Para muchos, incluso entre la izquierda, el uso de la palabra neoliberalismo debería cesar por ser inapropiado. Según esta visión, el neoliberalismo es un concepto más ideológico que teórico, y sobre todo más político que económico. No es útil y tiene más de panfletario que de riguroso. A pesar de esa renuencia explícita por tantos, se trata, sin embargo, de un término ampliamente extendido y aceptado por incluso bastantes de quienes lo critican.
Sin negar que se ha convertido en un lugar común en el discurso de los militantes de izquierdas, formando parte demasiadas veces de discursos realmente vagos y ciertamente con poca base teórica, el concepto es para mí plenamente válido y adecuado. Eso es lo que trataré de hacer ver en este post, cuyo objetivo es, por lo tanto, reivindicar el uso del neoliberalismo como concepto e instrumento de análisis en economía.
Neoliberalismo como ideología y como configuración económica
Para la mayoría de los economistas críticos y las corrientes de pensamiento económico alternativo la crisis estructural de los años setenta marcó el inicio de una nueva etapa que se ha convenido en llamar neoliberal. Hablamos entonces de un cambio en la configuración de la economía capitalista, que desde el final de la segunda guerra mundial y hasta los años setenta había estado gestionada a partir de un ideario obtenido de las enseñanzas de Keynes. Esa etapa del capitalismo, apellidada dorada entre otras cosas por la inexistencia de crisis graves y por responder a un círculo virtuoso de crecimiento de salarios y crecimiento económico, entró en crisis y abrió la puerta a una nueva forma de comprender la sociedad.
El neoliberalismo es evidentemente una ideología, con un proyecto más o menos definido de cómo tiene que ser la sociedad, y sus bases pueden encontrarse en F. Hayek o M. Friedman. Pero el neoliberalismo es también la configuración resultante de aplicar un determinado tipo de políticas, las que fueron inspiradas por aquella ideología. El capitalismo no se articula siempre de la misma forma y sus instituciones cambian (las relaciones entre capital-trabajo, entre Estado-trabajo y otras…) bien como respuesta a su propia dinámica (como se suele postular desde la teoría marxista) o bien como resultado de políticas concretas (como afirman los teóricos poskeynesianos).
Desde la teoría económica marxista puede explicarse el neoliberalismo a partir de la óptica de clases, como el proyecto de las clases más ricas para recuperar unos espacios de poder político y económico que perdieron tras la segunda guerra mundial. Desde otros enfoques, complementarios en todo caso, el neoliberalismo es un nuevo régimen de acumulación (teoría regulacionista) o una nueva estructura social de acumulación (teóricos de la escuela radical). Hay diferencias al respecto de qué llevó al surgimiento del neoliberalismo como nueva forma de configuración capitalista y sobre su estabilidad a medio o largo plazo, pero no hay disensiones importantes a la hora de definir como tal una etapa muy bien caracterizada.
Caracterización del neoliberalismo
El neoliberalismo se impuso primero en Estados Unidos y en Reino Unido (aunque se experimentó previamente en el Chile de Pinochet), y su aplicación es muy distinta entre los países del mundo. No obstante, el patrón es el mismo y los efectos más similares que diferentes. Esa es la razón por la cual analizar el neoliberalismo estadounidense es especialmente útil, por ser la forma canónica del proyecto, para comprender esta nueva configuración. Para D. Kotz (2008), el neoliberalismo estadounidense tiene una serie de nueve características principales.
1. La desregulación del comercio y las finanzas, tanto en su nivel nacional como internacional.
2. La privatización de muchos servicios otrora brindados por el Estado.
3. La cesión por parte del Estado de su compromiso de regular activamente las condiciones macroeconómicas, especialmente en lo referente al empleo.
4. Brusca reducción en el gasto social.
5. Reducción de los impuestos aplicados a las empresas y familias.
6. Ataques desde el gobierno y las empresas a los sindicatos, desplazando el poder a favor del capital y debilitando la capacidad de negociación de los trabajadores.
7. Proliferación de los trabajos temporales sobre los trabajos fijos.
8. Competición desenfrenada entre las grandes empresas, en relación a un entorno menos agresivo propio de la configuración de posguerra.
9. Introducción de principios de mercado dentro de las grandes empresas, particularmente en lo referente a las remuneraciones de los trabajadores de más poder.
Esta caracterización es, como puede intuirse, adecuada para describir los desarrollos recientes en prácticamente todo el mundo capitalista, a pesar de que está pensada para la economía de Estados Unidos. Y es la combinación de estas características la que da lugar a una serie de efectos que el propio D. Kotz (2008) enumera también: creciente desigualdad, incremento de la importancia del sector financiero y sucesión de grandes burbujas de activos.
La creciente desigualdad
La creciente desigualdad es resultado de varios desarrollos. Por una parte, de la desregulación de sectores como el transporte y la comunicación y los consecuentes descensos salariales que allí tuvieron lugar. Por otra parte, la desregulación internacional de los flujos de capital acetuó la competencia entre países y presionó los salarios a la baja. La transferencia de trabajos desde el sector público hacia el sector privado también presionó los salarios a la baja en muchos casos. El cambio de objetivos de política monetaria (concentrándose en la inflación más que en el pleno empleo), y la naturalización del desempleo, condujo a una mayor tasa de parados y a lo que Marx denominó «ejército industrial de reserva», empujando también los salarios a la baja. La reducción de los impuestos redujo la capacidad redistributiva del Estado, el cual además redujo los programas sociales cuyos beneficiarios eran generalmente los más necesitados. Los cambios en el mercado laboral, con los sindicatos golpeados por el Estado y las grandes empresas y con la proliferación de contratos basura, agudizó el deterioro de la capacidad de negociación de los trabajadores, algo que finalmente se tradujo en menores salarios. Finalmente, la mercantilización del interior de las grandes empresas presionó al alza los salarios de los grandes ejecutivos, mientras los salarios de los trabajadores más de base se mantuvieron estancados o en retroceso.
Aunque en este blog hemos visto evidencia empírica de algunos de estos efectos, que además son fácilmente perceptibles en los países desarrollados, Kotz señala algunos datos de importancia al respecto. Así, la producción por hora creció mucho más rápido (un 1’91% entre 1979 y 2007) que las ganancias de los trabajadores no supervisores (-0’04% para el mismo período). Incluso teniendo en cuenta a todos los trabajadores, la productividad creció por encima de los salarios (1’9% frente a 1’1%), lo que refleja un desplazamiento del excedente desde el trabajo hacia el capital. Algo que se verifica al comprobar que la tasa de crecimiento de los beneficios fue de un 4’6% entre 1979-2007 frente a una tasa de crecimiento de los salarios de un 2’0% para el mismo período. Finalmente, la desigualdad personal también se agudizó en todo este tiempo, ya que el 5% de los hogares más ricos tenía un 15’3% de la renta en 1979 y un 20’9% de la misma en 2007, mientras el 20% de los hogares más pobres tenían un 5’5% de la renta en 1979 y un 4% en 2007. Para más inri, el 0’01% de las familias más ricas recibía un 5% de la renta en 2005, un pico no alcanzado desde 1929.
Incremento de la importancia del sector financiero
Producto de la desregulación financiera, de la competición desenfrenada y de la mercantilización del interior de las grandes empresas llevaría a un nuevo contexto económico donde las finanzas ganarían importancia sobre la economía real. Se ha hablado de financiarización de la economía para describir este fenómeno que incluye la proliferación de nuevos mercados financieros (especialmente el de derivados) y de nuevos productos (CDOs, CDS, etc.) y agentes financieros (fondos de inversión colectiva, por ejemplo), a la vez que tanto hogares como sobre todo familias han quedado subsumidos por la lógica financiera cortoplacista.
Los altos empleados, cuya remuneración está vinculada al valor accionarial, se han preocupado más por incrementar los valores de las empresas en bolsa que por la actividad real de la empresa y su permanencia a medio y largo plazo. A su vez, la banca se ha transformado, cambiando progresivamente su actividad desde la recepción de depósitos hacia los negocios con derivados y hacia las comisiones, y el endeudamiento de hogares y empresas se ha convertido en un instrumento propulsor de la demanda agregada.
En general, la lógica cortoplacista (espoleada por la competencia) ha llevado a las corporaciones tanto financieras como no financieras a asumir prácticas mucho más arriesgadas y más rentables, desligándose de sus funciones propias en el capitalismo. Aunque la literatura al respecto es muy amplia y documentada, Kotz apunta brevemente que el porcentaje de beneficios de las instituciones financieras en el total de instituciones era de un 21’1% en 1979 y alcanzó el 41’2% en 2002, en pleno auge de la burbuja de internet.
Las burbujas de activos
Como resultado de los dos desarrollos anteriores, las burbujas de activos han encontrado un caldo de cultivo espectacular. El crecimiento de los beneficios sobre los salarios, la concentración del ingreso en familias ricas, la reunión de flujos de capital ociosos (en fondos de inversión, fondos de pensiones, hedge funds, etc.) ha llevado a promover burbujas en todas partes. Hay que recordar que este capital financiero responde con mayor radicalidad a la lógica de la rentabilidad (el ciclo corto marxista D-D’, es decir, dinero para obtener dinero) sin preocuparse por la economía subyacente y de la cual en última instancia depende. La desregulación financiera abrió el campo para que todo este dinero, gestionado por empresas que responden ante sus accionistas, se concentrara en diversos mercados, creando burbujas, en busca de rentabilidad.
Como veremos en futuros posts, pero como es fácil intuir, estas burbujas han posibilitado un endeudamiento creciente que ha permitido al capitalismo neoliberal funcionar más allá de los propios límites que impone la economía, pues ha permitido que el consumo pueda mantenerse a pesar de que los salarios se han estancado o han incluso retrocedido. Eso significa que la crisis financiera está profundamente enraizada en la desigualdad inherente al capitalismo neoliberal.
Conclusión
En este blog hemos hablado mucho, y hablaremos aún más, de neoliberalismo y financiarización, pero también de desigualdad y clases sociales. En realidad, son todos conceptos que me parecen especialmente útiles para comprender la sociedad actual, y particularmente las causas de la crisis financiera y económica que vivimos y -previsiblemente- viviremos. No cabe duda de que son todos fenómenos muy interrelacionados, y que deben estudiarse con cuidado por la gran cantidad de variables que median entre unos y otros. Las diferentes corrientes de pensamiento económico alternativo (poskeynesianos, radicales, regulacionistas, marxistas, etc.) nos brindan la oportunidad de sacar enseñanzas que en su mayor parte pueden integrarse en una explicación coherente y cierta.
A mi entender el uso del concepto neoliberalismo está plenamente justificado, tanto en su concepción ideológica como en su concepción económica. No importa que otros lo usen con otro propósito, menos descriptivo y más político, pues ambos usos son perfectamente legítimos. La economía no es un compartimento estanco de la política, sino parte necesaria de ella y los economistas tenemos, en mi opinión, un doble papel por cumplir. El de describir (más bien revelar) la realidad que nos rodea y el de concienciar a una población a la que se le ha privado de las herramientas fundamentales para saber cómo quieren organizarse como sociedad.
Razonable. Aunque no es totalmente conforme.
La economía no tiene nada que ver con la política. Igual que la religión tampoco.
La economía tiene que ver desde que surgieron las ideologías económicas (socialismo, hablando pronto y claro) y su revolución y genocidios a principios del siglo XX.
Desde un punto de vista científico tendría que ver más la Religión con la política (aclaro que soy ateo) que la Economía.
Lo que pasa es que en la Economía está la pasta. Los bienes y servicios. El sueño humano desde el origen de los tiempo: vivir tocándose los huevos.
Y para quien tiene el poder político es muy tentador alargar el brazo en forma de decretazos y coger lo que le dé la gana.
La libertad económica, como la libertad de expresión, son asuntos autónomos y totalmente ajenos al poder político. Cuando lo descolonicen estos hijos de puta, empezaremos a ver la panorámica completa.
Alberto, ¿qué diferencia(s) ideológica(s) existe entre la escuela marxista y la radical?
Marcos, no puede ser ajeno a la política porque en el momento en que el dinero manda se va al garete la democracia (entiéndase «manda» como «tener privilegios, estar por encima de la ley, aunque más que por encima, tener la capacidad de hacer la ley»).
Los «mercados» no pueden decidir quién se va al paro y quién trabaja, quién se muere de hambre y quién no, qué país se desarrolla y cuál se hunde.
Si la economía no influyera en el bienestar (y supervivencia) de la gente, que sea todo lo ajena a la política que quiera, pero ese no es el caso.
Gracias, Alberto, por tu interesante e instructivo blog y por esta clarificadora entrada.
Saludos
Para un marxista ,y judio, a tenor de tus apellidos, como tu ,Alberto las ultimas propuestas que se han oido en USA de proceder a auditar la FED, supongo seran muy loables, aunque personalmente seria artidario de eliminar esta institucion privada que es realmente quien crea el dinero.Dinero ficticio totalmente y que es pura fiducia.
Saludos cordiales.
aunque se repita una y mil veces que el Neoliberalismo es el causante de la situación actual, (económica la más obvia, pero también social y política) todas y cada una de ellas son necesarias, nada que ell@s no hayan hecho ¿no?
Para finalizar me ha dejado un poco perpleja el comentario de Jeckyl, bien, más que comentario puntualización a cerca de un supuesto origen judío del articulista, o soy muy corta o no pillo el interés del dato…
Muy bueno y sintético el post. Yo también intenté escribir algo sobre esto hace ya unos meses:
http://alterglobalizacion.wordpress.com/2008/12/15/%C2%BFque-es-el-neoliberalismo/
Tu entrada es más sistemática. Me gusta. Te voy a citar en la mía para enriquecer lo que ya dije.
Un saludo cordial, compañero.
Lo de que la economía y la religión no tienen nada que ver con la política es ilustrativo del grado de ignorancia al que se ha llegado. ¿cómo es posible afirmar eso seriamente en l marco de un debate que se pretende serio?
Estamos camino de la barvarie, literalmente.
Marcos, si la economia no es política ¿que es política? y viceversa, querer separar ambos conceptos es un imposible lógico. No existe un estadío económico inmaculado, todas las economías vienen determinadas por la subjetividad y todas las subjetividades son determinadas por las economías, es una relación dialectica. Sería muy interesante recuperar el debate marxista sobre quién determina a quién y las diferentes escuelas que las defendieron. Pero no conozco una economía «pura», nada más que la que defienden los liberales capitalitas y que no deja de ser la más «impura» e intervencionistas de las economías.
Excelente artículo, yo soy estudiante de economía y me encanta la Economía Política y la Macroeconomía.
Es absolutamente cierto lo que dices, dado que va mas allá de una mera opinión ya que son hechos comprobables.
Que valioso que haya gente informando con la verdad y no con las tonterías imperialistas de los grandes medios de comunicación que son defensores de la ortodoxia económica actual, tan anticientífica y falsa.
.I. 😛
Wo0o que buena información me sirvio de mucho jejejeje GRACIAS *-*
Me gusta más llamarlo con nombre y apellido Capitalismo Neoliberal, como aparece una vez en este informe. Neoliberalismo solo parece que no fuera Capitalismo. Y entonces correspondería analizar el Capitalismo, su organización, sus fines y su influencia política, económica y su poder en las decisiones de Estado, y sus efectos sociales.
Me resulta interesante con pocos tiempo que tengo para dejar un comentario al lector y al autor de esta pagina. Mi Punto de vista es muy individual y personal, nada para creer o aceptar sino reflexionar, pensar.
Yo pienso que el capitalismo es más dinamica que el socialismo y, por lo cual teníamos el liberalismo, neoliberalismo y hoy el Postliberalismo, entre comillas la globalización o regionalización. Los conceptos economico-politicos suelen definir consignas historicas y culturales de como evolua la sociedad con las situaciones en que viven. Recuerdense uno de las causas del fracaso que ha conocido el capitalismo era la sobre producción, desigualdad y el socialismos era el vacio de fundo publico eliminación del sector empresarial.
Es posible recaudar un gasto salarial con menos impuestos y más trabajo o empleo=más sirculación de capital. antomizar, enfocar y intervenir sobre los problemas a corto y mediano plazo. No creo que hayan encontrado un sistema politico economico idear para responder a las necesidades de toda la sociedad. Pero con renovación de los sistemas podran encontrar una tendencia más equitativa. Por eso, no vengan con el mismo criterio del liberalismo para definir el neo o el postliberalismo estan apunto de buscar alternativa para evitar que un día se terminara el capital y morira de hambre el mundo. No se trata de buscar el bien colectivo pero si un acercamiento de bienes y servicios para que se entiendan que la relación debe ser entre vendedor/comprador no donador/receptor
Muy buena investigación…..