Seguimos con el mismo tema de los últimos días, y es que conviene aclarar algunas cuestiones que no supe explicar mejor en los anteriores post y que están generando algunas dudas, como las de @Mendigo. Creo que el tema es suficientemente interesante y útil como para que nos detengamos tranquilamente a estudiarlo. Espero que pueda explicarlo con sencillez, aunque eso no restará complejidad al asunto. Lo ideal es coger un papel y un lápiz y disponer de algo de tiempo libre. Si conseguimos seguir el argumento (¡y espero que sí!) habremos desmitificado una de las piedras angulares de la economía convencional u ortodoxa, la misma que nos invita a empobrecernos más para salir de la crisis.
Algunas de las ideas (en realidad casi todas) han sido lanzadas en los post anteriores. El objetivo ahora es reunirlas, sintetizarlas, hacerlas más comprensibles e hilarlas en un argumento que va desde abajo hacia arriba, deconstruyendo las ideas dominantes sobre lo que llamamos costes laborales unitarios y sobre la abstracta idea de la competitividad. Es un post puramente economicista, pero que invita a la reflexión sobre muchas de las ideas que quizás hemos asumido con demasiada facilidad. Es largo, pero creo que merecerá la pena.
Costes laborales unitarios
Vamos a hablar de los costes laborales unitarios, que se definen como el coste salarial medio que cuesta producir una unidad de producto. Es un indicador utilizado habitualmente para medir la competitividad de una economía, y su subida es utilizada por los liberales como un ejemplo de la necesidad de bajar los salarios como medio para ganar competitividad. Si alguna vez vemos a un liberal argumentar así lo primero que hay que hacer es preguntarle: ¿de qué tipos de coste laboral unitario estamos hablando?
Costes laborales unitarios en términos físicos
Para comprender este indicador lo mejor es partir del ejemplo más simple posible, y este no es otro que suponer que hablamos de una pequeña empresa productora de, por ejemplo, sillas. Supongamos que somos el empresario de dicha empresa y que tenemos a nuestro cargo a 10 trabajadores. A nosotros nos interesa saber qué nos están costando nuestros trabajadores, y medir si son más o menos productivos que los de la competencia. Para eso calculamos el indicador de Costes Laborales Unitarios (CLU) que es la división del salario medio entre la productividad. La productividad es la relación de producción por trabajador. Si producimos 2 sillas por trabajador se dice que se es más productivo que si se produce 1 silla por trabajador.
Supongamos, por ejemplo, que nuestros 10 trabajadores cobran en total 10.000 euros y producen entre todos 10.000 sillas. Entonces simplemente hacemos las cuentas:
CLU = (MS/L)/(Q/L),
donde MS es la masa salarial -el salario total de todos los trabajadores-, Q es la producción (las sillas) y L el número de trabajadores (1). Tenemos por lo tanto que:
CLU = (10.000/10)/(10.000 /10) = 1
Del resultado extramos simplemente que cada trabajador produce de media 1.000 sillas (esa es la productividad), cobrando cada uno 1.000 euros de media, y que en conjunto cada silla nos cuesta 1 euro en pago de salarios. Esta información nos serviría si supiéramos qué ocurre con los CLU de nuestra competencia.
Competencia y competitividad
Imaginemos que tenemos dos competidores. CLU2 son los costes laborales unitarios de una empresa que paga a sus trabajadores menos (8.000 euros en total) y CLU3 son los costes laborales unitarios de una empresa con mejor tecnología y que produce 15.000 sillas en total. Ambas empresas tienen los mismos trabajadores y se trabaja el mismo número de horas.
CLU2 = (8.000/10)/(10.000/10) = 0.8
CLU3= (10.000/10)/(15.000/10) = 0.6
Ambas empresas tienen costes laborales unitarios menores, lo que significa que por cada silla que producen pagan menos en cantidad de salarios. Una enseñanza de momento es que una empresa puede ganar competitividad bien como ha hecho la empresa 2, bajando salarios, o bien como ha hecho la empresa 3, incrementando la productividad.
La competitividad es la capacidad que tiene una empresa o economía para vender más productos que los de sus rivales, su competencia. Se da por hecho que la mayor capacidad de venta depende directa y exclusivamente de los precios (ignoramos aspectos como la calidad, por ejemplo). Así, menores precios que lo de los rivales harán que la gente nos compre a nosotros y no a ellos, y podremos hacerlos desaparecer del mercado o hacerlos entrar en quiebra. O ellos a nosotros si son quienes consiguen vender más barato.
Como pagan menos salario por unidad producida, si el precio final de la silla dependiera sólo del coste laboral la empresa 3 podría vender más barato que la empresa 2 y también que nosotros, la empresa 1. Eso le daría ventaja y la gente compraría las sillas a la empresa 3, y nosotros seríamos los que entraríamos en crisis.
Pero por supuesto los precios no sólo dependen de los costes laborales, sino que también hay que sumar el beneficio empresarial (como demostraremos más adelante). Eso significa que aunque nos cueste menos producir un producto no necesariamente bajará el precio, ya que quizás de forma paralela se de un incremento de los márgenes empresariales (el beneficio).
Costes laborales unitarios en términos monetarios
La cuestión es que no sabemos qué nos cuesta cada silla, de modo que aunque sepamos lo que pagamos por una de ella en cuestión de salarios no sacamos mucha más información. Por eso hay que pasar a medir los costes laborales unitarios en términos monetarios.
Calcular los costes laborales unitarios en términos monetarios es una tarea obligatoria para todas aquellas empresas que produzcan más de un bien o para una economía en su conjunto. Si por ejemplo ampliamos nuestro negocio y producimos tanto sillas como mesas entonces ya no tendría ningún sentido sumar el número de mesas y sillas.
Por eso los economistas nos vemos obligados a calcular en términos monetarios, lo que se consigue multiplicando el número de mesas y sillas por sus respectivos valores añadidos (se suele simplificar diciendo que se multiplica por los precios, pero en realidad el valor añadido es lo adecuado, y de paso evitamos confusiones). El valor añadido representa la diferencia entre los precios finales de los productos y los precios de los consumos intermedios, esto es, de las materias primas y otros elementos que participan en el proceso de producción.
Así, en nuestro ejemplo si el valor añadido de las sillas es de 100 euros sólo tendremos que recalcularlo todo sabiendo que a la producción de sillas (Q) habrá que multiplicarle el valor añadido unitario de las mismas (VAu).
CLUr = (MS/L)/[(Q*VAu)/L]
CLUr = (10.000/10)/[(10.000*100)/10] = 0,01
Este nuevo resultado nos indica que cada trabajador genera una renta de 100.000 euros y que dado que pagamos de media por trabajador 1.000 euros entonces gastamos 0,01 euros en salario por cada euro producido.
Esto ya sí que nos está dando información interesante. Si de cada euro producido se va 0,01 a salarios, ¿a dónde se va el resto? Pues se va a beneficios empresariales, es decir, es lo que se quedamos nosotros como empresarios. Eso es así necesariamente porque el valor añadido es la suma de la masa salarial y los beneficios empresariales, y como hemos supuesto que no suben los salarios lógicamente lo que sube son los beneficios.
Pero esta medida tiene bastantes problemas asociados. El más evidente, que la productividad deja de medirse en términos físicos y empieza a medirse en euros. Eso significa que si sube el precio de los bienes finales y no el de los bienes intermedios -es decir, el empresario busca aumentar su margen de beneficio- entonces sube la productividad (aunque el número de sillas producidas por trabajador sea el mismo). En este caso la productividad cambia de sentido y abandona su interpretación coloquial para comenzar a interpretarse como la «renta generada por cada trabajador» que en cierto grado es autónomo de la capacidad del trabajador.
De hecho y como decía @Mendigo, imaginemos que queremos ganar más y subimos los precios finales y mantenemos los salarios igual. Por ejemplo, ahora la silla pasa a incorporar el doble de valor añadido, pasa de 100 euros a 200 euros.
CLUr = (10.000/10)/[(10.000*200)/10] = 0,005
En efecto, hemos reducido los costes laborales unitarios reales de 0,01 a 0,005. Eso también significa que lo que recibe cada trabajador del total de producción nominal ha bajado. Por el contrario, lo que nos quedamos nosotros como empresarios ha aumentado.
¿Y qué nos está diciendo esto? Pues que los costes laborales unitarios medidos como Salarios nominales entre productividad nominal, es decir, los costes laborales unitarios reales, son en realidad la participación salarial de la renta. Lógico, pues sabiendo que la cantidad producida (Q) por su valor añadido unitario (VAu) es la producción nominal (Yn) tenemos que:
CLUr = (MS/L)/(Yn/L) = MS / Yn
Es decir, la parte de la renta (Yn) que se queda la masa salarial (que son los salarios totales, es decir, W*L).
Los costes laborales unitarios nominales y los costes laborales unitarios reales
Hasta ahora hemos estado hablando de los costes laborales unitarios reales (CLUr), que hemos dicho que son la participación salarial en la renta. Y los CLUr son un cociente cuyo numerador -la masa salarial- está en términos nominales y cuyo denominador -la producción- también está en términos nominales. Al estar en la misma magnitud podemos decir que tiene sentido económico.
Sin embargo, los costes laborales unitarios nominales (CLUn) se calculan dividiendo el salario medio (MS/L) entre la productividad en términos reales (Yr/L):
CLUn = (MS/L)/[(Yr/L)]
De hecho, los costes laborales unitarios nominales (CLUn) carecen de sentido económico porque se calculan a partir del cociente entre un numerador -la masa salarial- calculada en términos nominales y un denominador -la producción- calculada en términos reales. Y esto no tiene sentido económico ninguno. Y sin embargo es la medida más utilizada por los economistas convencionales. Y eso crea mucha confusión.
Si queremos transformar la ecuación anterior en términos nominales (para que tenga sentido) tenemos que sustituir Yr por la división de la producción nominal (Yn) por el precio (P):
CLUn = (MS/L)/[(Yn/P)/L]
Que desarrollando nos da:
CLUn = MS/(Yn/P) = (MS*P)/Yn = (MS/Yn)*P
Donde el primer componente (MS/Yn) es la participación salarial en la renta o también CLUr. Así pues, llegamos a una obviedad de la que podríamos haber partido desde el comienzo: los costes laborales unitarios nominales son la multiplicación de los costes laborales reales por el precio.
Pero eso nos enseña también algo. Cuando los liberales ven que suben los CLUn argumentan que los salarios suben demasiado deprisa en relación a la productividad y que eso resta competitividad a una economía. Por eso recomiendan que se bajen los salarios.
Pero como hemos visto en la ecuación en realidad los CLUn son los CLUr multiplicados por el precio, lo que significa que hay que ver ambas variables (CLUr y P) para saber a qué se debe esa subida. De hecho, los CLUn han podido subir debido a que el precio ha subido más que los CLUr y eso puede suponer que no necesariamente haya detrás una subida salarial. De hecho, lo que ha pasado en España en los últimos diez años es que los CLUn han subido pero los CLUr han bajado, lo que se explica por el crecimiento de P.
El deflactor del precio, la inflación y los problemas de la agregación
¿Pero qué es en realidad la variable P? Es una variable que sirve para medir el crecimiento de los precios y que se utiliza para deflactar otras variables, es decir, para reducir los efectos estadísticos de la subida de precios. Por ejemplo, si el PIB nominal sube de un año a otro quizás sólo sea un efecto estadístico (debido a la subida de precios) y no signifique que somos más ricos. Por eso se utiliza una variable para deflactar, normalmente el IPC o el deflactor del PIB, para corregir.
A continuación vamos a ver cómo P puede subir a través precisamente de un incremento de los márgenes de beneficio. Antes hablamos de un ejemplo en el que nosotros como empresarios decidimos subir nuestros márgenes sin subir los salarios. Lo vamos a retomar cambiando los datos. Imaginemos que para nuestro proceso productivo de producción de sillas necesitamos pagar costes intermedios (madera, clavos, máquinas, etc.) por valor de 5.000 euros, y vendemos todas nuestras sillas ya producidas por valor de 55.000 euros. Eso significa que el valor añadido es de 50.000 euros. Seguimos pagando 10.000 euros a nuestros 10 trabajadores, de modo que nuestro CLUr será:
CLUr = (10.000/10)/(50.000/10) = 0,2
Ahora queremos aumentar nuestro margen de beneficios y por eso mantendremos los salarios igual pero subiremos el precio final de las sillas. Ahora las venderemos todas por 105.000 euros. El nuevo CLUr será:
CLUr = (10.000/10)/(100.000/10) = 0,02
De momento tenemos que en esta pequeña economía han subido los precios (se han duplicado) y los salarios se han mantenido constantes, razón por la cual la participación salarial en la renta ha bajado.
Ahora vamos a ir ampliando nuestra economía. Resulta que nuestras sillas son consumos intermedios para otros empresarios que produzcan otros productos, por lo que el incremento de los precios finales incrementa sus costes intermedios. Para protegerse de esas subidas y para no perder sus propios márgenes de beneficios esos empresarios subirán los precios finales de sus propios productos. Lo harán en la misma proporción si quieren mantener sus márgenes empresariales, pero lo harán aún más si quieren ampliarlos. Siempre con los salarios constantes, por supuesto. Hemos entrado en un proceso inflacionista que eleva todos los precios como consecuencia del incremento de los márgenes empresariales (el valor agregado que se queda la empresa).
Parece que hemos dado de golpe con la caída de un mito: la subida de los precios se debe a la subida de los salarios, como se deduce de todo el discurso liberal.
Pero además encontramos otro problema en la agregación de los datos para entender una economía. En un país determinado puede haber empresas competitivas y otras que no lo sean. Puede haber empresas que suban sus márgenes empresariales (porque pueden) y otras que no lo hagan (porque no pueden), y puede haber, en definitiva, una heterogeneidad muy grande que los datos agregados no revelan.
¿Cómo ganar competitividad? ¿Es la competitividad la única vía?
Si ya hemos establecido que los costes de una empresa dependen de la relación salarios/productividad y de los márgenes empresariales, ahora queda saber cómo podemos hacer que nuestra economía sea competitiva.
Claramente tenemos tres vías: influir sobre los salarios, influir sobre la productividad e influir sobre los márgenes empresariales. Los liberales suelen concentrarse en en la primera de las variables y, en menor medida, por la segunda. A la tercera -los márgenes- no le suelen dar importancia. Veamos qué reflexiones podemos sacar de las tres vías:
En primer lugar, sobre los salarios. Bajar los salarios es empobrecer a una economía, pero no en un sentido moral -que también- sino en un sentido económico. Y esto es así porque los salarios no sólo son un coste en la actividad productiva sino que también son el elemento de demanda que permite que los productos puedan venderse. Imaginen una economía con salarios a cero y todos los trabajadores ofreciendo gratis su trabajo para que los empresarios tengan menos costes. ¿Quiénes comprarían los productos a esos empresarios? Los salarios son un componente crucial que si se deterioran hacen entrar en crisis al sistema capitalista. El modelo de Bhaduri-Marglin, que resumimos aquí y que explicamos técnicamente aquí nos permite evaluar ese doble efecto de los salarios. En España, por ejemplo, es contraproducente bajar salarios.
En segundo lugar, sobre la productividad. Su incremento es necesario pero las causas que se esconden detrás de la capacidad de incrementarlo no están del todo claras. Tampoco es fácil medir esos incrementos y el efecto que cada aspecto tiene en dichas subidas. Pero es obvio que aspectos como la educación, mejores condiciones de trabajo, horarios adecuados al ritmo humano, buen ambiente de trabajo, medios de transporte adecuados y, en definitiva, mejor calidad de vida, llevan a incrementos de productividad. Y también, por supuesto, mejoras en innovación y desarrollo que permitan introducir nuevas tecnologías y sistemas de organización empresarial que permitan producir más en el mismo tiempo. Para todo ello hace falta, lógicamente, inversiones adecuadas en gasto público.
En tercer lugar, sobre los beneficios empresariales. Los liberales no lo suelen citar porque para ellos es el elemento básico de la inversión y por lo tanto de la creación de empleo. Sin embargo la realidad demuestra que la falta de actividades rentables en la actividad productiva (¡quizás por la falta de demanda!) llevan a que esos beneficios acaben distribuyéndose entre los accionistas o dedicándose en actividades no productivas como la especulación financiera. Ello lleva a que la inversión no crezca mientras sí lo hagan los beneficios empresariales. A la vez, eso resta competitividad.
Por lo tanto una salida real a la crisis por la vía de la competitividad debería incluir una subida de salarios, incrementos de productividad y descenso de los beneficios empresariales. Eso como programa mínimo si se quiere evitar una década perdida.
Pero sin embargo hay mucho más y una cuestión aún más amplia. La competitividad es un concepto relativo que tiene eficacia siempre y cuando haya al menos dos jugadores. Se deriva de la necesidad competitiva del sistema capitalista, y eso significa que unos ganan y otros pierden. De lo cual se deduce que no todos los países pueden ser competitivos o, dicho en términos más comunes, que no todos pueden ganar. De ahí que no se entienda cómo proyectos políticos empobrecedores, como el Pacto por el Euro, recomienden incrementos de competitividad para todos los países europeos. Es naturalmente imposible desde el momento en el que las importaciones de unos países son las exportaciones de otros.
Por eso una salida a la crisis no puede ser por la vía de la competitividad, sino por la vía del fortalecimiento del mercado interno, y eso supone recuperar capacidad de demanda en los salarios y en el gasto público. Cierto es que la Unión Europea es actualmente una camisa de fuerzas, pero o cambia su percepción de la economía y camina hacia un Estado Supranacional con políticas radicalmente de izquierdas o la única salida a la crisis en los países periféricos pasará por la salida del Euro y una especie de formateo de deudas.
Anexo: De la distribución de la renta a los costes laborales unitarios nominales
Esta parte no es estrictamente necesaria, pero puede ayudar a entender por qué los costes laborales unitarios, los reales y la distribución funcional de la renta están estrechamente relacionados.
La renta nominal (Yn) es igual a la suma de la masa salarial nominal (MSn) y los beneficios empresariales nominales (EBEn).
Yn = MSn + EBEn
Que en términos reales significa que:
Y = Yn/P
Yn = Y * P
Sustituyendo en la primera ecuación tenemos que:
Y * P = MSn+ EBEn
Despejando P, que son los precios, y que es lo que queremos saber cómo se determina:
P = (MSn/Y) + (EBEn/Y)
Así pues, los precios dependen de la suma de un cociente muy extraño que divide la Masa Salarial nominal entre el PIB real y de otro cociente que hace lo propio con los beneficios empresariales. El primer componente son los llamados Costes Laborales Unitarios Nominales (CLUn). Dado que la Masa Salarial es la multiplicación del salario nominal medio (Wn) por el número de trabajadores (L) tenemos que:
P = [(Wn*L)/Y] + (EBEn/Y)
Que ligeramente fragmentado es:
P = (Wn) * (L/Y) + (EBEn/Y)
Como L/Y es la inversa de la productividad, podemos decir que la variable Z es la productividad y sustituir:
P = (Wn) * (1/Z) + (EBEn/Y)
Agregando tenemos finalmente que:
P = (Wn/Z) + EBEn/Y
Donde W/Z, es decir, el salario medio nominal entre la productividad en términos reales son los Costes Laborales Unitarios nominales (CLUn):
P = CLUn + EBEn/Y
Lo que quiere decir que el precio puede subir bien por el primer componente (coste salarial) como por el segundo (beneficios empresariales).
Dado que los liberales ponen al CLUn en el punto de mira, porque como decíamos antes intentan reducirlos para ganar competitividad, tenemos que saber que si vemos CLUn subir tenemos que tener en cuenta entonces que:
CLUn = P – EBEn/Y
Lo que significa que, como decíamos el otro día, los precios importan a la hora de ver si suben los CLUn y no sólo los salarios. Una subida del indicador CLUn no significa necesariamente que los salarios son altos sino que incluso puede ser complementaria con el hecho de que los salarios sean bajos. De hecho, lo más interesante es examinar los Costes Laboraes Unitarios reales, que son un medidor más adecuado de la competitividad medida vía salarios.
Dado que CLUn = Wn/Z
Y que la productividad en términos reales es Z=Y/L, tenemos que:
CLUn = Wn/[(Y/L)]
Como queremos tener todo en la misma magnitud convertimos la producción real en nominal (Y = Yn/P):
CLUn = [Wn]/[(Y/P)/L]
Que desarrollándolo es:
CLUn = [(Wn*L) / (Yn)]*P
Que nos recuerda que Wn * L es la Masa Salarial Nominal (MSn), de modo que:
CLUn = [MSn / Yn]*P
O, lo que es lo mismo, que los costes laborales unitarios reales, el primer componente, son ¡la participación salarial en la renta!
Notas:
(1): Dado que la Masa Salarial (MS) es la multiplicación del salario medio (W) por el número de trabajadores (L) tenemos que los CLUr pueden reformularse así:
CLUr = W/(Q/L)
Una vez más, Gracias y felicitaciones por la labor realizada.
A través de estos artículos de Economía para no economístas, nos facilitan la comprensión a aquellas personas que no disponemos de los conocimientos «técnicos», pero si del vicio de pensar y analizar las cosas que ocurren a nuestro alrededor diariamente.
Saludos,
Muchas gracias, Alberto, ahora entiendo.
El embrollo viene de la diversidad de definiciones, en concreto entre CLU nominales y reales. De ahí sale mi confusión con los precios (el deflactor).
Como nota personal: estaba pensando matricularme el próximo año en económicas. Por una parte me seduce la idea de entender cómo funciona el mundo económico (pues creo que me dará la llave para entender muchas cosas). Por otra, me temo que va a ser como entrar en un seminario, donde en vez de ciencia me van a enseñar doctrina.
Y me temo que también voy a echar de menos la elegante robustez de las ecuaciones de ingeniería. El santo cirio que podría armar un economista con las leyes de dinámica de fluidos! No faltaría una escuela que sacase un perfil alar cuadrado. Y que, contraviniendo a toda la experiencia, esa escuela perdurase en el tiempo (pero el avión seguiría sin volar).
XDDDDDDDDDDDD
Era una chorrada, disculpa.
Pues eso, gracias por tu tiempo y dedicación. De paso, hemos aprendido algo más. 😉
Se hace difícil seguir la explicación por dos causas fundamentales:
1º – la terminología es confusa, especialmente el uso de los términos «nominal» y «real», que no se sabe que quieren decir.
2º – habría que definir y poner ejemplos de lo que es cada concepto: todavía no a que se le llama Yr (productividad real)
El glosario sería:
MS: masa salarial (en euros)
L: nº de trabajadores
W: salario medio (W=MS/L) (en euros)
Q: producción (en unidades de producto)
CLU: coste laboral unitario (en euros por unidad de producto): CLU = MS/Q
P: precio por unidad de producto (en euros)
VAu: Valor añadido unitario(en euros)
VA: Valor añadido total (en euros): VA = VAu * Q, o bien VAu = VA/Q
CLUr: Costes laborales unitarios «reales» (para entendernos, los euros de coste laboral por euro de valor añadido: CLUr= MS/VA = MS/(VAu*Q)
Si te parece, a la productividad podemos llamarla ‘K’
Ku: productividad unitaria, nº de unidades de producto por trabajador
Ku=Q/L
Kr: productividad «real», valor añadido por trabajador Kr=VA/L =VAu*Q/L
y así podríamos seguir…..
…..pero no yo, no sea que meta la pata… 😉
La explicación inicial no está mal, aunque no creo que sea necesaria para proponer las tesis finales.
No estoy de acuerdo con algunas cuestiones:
Los precios no los fijan los empresarios, los fija el mercado. No puedes vender al precio que quieras sino al que puedas, lo contrario sería mezclar macro con micro. En micro el precio te viene impuesto.
En las tesis finales ya si que puedo decir que estoy en desacuerdo casi con todas. Cuando repartes el beneficio empresarial entre los accionistas ellos tienen dos opciones: gastarlo o invertirlo. Si no lo quieren gastar ni invertir, el banco lo invierte por ellos, así que solo hay esas dos opciones. Los trabajadores tienen esas dos mismas opciones. Lo gasten o lo inviertan el proceso económico vuelve a empezar.
Por cierto, los salarios tampoco los fijan los empresarios, los fija el mercado. No contratas al precio que quieres (que sería 0) sino al precio que puedes. Mismo error que en el caso de los precios, no mezclar macro y micro.
Excelente artículo,
Creo que son muy necesarias este tipo de explicaciones que permitan a cualquier persona, que quiera realizar el esfuerzo, obtener las herramientas necesarias para poder abordar un verdadero debate sobre la realidad que nos afecta a todos.
Para LIGHTBRINGER: Están muy bien tus críticas pero estoy en desacuerdo en una, asumes que toda la parte del beneficio se va en inversión o en gasto y es verdad. Pero te equivocas en pensar que toda la inversión vuelva a la economía productiva porque una gran parte va a la economía especulativa. Algunas estadísticas hablan hasta del 90%. Por lo que aumentar los beneficios no tiene, ni mucho menos, la misma repercusión sobre la demanda que aumentar los salarios. La prueba la tenemos en el último ciclo alcista donde si no hubiera sido porque un incremento del crédito ha sostenido la demanda (compensando así la bajada general en España de los salarios reales), esta hubiera caído drásticamente y porquito a poco. ¿Que ha pasado ahora? Que al desaparecer la compensación crediticia a la bajada de los salarios reales de golpe, la demanda ha caído brutalmente arrastrando a las pequeñas y medianas empresas (que son las que tienen su demanda sobre todo basada en el mercado interno) y que por cierto son las que crean el 80% del empleo en nuestro país.
Por otra parte creo que confundes el precio de mercado, que como tú bien dices viene puesto por el mercado con el precio al que tú mismo eres capaz de fabricar algo y de ese es del que está hablando Alberto y ese es el que depende de la política empresarial.
En primer lugar Alberto agradecerte estas explicaciones para no economistas
Yo igualmente que MENDIGO estaría interesado en aprender economía de una forma académica como segunda carrera. Como MENDIGO estudié Ing. Aeronáutica (presiento que fueron sus estudios por su amor por las Navier-Stokes y las comparaciones que hace) e hice mientras estaba la carrera un curso de libre configuración sobre «Pensamiento económico en perspectiva histórica» que ofrecía la UPO en una especie de Campus Andaluz Virtual. El resultado es justo el que dice MENDIGO, aquello no podía ser más doctrinario. El libro de cabecera, que los profesores usaban por cierto para copiar y pegar en los «apuntes docentes» era de la época franquista (estoy hablando de hace dos años) y había lindezas como el tema dedicado al marxismo en que su argumentación más repetida es que Marx era un borracho (literalmente) y que el marxismo solo era aplicado mediante la violencia y en países pobres, lo cual bueno los que veníamos a aprender con toda nuestra ilusión nos importaba un comino si tal autor era borracho o no…
Entonces, me uno a la duda de MEDIGO y te pediría que a los que queremos profundizar un poco más de forma académica y de forma totalmente complementaria a nuestra formación principal nos dieras consejos sobre universidades donde exista un cierto mínimo de pluralidad. He pensado en la UNED, ¿como está? Muchas gracias una vez más por todo.
Como no economista pregunto:
Dónde y como se repercuten los «gastos» por el uso y abuso de recursos naturales (léase contaminación de acuíferos, por ejemplo, y un largo etcétera…) enfermedades degenerativas por el desarrollo de determinadas actividades profesionales, estres, depresión, moobing….
¿A que cuenta de resultados irían esos costes en caso que se comtemplasen? ¿Cuantos empresas serían realmente competitivas?
Han convertido la economía en la peor de las religiones; el dios mercado emulando a Cronos, padre de Caos, sediento de sacrificios devora a sus hijos, y a su madre, Gea.
Un pequeño gazapo:
«CLUr = (10.000/10)/(100.000/10) = 0,02»
está mal. Es 0.1.
Dices que los liberales no citamos la reducción de los beneficios empresariales como método para aumentar la competitividad de una empresa en época de crisis.
Eso es porque a los inversores que financian esas empresas, no les agrada perder su dinero y por tanto lo retirarían de cualquier proyecto empresarial que pierde su credibilidad al aumentar el riesgo y disminuir el beneficio, para ponerlo en un lugar más seguro.
Por qué supones que alguien querría invertir en una empresa que incurre en más riesgo y recorta los beneficios a los accionistas? es lo que tú harías?
Cualquier empresa que aplicase tal política se vería inmediatamente sin financiación para continuar con su proyecto y con todos sus empleados en la calle.
Dices que la naturaleza competitiva del sistema capitalista hace que no todos los países puedan ser competitivos. Eso es algo completamente infundado. Las ideas redistribucionistas no te dejan ver que lo que está detrás de todo es la creación de valor nuevo en la sociedad.
Si en una isla hay dos personas. Una pesca y la otra hace casas de madera, ambos son complementarios y competitivos. Es un juego aditivo, no un juego de suma cero en el que alguien tenga que perder.
Si añadimos un tercer jugador que plante frutas, además de tener casa los tres y comer pescado, comerán fruta. Y tendrán una sociedad más rica cuantos más jugadores generadores de valor añadas.
Gracias Alberto en general por tu blog que sigo hace tiempo, pero es la primera vez que escribo. En este caso quería hacer una réplica a Fernando, que parte de una duda sobre su comentario. Si hablas de empresas, ¿porqué no las utilizas al poner el ejemplo productivo? Imagina que en tu isla, esos tres «jugadores» no son propietarios de su pesca, fruta o madera respectivos, sino que son empleados de una (o tres) empresas de las que un cuarto jugador es propietario. No es tan complicado pensar que si cada uno de los tres jugadores no recibe un salario suficiente para consumir peces, frutas y casas, habrá una crisis en la isla.
Si el cuarto jugador y propietario, en lugar de subirles el salario, decide prestarle dinero a un elvado interés durante 35 años para que así puedan consumir, el día que reciban el dinero podrán hacerlo, pero llegará un momente en que estarán ahogado por la deuda y el sistema quebrará. Nadie podrá consuumir, ni pagar sus deudas, ni el empresario recuperar su préstamo, y abogará por que venga alguien al rescate a la isla desierta. No entro a juzgar al rescatador, pero me parece que estas obviando que los beneficios (ni nada) no pueden ser infinitos, pero eso si que es riesgo, y es lo que ha pasado.
Javier, una persona es simplemente una empresa de uno. No existe diferencia.
Tú introduces el concepto de trabajo por cuenta ajena, como elemento que puede provocar una crisis si tienen un salario bajo.
El problema no es el salario que reciban, la clave está en el valor que produzcan. A nuestros tres habitantes iniciales no les preocupa si hay 10 o 100 habitantes o empresas más en la isla. Si esa población adiccional produce cosas con valor para ellos puede que hagan intercambios y si no, pues permanecerán aislados.
Si un nuevo habitante llega a la isla sin propiedades. Necesitará aportar un valor para el resto de habitantes si quiere recibir algo a cambio. Esto puede ser trabajar para otro o realizar un trabajo que no requiera propiedades y aporte valor a otras personas. Serán el resto de habitantes quienes determinen cuanto de su riqueza estan dispuestos a dar al nuevo habitante a cambio de sus servicios.
Está claro que si lo que nuestro habitante ofrece es un bien con baja demanda (como el trabajo que ofrecen los millones de parados en España) recibira una recompensa escasa, acorde con el valor adiccional que aporta al resto de la sociedad.
Con respecto al último párrafo, solo puedo decirte que el valor en la sociedad no viene dado. Si no que es generado por todos aquellos que dedican su esfuerzo a crear algo que el resto de la sociedad valora.
Fernando, lo que señalas es bastante parcial, creo que simplifica en exceso una realidad compleja. Parte del problema sí está en el salario recibido, y existen además millones de condicionantes alrededor. Ni es solo que si alguien «produce cosas con valor para ellos puede que hagan intercambios y si no, pues permanecerán aislados» sino, como bien sabes, que el precio del intercambio sea suficiente para unos y accesible para otros. Si no el intercambio no se produciría (vease el estancamiento del sector inmobiliario).
Así mismo, la oferta y demanda como también sabes están condicionadas (el sistema del estado, la acumulación o la capacidad de generar demanda mediante marketing agresivo entre otras miles, quizá por eso en India hay más móviles que retretes).
Creo que la sociedad no valora el producto ofertado por los bancos rescatados, y probablemente valora más el bien ofrecido por un artesano en paro debido a que una gran empresa puede ofrecer el mismo bien producido en serie a baja calidad y con la producción deslocalizada a un precio inferior, es decir, a un precio acorde a los salarios. Por tanto creo que los salarios y los precios son fundamentales, y que no son el resto de habitantes en exclusiva y de manera simple quienes determinan el valor.
Así mismo, existen muchos parados que ofrecen cosas más valiosas para muchos que muchos de los que tenemos trabajo. Y ahí podemos entrar en muchísimos otros ejemplos de condicionantes que obvias.
No veo que en el primer parrafo digas algo distinto a lo que yo digo. Si existe un intercambio beneficioso para ambos, se producirá. Si no, no pasa nada… cada uno con lo suyo y tan felices.
Coincido en que los bancos han sido rescatados por el estado, porque el mercado (la gente) no confiaba en ellos. Estos rescates suponen la imposición por parte del estado de sus deseos sobre lo que la gente habia decidido libremente, para sacar adelante proyectos empresariales que se habian juzgado inviables.
Si hay parados que ofrecen cosas valiosas para muchos de los que trabajan, porqué los que trabajan no les dan una parte de sus ingresos a cambio de esas cosas, y sin embargo siguen parados?
Pues porque la mayoría no cuentan con ingresos suficientes por los bajos salarios que perciben, y ya de por sí se hayan endeudados. Tú me dirán que esos salarios vienen del mercado y de la oferta y demanda laboral, pero sabes bien que no es cierto. No me vale que el empresario, si pudiese, contrataría por 0 ya que el comprador, si pudiese, compraría por 0. Si esto es así ¿porqué no vamos a una economía no monetaria?. Y la intervención del estado por tanto ¿como influye en el salario de un profesor universitario? ¿tú crees que la sociedad de manera libre, sin sistemas de protección social, pagaría su sueldo?
Quieres decir que en realidad prefieren gastar su dinero en cosas que les son más valiosas (como una casa mejor por la que se han hipotecado de por vida). Al final parece que esas cosas que les ofrecen los parados no son en realidad tan valoradas. Es todo cuestion de prioridades.
Deberías ver lo que cobran algunos profesores universitarios en los paises donde la universidad no es de titularidad pública. Ya lo creo que la sociedad paga su sueldo de manera libre. Sin embargo, es posible que no pagase el de otros muchos de los actuales funcionarios.
Por ejemplo, el de otros muchos funcionarios tampoco, como tampoco si como señalas pudiesen elegir los sueldos de muchos consejeros y directivos de las grandes empresas. Y el de los profesores universitarios en España creo que tampoco. Ten en cuenta la calidad de la formación con un 20% de desempleo… Pero sin embargo la mayoría de los profesores universitarios que defienden tesis liberales no lo hacen en universidade privadas, dejando de ganar todo ese dinero que señalas, con lo que efectivamente es cuestión de prioridades, solo que presentadas a mi entender de manera parcial y sesgada, como cuando dices que quien está ahogado por una hipoteca no valora algunos servicios: creo que difiere mucho (te planteo esto dede el principio) el valor (que tú introduces) de la posibilidad de comprarlo. Yo valoro mucho algunas cosas que no tengo dinero para pagar. Pero una vez más creo que dejas de lado en el análisis (aunque los utilices) los aspectos e influencia de la cultura, la apropiación dialéctica, la generación de necesidades, los efectos de la alienación , las subjetividades del trabajo, el poder, la organización de la sociedad, el papel de la información, la propiedad y, por supuesto, todos los aspectos cognitivos. Es muy sencillo establecer, como ya te decía, modelos simples para tratar de comoprender/explicar la realidad compleja (y de paso adaptarla a nuestra forma de ver o que nos hace sentir más cómodos)
Gracias, Alberto, por un buen trabajo.
Yo tengo mis dudas de que este enfoque nos lleve a alguna parte.
No basta con señalar que, dado un nivel de productividad, la alternativa a la «contención» salarial es la moderación de los beneficios.
Lightbtighter o, más claramente Fernando, lo indican: en el capitalismo la acumulación se mueve por la ganancia.
Cierto es que para conocer cual es la inversión productiva, hay que restar del beneficio no solo el consumo del capitalista, sino la inversión especulativa (en mercancías y, sobre todo, en productos financieros). Es decir, no toda la inversión es productiva.
Pero ello no impide que en el capitalismo si unas empresas, sectores, regiones… no reciben tanta «remuneración» -o en plata, su parte en el expolio- como otros, verán como los capitales vuelan, especialmente si, como es el caso hoy día, nadie les pone trabas, ni cupos, ni servicios de vigilancia aduanera. Precisamente, de la parte del beneficio de una empresa, sector, región… que se dedica a inversión productiva hay que analizar cual se materializará en la misma empresa, sector, región… o volará lejos hacia más dorados (nunca mejor dicho) horizontes.
Recomiendo vivamente para seguir esta cuestión sin caer en equívocos la lectura de un artículo no muy largo de Xavier Gracia: Yo no compito.
Salud
unas de las cosas mas importantes a tener en cuenta en este pais es el coste de produccion a base de energia agua impuestos locales etc y sobre todo la energia cada dia mas cara …. eso no puede ser bueno para la competitividad no????
Hokey dokey,
Si el modelo capitalista actual es el origen de los problemas («y me lo creo) modelo basado no solo en una mala distribucion de la riqueza ( ya sea en forma de salarios u otras) y que induce a un pais, sus regiones, ayuntamientos y ciudadnos (no se libra ni er tito) a endeudarse. Alberto, como economista eres un 10, pero te quiero preguntar algo que va mas alla… si como dices los «Costes laborales y distribución de la renta» estan mal repartidos y son el factor principal de todos los problemas y dentro de eso problemas la deuda…
Como podemos cancelar esa deuda eso que llaman
«Deuda odiosa, deuda execrable o deuda ilegítima»
yo no he vivido en mi vida por encima de mis posibilidades, nunca nunca nunca ( y como yo millones se ciudadanos de esta dictadura economica).
Como podemos cancelar esa deuda como pais sin represarias??
Muchas gracias.
Espero que algun dia puedas ser el de presidente del gobierno. de este pais. El primer presidente de la democracia.lol
PS: seria posible que los post o articulos que pones el la web pudiesen bajarse en formato PDF (especialmente los de introducion a la economia).
Muy bueno la entrada,pero creo que se puede simplificar simplemente si vamos de lo particular a lo general. El PIB de lo que yo recuerdo, tiene tres vías para su cálculo, una de ellas es la de la renta. De ahí surge la paradoja, los costes salariales se pueden reducir hasta llegar a la esclavitud, o al comunismo y eso no significa que tenga que descender ni la producción (en unidades) ni el PIB en moneda (que se puede corregir vía inflación, tipo de interés etc, más aún si el Estado se dedica a exportar y tiene capacidad para reajustar el valor de su moneda en un entorno rígido de pugnas monetarias entre grandes monopolios (fallos de mercado) productivos. También hay que entender como importación rentable y exportación asimétrica la que se da en las des-localizaciones y fuga de empresas a paraísos productivo. La economía pugna entre dos mercados, el cerrado y el abierto, también entre dos modelos de sociedad la opresora y limitativa de derechos y la que pretende el bienestar de hombre. El problema está en la calidad de vida de los que tienen que soportar esos ajustes. ¿Podemos producir tan barato como China?, la respuesta es sí, los costes se pueden abaratar, pero hay que estar dispuestos a asumir que un tercero tendrá que comprar lo que producimos ya que nosotros no podremos. Los números lo pueden todo, la pugna entre el asalariado y el patrón es asimétrica porque la estructura y organización del Estado moderno como tal , lleva implícito la imposibilidad de que se produzca un cambio en la concepción del propio Estado. Hablemos de los factores de producción. Si todos, absolutamente todos fuésemos nuestra propia empresa (el ideal liberal-anarquista), el trabajo (único factor activo) se convertiría de facto en un medio real de producción, pero mientras se pueda especular con él, los otros factores (pasivos) tierra y capital servirán para ajustar y crear expectativas económicas que apacigüen la inestabilidad que surge de las diferencias sociales, apelando al egoísmo del ser humano y a la búsqueda de beneficio personal a corto plazo, en detrimento de las generaciones futuras. Si no nos ponemos de acuerdo pues una guerra y a otra cosa mariposa, que mientras haya moneda fiduciaria habrá guerra y pugna social.
Seria interesante hacer el planteamiendo también de forma vectorial.
Saludos.