El día 1 de abril se venderá el primer número de un nuevo periódico de tirada nacional: La Voz de la Calle. Está propulsado por el empresario y militante comunista Teodulfo Lagunero, una de las principales fuentes de financiación del Partido Comunista Español durante la dictadura y la transición. Se trata de un proyecto ambicioso pero extremadamente necesario. No es necesario volver a insistir aquí en la urgente necesidad que tiene la izquierda de disponer de medios de comunicación propios. De hecho, lo triste es que aún no tuviera ni un periódico ni una radio de alcance nacional.

Como ya se ha dicho en otros sitios «La Voz de la Calle» viene a ocupar el espacio que el diario Público no ha sabido llenar desde que se inició su proyecto. Probablemente por sus conexiones financieras con el Partido Socialista, que existen a través del grupo MediaPro, Público no ha querido hacer un periodismo crítico con el poder. Desde sus inicios se convirtió en un azote del Partido Popular, revelando parte de los muchísimos trapos sucios de esta formación, pero también calló ante los tejes y manejes del Partido Socialista. Además, y aunque ha sido el diario nacional que más protagonismo ha dado a Izquierda Unida, toda la información ha estado concentrada en exagerar las disensiones dentro del movimiento. De esa forma ha creado en los simpatizantes de posiciones a la izquierda del PSOE una sensación de desconcierto absoluto. Por el contrario, pocas veces han podido los lectores conocer de primera mano las propuestas concretas de IU frente a las políticas del PSOE.

Es obvio que las propuestas de Izquierda Unida, Izquierda Anticapitalista, otros partidos de izquierda y los diferentes movimientos sociales no pueden llegar a la población si no es a través de medios de comunicación de gran alcance. De una forma paradójica los medios se han convertido en la propia realidad que dicen reflejar, y si en ellos hay algo que no aparece entonces es que no existe. Y eso lleva al clásico «todos son iguales», al «en la izquierda siempre se están peleando y nunca proponen nada constructivo» (que contiene algo de verdad como todas las grandes mentiras que se abren paso) y el más doloroso «yo no veo que ‘X’ esté haciendo nada por cambiar las cosas». Y por cierto que desde hace tiempo creo que esto último es uno de los factores que explican la desmovilización actual dentro de la propia izquierda.

Espero, por todo, que el proyecto de «La Voz de la Calle» sirva, cuando menos, para dar espacio a las muchas voces de izquierda que siendo diferentes comparten un objetivo común. Y deseo que ello sea un estimulante para tanta gente necesitada de conocer lo que está pasando en la sociedad pero también en la izquierda política. No es un deseo nada utópico pues al fin y al cabo sólo estoy pidiendo que se transmita información.

No sé qué expectativas económicas tienen, pues el precio es alto y las finanzas personales no están para tirar cohetes. No obstante, creo que todos debemos hacer un esfuerzo notable y aprovechar esta oportunidad que se nos presenta.