La Comisión Europea ha anunciado sus predicciones de enero de 2013 para los años venideros, aprovechando para revisar los datos de años anteriores. Esto nos deja la oportunidad de hacer un par de apuntes rápidos sobre cuestiones de extraordinaria relevancia.

El primero, que el anuncio reciente del presidente del Gobierno, Rajoy, de que el déficit en 2012 se situaría por debajo del 7% es falso. La Comisión Europea asegura que el nivel del déficit en 2012 se ha disparado hasta el 10,2% porque hay que tener en cuenta las ayudas a la banca. De esta forma la Comisión está diciendo que hay que seguir ahondando en los recortes y la austeridad para lograr la famosa consolidación fiscal de las finanzas públicas.

El segundo, que las medidas de austeridad no están logrando corregir el déficit. El efecto contractivo sobre la actividad que están teniendo estas políticas lleva a menores ingresos impositivos, lo que unido a la creciente cantidad de dinero que se destina a salvar la banca nos deja un empeoramiento bastante claro. Nada que no anunciara la teoría económica e incluso los propios investigadores del Fondo Monetario Internacional (ver aquí la explicación que dimos en su día).

El tercero, que el recurso a la deuda pública para compensar el déficit público, y los problemas de acceso a los mercados internacionales -con la complacencia del infame BCE-, dejan un escenario bastante horroroso. Se ha entrado en un círculo vicioso donde el pago de intereses de la deuda (un total de 38.000 millones de euros previstos en 2013) arrastra a la economía en su conjunto y funciona de palanca para desmantelar los servicios públicos. Así, según Eurostat el déficit primario descendió un 9,09% en 2011 respecto al año anterior, pero el déficit público sólo lo hizo un 3,09%. Un verdadero lastre.

El cuarto, que las estimaciones de la Comisión Europea difieren de las planteadas por los presupuestos generales del Gobierno de Rajoy. Mientras estos últimos prevén una caída del 0’5% del PIB, la Comisión considera que se caerá un 1,4%. Si los segundos tienen razón entonces el Gobierno de Rajoy realizará duros recortes a lo largo de este año para corregir la trayectoria.

El quinto, que la propuesta del Partido Socialista y de otros actores políticos acerca de pedir una relajación de los compromisos de déficit está carente de sentido. El déficit es el síntoma de un problema, no el problema en sí mismo. La cuestión no es quemarnos a fuego más lento, sino cambiar la política económica entera. En un proceso de desapalancamiento los recortes, sean rápidos o lentos, son una garantía de ineficacia y de promoción de los estallidos sociales (véase esta entrada para comprender los fundamentos del problema actual y las alternativas).

El sexto, que la Comisión Europea sigue desvariando en sus predicciones. No ha dado una en los últimos años (aunque a su favor hemos de decir que tampoco el Fondo Monetario Internacional u otros organismos). He hecho un ejercicio práctico analizando los últimos informes sobre predicciones, y este es el desolador resultado. A excepción del año 2010, suele sobrestimar la capacidad de la economía de crecer. Desde luego es el mejor ejemplo de la utilidad de los tecnócratas:

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