Ayer terminé de leer «Jennifer Gobierno», de Max Barry. Había leído la recomendación de su lectura en el blog de Juan Torres López, que a su vez enlazaba a una recomendación previa del economista David Anisi. Lo pedí en la libreria y en apenas dos días me lo he terminado de leer. Engancha, y mucho.

Se trata de una novela distópica al estilo de 1984 y de Un Mundo Feliz, y supone una crítica radical al capitalismo de libre mercado. 1984, de George Orwell, es la descripción de una sociedad totalitaria donde el gobierno tiene todo el control y vigila con cuidado cada movimiento de sus ciudadanos. Un Mundo Feliz es la descripción de una sociedad condicionada, manipulada desde el nacimiento y cuyos ciudadanos carecen de conciencia propia. Jennifer Gobierno va más allá, y describe una sociedad en la que el gobierno apenas tiene poder y la sociedad avanza al ritmo que impone el libre mercado y las grandes empresas.

Es un mundo flexible, en el que todo se ajusta automáticamente en función de la relación de fuerzas económicas. Los salarios se negocian individualmente entre el empleado y el jefe, y quien no trabaja es porque no quiere. Las personas tienen el apellido de las grandes empresas para las que trabajan: John Nike, John Mc’Donnalds, Theo Pepsi, Billy ANR… a excepción de los desempleados, que sólo tienen el nombre de pila, y de los niños, que tienen el de los colegios a los que van: Kate Mattel, por ejemplo.

Efectivamente, todos los colegios son privados y pertenecen a las grandes empresas de juguetes. Los planes de estudio están totalmente condicionados a servir a la sociedad, entendida lógicamente como el mercado libre. La Policía es una organización privada a la que puedes contratar. La Asociación Nacional del Rifle (ANR) es otra organización privada, y en ambas puedes subcontratar servicios. El gobierno sólo actúa bajo el criterio de rentabilidad, es decir, si se puede pagar la factura de la investigación.

Max Barry

Las grandes empresas se asocian en macro-organizaciones competidoras: US Alliance y Team Advantage. Mc’Donalds está en US Alliance, y Burguer King en T.A. Estas alianzas buscan ganar cuota de mercado correspondientes a sus rivales, y para ello no tienen que someterse a más regla que las que impone un gobierno muy débil. Pero eso se acabará, ya que algunos sectores buscarán hacer desaparecer el gobierno definitivamente. Quieren que dejen de existir las leyes que impiden que las empresas paguen a los niños por llevar tatuados sus logos en la frente, quieren poder construir ordenadores que se rompan a los tres meses, quieren poder pagar a los consumidores que critiquen a las empresas competidoras en los medios de comunicación..

La gente ha interiorizado ampliamente la lógica capitalista. Todo se mide en función de un análisis coste-beneficio, y siempre se trata de maximizar los últimos. Incluso cuando unos jóvenes entran en Nike protestando porque dicha empresa explota a los trabajadores del tercer mundo, los consumidores creen que se trata de una nueva campaña de publicidad.

El libro comienza cuando Hack Nike acepta cambiar de trabajo. Hack no tiene mucha confianza en si mismo y le convencen rápidamente. En esta ocasión no lee bien la letra pequeña del contrato y se verá obligado a matar a diez personas al azar. Acudirá a la Policía para que haga el trabajo en su lugar, pero éstos subcontratarán el servicio a la ANR. La elección de las víctimas es fácil: personas de bajo nivel adquisitivo que no puedan luego pagar el presupuesto de la investigación. Pero Jennifer Gobierno, una agente del Gobierno con una visión de la sociedad muy distinta a la común, se entrometerá en la historia y complicará las cosas.

La obra es muy amena, y va conectando continuamente varias historias paralelas. Son bastantes personajes, pero en ningún momento el lector se pierde. Recomiendo su lectura por lo entretenido de la misma y lo que muestra acerca de lo que sería una sociedad deshumanizada, totalmente al servicio del capital. Se la recomiendo a todos los lectores de esta web, pero especialmente a los liberales.