalucía en las universidades públicas. Cuando se hace en lo público lo que se está buscando es que los trabajadores fijos asuman esas horas añadidas y así no haya que contratar (o que se deje de renovar) a aquellos trabajadores a tiempo parcial o precarios. El coste de pagar más horas a los fijos, si es que sucede, es mucho menor que el coste de pagar nuevas nóminas. Por eso es consistente con las medidas de austeridad, aunque sea una burrada (aumenta el desempleo y reduce el crecimiento económico). Pero en el caso de Portugal se ha hecho sobre el sector privado.

Según indica la prensa, se trata de una medida que busca incrementar la competitividad de la economía. Como sabemos, un país es competitivo cuando tiene capacidad para vender sus productos en el extranjero a menor precio que los productos de los países competidores. Por lo tanto, es una competición fundamentalmente vía precio. Esto significa que lo que la medida busca es reducir los precios de los productos, entendiendo para ello que el salario es el coste principal. Se deduce que bajando sueldos bajará también el precio. Pero como observamos en Portugal no se han bajado sueldos directamente, sino que se incrementa la jornada laboral. Vamos a intentar entenderlo desgranando los mecanismos que hay detrás de todo esto.

La productividad es una relación confusa que mide la relación de producción con la relación de trabajo necesario. Vamos a comenzar midiendo el trabajo en horas. Así, supongamos que hemos producido 10 camiones y hemos trabajado 2 horas. La productividad es en ese caso de 5 camiones por hora. Si incrementamos las horas de trabajo a cuatro, entonces no podemos saber a priori qué pasará con la producción. Si suponiendo que trabajando el doble podemos producir el doble, entonces en cuatro horas produciremos 20 camiones. Pero, y he aquí la cuestión, la productividad seguirá siendo de 5 camiones por hora. Habremos incrementado la producción pero no la productividad.

Otra forma de medir la productividad es midiendo el trabajo por número de trabajadores. Imaginemos que hemos producido 10 camiones teniendo 2 trabajadores. Nuestra productividad es de 5 camiones por trabajador. Si duplicamos las horas de trabajo deducimos que los trabajadores podrán producir más camiones, por ejemplo 20,  pero seguirán siendo 2 trabajadores. Por lo tanto técnicamente la productividad habrá aumentado a 10 camiones por trabajador. En este caso tenemos un incremento de la productividad (1).

Lo que he querido expresar hasta ahora es que la productividad es un concepto relativamente absurdo en economía, y con el que hay que tener mucho cuidado. A veces es más interesante mantener a buen nivel la intuición para comprenderlo y no dejarse llevar por indicadores que pueden servir para manipular. Esto ya lo expliqué con más detalle en este artículo.

La noticia nos dice que los trabajadores portugueses van a trabajar más horas por el mismo sueldo y que eso probablemente signifique mayor producción (aunque no es seguro). Si es así, y medimos la productividad por trabajador, entonces tendremos un incremento de la productividad en la economía portuguesa. Los mismos trabajadores producen más.

Ahora bien, como el objetivo es bajar los precios de los productos (para ser más competitivos) lo que tenemos que ver es cómo un incremento de la productividad se traduce en una bajada de precios. El precio de un producto es la suma de los beneficios y los costes totales. Se asume normalmente que los costes totales se miden por un indicador llamado Costes Laborales Unitarios, que expresa lo que cuesta cada trabajador a la empresa. Y aquí está la clave del asunto.

Los costes laborales unitarios es la relación entre el salario nominal y la productividad. Eso significa que como hemos dicho que los salarios se mantienen (no se suben los sueldos) y sí aumenta la productividad… entonces los costes laborales unitarios caen. El resultado: a la empresa le sale más barato cada trabajador.

Y finalmente tenemos que ver cómo se aprovecha el hecho de que cada trabajador sea más barato para la empresa. Porque como hemos dicho, el precio es la suma de los beneficios y los costes salariales. Si los costes laborales caen puede ocurrir dos cosas. La primera, que los precios bajen paralelamente a los costes. La segunda, que los precios se mantengan y lo que crezcan sean los beneficios. Y esto segundo es, como explicamos aquí, lo que ha ocurrido en las últimas décadas en España.

Así pues, lo que tenemos es simplemente una bajada de sueldo relativo o un incremento de lo que Marx llamaba la plusvalía absoluta. Es, dicho en términos más grandilocuentes, un incremento de la explotación laboral.

Y además no va a servir para nada. Y no va a servir porque probablemente los empresarios no reduzcan los precios de la misma forma que caen los salarios (no lo han hecho hasta ahora y es improbable que cambien de opinión), de modo que servirá para incrementar los beneficios empresariales y no mejorar la competitividad. Pero además es que si funcionase sería comenzar a caminar en un sentido equivocado: el de un crecimiento orientado a la exportación y basado en mano de obra barata. Por una parte tenemos la alternativa de incrementar la productividad mediante innovaciones (competitividad verdadera, como decían en la CEPAL y como expliqué aquí). Por otra parte, porque no todos los países pueden ser competitivos a la vez y eso es una carrera hacia el desastre para todos, como también vimos aquí.

Notas:

(1) Observemos que cuando hay incremento del desempleo suele incrementarse la productividad. Eso es porque normalmente se despiden a los trabajadores menos productivos, de modo que quedan menos trabajadores y los que quedan son más productivos. Es un efecto estadístico.