Dada la expectación creada por una nota anterior sobre los salarios en España, voy a dedicar esta otra a explicar en detalle el modelo básico de Bhaduri y Marglin. Este modelo base es el que se usa actualmente para determinar si una economía es wage-led o profit-led y, aunque lógicamente hay algo de matemáticas, su desarrollo general es muy simple. Otros modelos basados en éste lo han complementado y perfeccionado, pero en este caso explicaré el original publicado en la revista Cambridge Journal of Economics.

Aunque probablemente esta nota sea sólo para economistas que deseen conocer modelos, aunque sean parciales –no una teoría económica completa-, alternativa al modelo imperante, creo que es también útil para demostrar que la modelización no es sólo dominio de los neoclásicos. Y, sobre todo, demostrar que en función de los supuestos establecidos las conclusiones pueden ser radicalmente diferentes. Pero precisamente ello da pie igualmente a posibles críticas desde todas las perspectivas, y por ese motivo intentaré ser lo más claro y pedagógico posible. Por la naturaleza de la entrada lo he subido también en formato .pdf para quien lo desee trabajar con más profundidad.

Como introduje en otra nota, este modelo nace como un intento de armonizar la teoría marxista y la teoría poskeynesiana al respecto de la relación entre crecimiento económico y distribución. Según la escuela marxista en general, heredando el razonamiento de los economistas clásicos, el salario real tiene un efecto negativo sobre las ganancias de las empresas y, por lo tanto, también sobre los niveles de acumulación. Para los autores poskeynesianos, en cambio, un incremento de los salarios reales es compatible con un aumento de las ganancias empresariales y también con la tasa de ganancia.

La clave está en la consideración simultánea del salario como coste y como factor de demanda. El salario es un coste para las empresas pero también es lo que permite que la producción de éstas sea vendida, lo que permite continuar con la actividad económica.

El modelo parte de los supuestos kaleckianos. Se entiende que los trabajadores consumen todo su salario y que los capitalistas ahorran una parte de sus beneficios para invertir. Por otra parte se entiende que, al menos en el corto plazo (y este modelo es de corto plazo), la utilización de la capacidad productiva de una economía es inferior a la capacidad instalada, es decir, existen medios de producción que no se están usando. Y, finalmente, los precios no se determinan en condiciones de competencia perfecta sino a través de procedimientos cost-plus.

Llamando S al ahorro total, s a la proporción de beneficios empresariales ahorrados y R a los beneficios empresariales, tendríamos que S = sR. Si ahora desarrollamos esta identidad para incluir la participación de los beneficios en la renta (R/Y) y el grado de utilización de las capacidades productivas tenemos:

Y es la capacidad utilizada, mientras que Y(puntito) es la capacidad productiva instalada. Por lo tanto, el ahorro total depende de la proporción ahorrada por los capitalistas (s) sobre la participación de los beneficios en la renta (h) y del grado de utilización de la capacidad productiva (z).

Ahora veremos cómo se determinan los precios en el modelo. Las escuelas heterodoxas rechazan que la economía esté dirigida por mercados de competencia perfecta como aseguran las teorías neoclásicas. En su lugar, la escuela poskeynesiana considera una economía de mercados oligopólicos donde los precios no se determinan según las leyes de oferta y demanda sino a partir de un margen sobre el coste unitario. Siendo b el total de trabajo necesario por producto, y w el salario por unidad de producto, entonces el precio se determina a partir del margen m como sigue:

Entonces, tenemos que aceptar que el margen (m) por producto tiene que estar vinculado positivamente con la participación de los beneficios (h), es decir, cuanto más alto sea el margen mayor participación tendrán los beneficios en la renta –y habrá menores salarios reales (w/p)-. Esto significa que la derivada de la participación h con respecto a m tiene que ser positiva.

Lo que hemos encontrado ahora es que hay una relación conflictiva entre los beneficios y los salarios reales. A igual productividad del trabajo (la relación 1/b), un aumento de los salarios reales conllevará necesariamente un descenso de los márgenes y de la participación de los beneficios en la renta.

La inversión en este modelo depende de la capacidad utilizada (z) y de la participación de los beneficios en la renta (h) de forma positiva. Un aumento en la participación de los beneficios, al igual que un aumento en la capacidad utilizada, producirá un incremento de la inversión.

Dado que la inversión depende del ahorro tenemos que:

Esto permite mostrar la doble naturaleza de los cambios en la participación de la renta:

Como se puede ver, el resultado final variará en función de dos variables: la variación de la inversión ante variaciones en la participación de los beneficios y la variación de la inversión ante variaciones de la capacidad utilizada. Se asume que ante variaciones de la capacidad productiva el ahorro responde mejor que la inversión, de tal forma que el denominador de la fórmula precedente será siempre positivo y sólo nos interesará saber qué ocurre con el numerador.

Todo ello significa que la pendiente de la curva que relaciona z y h dependerá de si es mayor o menor que cero, es decir, si la sensibilidad de la inversión ante variaciones en la participación de los beneficios en la renta es mayor o menor que el ahorro.

Si ante un aumento de participación de los beneficios en la renta se produce que , entonces el retroceso de la demanda (debido a la pérdida de peso de los salarios) no es compensado por la mayor inversión (debida a incremento participación beneficios). En este caso se dice que estamos ante un “stagnationist regime”, o en la terminología más conocida, ante un régimen wage-led, esto es, dirigido por los salarios.

Y el caso contrario, es decir, cuando , significa exactamente lo contrario: que el aumento de la inversión sí compensa la reducción del consumo. Entonces se llama “exhilarationist regime” o régimen de tipo profit-led.

Se considera que la relación entre capitalistas y trabajadores puede variar dentro de cada régimen, y que dicha relación puede ser tanto de cooperación como de no-cooperación en función de si ambas clases salen beneficiadas o tan sólo lo hace una de ellas.

Si imaginamos una economía de tipo wage-led (stagnationist) en la que se incrementa la participación de los salarios en la renta -disminuye la de los beneficios- nos encontraremos con una situación en la que es posible que los beneficios agregados de las empresas sean también mayores. Y es que a pesar de perder beneficios por el lado del reparto entre salarios y beneficios empresariales, es posible recuperar dicha cantidad a través de nuevas ventas, es decir, de la suma de los márgenes obtenidos por producto.

En el gráfico de este tipo de régimen podemos ver dos curvas IS, cada una de las cuales representa un tipo de situación. I1S1 representa la cooperación y I2S2 la no-cooperación. La de cooperación es más elástica, lo que quiere decir que un descenso de la participación de los beneficios produce un incremento relativamente más alto de la capacidad utilizada. La situación de no-cooperación está representada por la curva I2S2, donde descensos de la participación de los beneficios apenas tienen contraprestaciones en el aumento de las ventas totales. Esta situación es equivalente a la conocida tesis marxista del profit squezee, y revela el límite de estrategia del incremento de la participación de los salarios en la renta.

Bhaduri y Marglin apuntan también algunas notas añadidas sobre esta última posibilidad. En el corto plazo, aseguran, el “aplastamiento” de los beneficios afecta desigualmente a los distintos capitalistas (unos perderán más que otros y la cohesión entre capitalistas quedará mermada). Y en el largo plazo puede ocurrir una crisis de infracumulación a través de la incapacidad de la capacidad productiva para seguir el crecimiento de la fuerza de trabajo. O lo que es lo mismo: salarios que crecen demasiado rápido pueden mermar el crecimiento de la capacidad productiva e incrementar el desempleo.

En la I3S3, es decir, la curva del régimen profit-led en la cual ambas clases salen beneficiadas, se muestra cómo el retroceso de la participación de los salarios en la renta puede ser compensado por el crecimiento de la masa salarial a través de los incrementos de los niveles de empleo. Y el problema en este régimen sería, a largo plazo, de sobreacumulación: un régimen de alto crecimiento basado en bajos salarios llevaría tarde o temprano a una situación en la cual sería imposible vender lo producido.

En todo caso, aquí se ha explicado el modelo más básico y de una economía cerrada. Existen numerosas aportaciones posteriores, algunas de los propios autores, que perfeccionan el modelo.

Artículo original del modelo: “Bhaduri, Amir y Marglin, Stephen (1990): “Unemployment and the real wage: the economic basis for contesting political ideologies”, en Cambridge Journal of Economics, nº 14, vol. 4, pp. 375-393