Es tal la arrogancia del Partido Popular, que traspasa todas las fronteras de lo que le permite moralmente la mayoría absoluta de la que disfruta, que esta mañana en la intervención del Congreso ha decidido no responder a mi intervención en el turno de contra. El turno de contra es un turno que utiliza el principal partido de la oposición en cada proceso de convalidación de decretos. Permite al grupo mayoritario de la oposición establecer una crítica al decreto, tras lo cual el ministro aludido responde y tras ello de nuevo le sigue otro turno de réplica. En los dos últimos decretos convalidados el principal grupo de la oposición fue el PSOE, que votó en contra de ambos decretos. En este nuevo decreto, de reforma del sistema financiero, el PSOE y CIU -que tienen más escaños que nosotros- han votado a favor del PP. Ello nos ha llevado a ser el grupo mayoritario de la oposición.

Disponía yo de quince minutos para intervenir en nombre de IU. Tras ello esperaba la respuesta del ministro de economía, para poder completar mi discurso y responderle en el turno de réplica. Pero él decidió, sin dudarlo, que no respondería a nuestro grupo parlamentario. Una falta de respeto democrático de la que se ha hecho eco ya Público.es y que ha sido comentada por Juan Torres López en su blog.

Creo que además de estrategia política -al PP no le interesa darnos espacio, un espacio que el PSOE ha abandonado temporalmente- es una muestra de cobardía. Cobardía porque tenía todo el derecho a saber qué opinaba el ministro de las críticas de nuestro grupo parlamentario. Críticas serenas, oportunas y muy respetuosas. Os adjunto el texto de mi intervención, para que vosotros mismos podáis comprobar qué puede esconderse tras la actitud antidemocrática del ministro de economía.

Texto íntegro de la réplica del portavoz económico de IU en el Congreso, Alberto Garzón, al ministro de Economía y Competitividad antes de la votación en contra de los 11 diputado/as de IU, ICV-EUiA, CHA al Decreto-Ley de Saneamiento del Sector Financiero 

Gracias, señor presidente. Gracias, ministro De Guindos, por la explicación del decreto de convalidación que vamos a votar hoy. Se ha presentado este decreto en diferentes foros como el ‘decreto del continuismo’, continuismo con las políticas del Partido Socialista durante el Gobierno anterior, continuismo con las ayudas a los bancos que es, en última instancia, lo significa este decreto.

Estoy de acuerdo en que este es un decreto de continuismo con la política anterior; sin embargo, no creo que eso tenga que ser motivo de alegría, porque llevamos ya más de cuatro años de crisis, la mayoría intentando reformar el sistema financiero para corregir sus distorsiones, y ese continuismo, esas políticas no han servido para solucionar los problemas de la economía española, por tanto, no hay que felicitarse por que esta sea una reforma de continuismo, que lo es. Es verdad, es un continuismo de las políticas anteriores, y no hay que beneficiarse ni felicitarse por ello.

En esta reforma, señor De Guindos, se han presentado como objetivos supuestamente teóricos corregir los problemas de crédito, la falta de fluidez del crédito a la economía real y acabar con la desconfianza en los activos financieros de la banca. Es notorio que la mayor parte de los economistas que están evaluando esta reforma consideran que estos objetivos no se van a cumplir. No se va a cumplir la reactivación del crédito ni acabar con la desconfianza que reina sobre el sistema financiero español. Sin embargo, el señor De Guindos no es de los que dan puntada sin hilo, por lo tanto, algún objetivo real tiene que tener esta reforma, un objetivo que sí funciona, un objetivo que va a servir de verdad; es el objetivo de facilitarles a los bancos acceder a los recursos económicos y humanos de las cajas de ahorros, es decir, ponerle la puntilla final a las cajas de ahorros cuando se procedió a privatizar progresivamente los recursos de las mismas. 

Venía diciendo que el objetivo real de este decreto es definitivamente hacerse con las cajas de ahorros, terminar el proceso de privatización; el objetivo real es ayudar a la Banca, a los grandes bancos e incrementar la concentración que existe en el sistema financiero español. Ese es el objetivo real y ese sí va a funcionar. Sin embargo, los que han dicho que iban a ser los objetivos teóricos, esos no lo son, esos son simplemente señuelos. 

Este proceso de incrementar la concentración de los bancos tiene también grandes pérdidas. Hablamos de pérdida de empleo, de todos los empleados que van a ser despedidos en  los procesos de fusiones; procesos que va a tener la ayuda pública del FROB; procesos que vamos a pagar con nuestro dinero, con el dinero de todos los españoles; procesos que van a destruir trabajo y que van a hacer recaer sobre los empleados de las cajas de ahorros, sobre los empleados de las entidades financieras la responsabilidad de una pésima gestión en las cajas y en los bancos. Sobre ellos ya está recayendo, de hecho, la frustración razonable de la gente cabreada por las estafas bancarias, por los abusos financieros. Todos esos empleados son los que, a nivel de la calle, tienen que responder ante la frustración de la gente; incluso, desgraciadamente, tenemos ya casos de suicidios entre los empleados de las cajas de ahorros. Precisamente este es uno de los sectores, el de los empleados de las cajas de ahorros, que va a sufrir este proceso que vamos a pagar entre todos con dinero público, con esos 6.000 millones que van a incrementar el FROB.

También tenemos un efecto perjudicial más, que las cajas de ahorros van a verse absorbidas por los grandes bancos y se va a distorsionar su función. Las cajas de ahorros tienen una función de conexión íntima con el territorio, de financiamiento de las economías más locales, más territoriales; los grandes bancos tienen intereses radicalmente distintos, ellos especulan en los mercados financieros internacionales, ellos tienen un modelo de negocio orientado más hacia lo internacional que hacia lo local; así que vamos a ver cómo la economía local se va a ver retirada de un instrumento tan poderoso como debían haber sido las cajas de ahorros.

Además, tenemos el coste de oportunidad del dinero público que se va a dedicar al FROB, porque esos 6.000 millones de euros que se van a dedicar a añadirse al FROB se podrían haber dedicado en cualquier otra razón, por ejemplo, a fomentar la innovación en nuestro país porque, paradójicamente, mientras hablamos de un cambio de modelo productivo, de la necesidad de cambiar ese modelo productivo de la especulación, ayudamos con 6.000 millones en esta reforma a los procesos de concentración bancaria y, a la vez, hacemos un recorte de 600 millones en innovación y ciencia. Es radicalmente una aberración. 

Uno de los planteamientos del señor De Guindos es que se va a reactivar el crédito; dice el señor De Guindos que aumentando las provisiones en realidad no les estamos ayudando. Es cierto, simplemente estamos obligándoles a incrementar las provisiones. Pero esta medida no es ni suficiente, porque ya sabemos que los activos tóxicos son por más de 200.000 millones de euros y esta provisión sólo es de 50.000 millones, ni tampoco es nada nuevo. Desde el año 2008 los bancos han provisionado ya 100.000 millones de euros, luego esta reforma, este incremento de las provisiones no es ni  suficiente ni nuevo. Además, nos hemos enterando en los últimos días que la mitad de las provisiones serán meros ajustes contables, las entidades han reconocido que simplemente será un cambio en la forma de llevar su contabilidad, no hay un cambio fundamental en el flujo del crédito.

Otra cuestión, la enorme paradoja que representa que cómo le podemos pedir a los bancos que den crédito cuando les estamos obligando a detraer recursos para hacer provisiones, y si esos recursos estaban ahí, ¿por qué no prestaban ya?, ¿por qué no estaban prestando antes, cuando tenían esos recursos que ahora les pedimos sirvan para provisiones? Además, los grandes bancos ya tienen acceso a los mercados como el Banco Central Europeo, liquidez muy barata que les permite  tener barra libre para el acceso a la financiación. Si no fluye el crédito no es solo por lo que estamos hablando de activos tóxicos, es sencillamente porque hay un problema en la economía real, un problema con el marco financiero regulatorio y con el incremento de la desigualdad que estamos sufriendo; en definitiva, si los bancos no están dando créditos es porque la economía real no lo está absorbiendo, no lo está demandando y no lo está permitiendo. 

Esta reforma, este decreto, no va a permitir que fluya el crédito. No lo va a conseguir. No lo va a conseguir por las razones ya esgrimidas, pero hay una cuestión fundamental: el meollo de este decreto financiero aparte de la concentración bancaria es hablar de los activos tóxicos. En esta reforma se habla de los activos tóxicos y de la necesidad de sanear el sistema financiero, pero no se está hablando de la responsabilidad de esos activos tóxicos que tenemos que pagar ahora todos, que ya hemos pagado con creces en los años anteriores. ¿Quiénes son los responsables de que se haya generado tanta basura financiera en nuestro entramado y en nuestra economía?

Esta mañana, señor De Guindos, el Grupo Mixto y nuestro grupo hemos presentado una petición de Comisión de investigación para que esta Cámara investigue las causas de la crisis financiera, para que investigue a los responsables, a los reguladores, a las entidades financieras, a todas las entidades que tienen que ver con la burbuja inmobiliaria. Se hizo en Estados Unidos y salió relativamente bien. Esperamos que esta Cámara apruebe esa Comisión de investigación para reflejar quiénes son los culpables y los causantes de esta crisis y exigir responsabilidades, porque todavía en este país, a diferencia de Suecia en los años noventa; a diferencia de Nueva Zelanda, actualmente, o de Islandia, en este país ningún culpable ha pasado por la cárcel todavía, ningún regulador se ha hecho responsable de la dejación y de la negligencia que supone haber dejado crecer todos los activos tóxicos.

Y mientras esto sucedía, el gobernador del Banco de España, cuya función era supervisar que esta economía fuera bien, la estabilidad financiera, prefería atacar continuamente a los sindicatos, prefería hablar continuamente de moderación salarial, prefería hablar de todo aquello que no le incumbía, mientras su casa se estaba convirtiendo en un campo de minas que nos ha estallado en la cara a todos los españoles y que estamos pagando nosotros. Esa es la realidad.

El señor De Guindos lo ha dicho muy bien: hemos tenido un modelo de crecimiento basado en el endeudamiento. Un modelo de crecimiento que ha permitido que los bancos hagan millonarios beneficios durante los años de burbuja inmobiliaria, mientras los salarios permanecían estancados o en términos reales o incluso caían. Esa es la realidad, y el endeudamiento ha llevado a que hoy nuestra economía está endeudada por un 355 por ciento del PIB, del producto interior bruto, sin embargo, tenemos que desagregar quiénes han sido los responsables de ese endeudamiento, quiénes son los que más se han endeudado. Es muy sencillo. Los hogares han incrementado los últimos 10 años su exposición al crédito en un 37 por ciento del PIB, un 37 los hogares; las entidades no financieras, un 60 por ciento del PIB y el Estado, un 1.

El Estado ha incrementado su endeudamiento un 1 por ciento respecto del PIB en los últimos 10 años. ¿Y qué tenemos? Tenemos una reforma laboral para atacar a los hogares, para empobrecerlos; tenemos una reforma fiscal para empobrecer al Estado y para hacer recaer los problemas sobre el gasto público, la inversión pública y sobre quienes no han tenido esa responsabilidad, y tenemos una reforma financiera, esta aquí presente, que lo que hace es ayudar a los bancos. Esta reforma es una ayuda a los grandes bancos y no resuelve los problemas de la economía real, por lo tanto, esta crisis tiene culpables y responsables y hay alternativas. Esta reforma se plantea, insisto, con un objetivo muy claro, que es ayudar a los grandes bancos en ese proceso de fusión y que va a tener consecuencias a medio plazo. Sabemos, a lo largo de esta crisis, que a las entidades demasiado grandes no se les deja caer; se les rescata con dinero público. Lo estamos viendo en los últimos años en todo el mundo. Lo que estamos consiguiendo con esta reforma es que cada vez haya menos entidades y cada vez sean más grandes. Así que no nos sorprenda si dentro de unos años, cuando caigan estas grandes entidades, estos monstruos que vamos crear con este decreto-ley tengamos que rescatarlos con nuestro dinero. Nos lamentamos ahora, nos lamentaremos después, pero el problema está hoy y el problema se convalida en esta sesión. 

Hay que hablar de por qué no fluye el crédito. El crédito no fluye porque hay incentivos financieros que permiten que a un banco le salga más rentable especular en los mercados financieros que prestar a las empresas o a los hogares. Eso es así porque no se han querido hacer ni acometer reformas ni regulación financiera. Incluso ahora vamos al revés; hoy han vuelto a activar la especulación con las ventas a corto en nuestro país, en nuestra economía. Además, tenemos que hablar de la realidad: la gente no está pidiendo prestado porque la gente se está desapalancando y las empresas también; están devolviendo deudas, están empobreciéndose; y en la medida en que se están empobreciendo por los recortes, por la moderación salarial, por el desempleo no van a volver a pedir prestado porque su preocupación ahora mismo es otra.

Señor De Guindos, usted sabe perfectamente que los activos tóxicos van a seguir creciendo. Da igual cuánto provisiones, pero en un momento de recesión, en un momento de falta de demanda los activos tóxicos van a seguir creciendo en las entidades financieras. El 73 por ciento de los activos bancarios son propiedad, están vinculados a prestatarios españoles; repito, el 73 por ciento. Si queremos sanear verdaderamente el sistema financiero español lo que tenemos que hacer no es ayudar a los bancos, es ayudar a las familias; tenemos que ayudar a las familias y, por qué no, hacer un plan de refinanciación de hipotecas con descuento; tenemos que seguir ayudando a los que menos tienen y a los que no han tenido ninguna culpa en esta crisis; todo lo contrario que lo que plantea este decreto-ley y las sucesivas reformas que está haciendo este Gobierno. 

Necesitamos, sobre todo, plantear la cuestión del modelo productivo, señor De Guindos. Por qué, ¿de qué nos sirve tener un sistema financiero que no responda a la economía real, si esa economía real está destrozada porque tenemos un modelo productivo totalmente desfasado, que no se puede recuperar por más que se intente reactivar las deducciones por vivienda y reactivar la burbuja inmobiliaria? Tenemos que hablar de un modelo productivo, tenemos que hacer un plan estratégico de Estado. Hace falta altura de miras para cambiar este modelo productivo desfasado y no se hace ayudando a la Banca. Al contrario, la Banca no está sirviendo para nada, está siendo un pozo sin fondo en el que dejamos dinero y dinero continuamente; los años siguientes seguimos metiendo más dinero y no funciona. El sistema financiero está distorsionado, y lo que tenemos que hacer es plantear alternativas, la alternativa de un sistema de Banca Pública. Usted ha hablado de sacar músculo con las entidades financieras, y qué mejor músculo que la Banca Pública, aprovechar las cajas de ahorros para generar una nueva banca pública que permita que fluya el crédito. Y no sólo que permita que fluya el crédito, sino que sea una Banca Pública ética; una banca que permita generar líneas de crédito baratas a los sectores que queremos que sean los pilares de nuestro modelo productivo; una banca ética que nos permita ayudar a la ciudadanía que está sufriendo los desahucios, ayudar a la ciudadanía que está sufriendo los niveles de paro.

Para eso hablaba antes de cambiar, de invertir la relación, de dejar de ayudar a la Banca y ayudar a otros sectores como el de la innovación. ¿Cómo es posible que tengamos una tasa de reposición cero en investigadores de ciencia, que es una inversión en medio y largo plazo? ¿Cómo es posible que hayamos hecho un recorte de 600 millones de euros en innovación y desarrollo y hoy hagamos una ayuda de 6.000 millones de euros  a la banca? ¿Cómo es posible eso, cómo se entiende? Solo se puede entender aceptando que este Gobierno tiene el propósito de ayudar a las grandes empresas y a los grandes bancos; esa es la real situación de este decreto. 

Así que yo le pido a la Cámara que ayude a la gente que lo necesita, no a un sistema financiero que sólo consigue absorber dinero que luego no utiliza para el beneficio de la sociedad, por lo tanto, pido que este decreto se tramite como proyecto de ley para que podamos debatir e ir haciendo modificaciones y, además, pido que la Cámara se posicione en contra de este decreto, porque nuestro grupo así lo va a hacer. Muchas gracias.