Hace unos años llegó a mis manos la novela Jennifer Gobierno de Max Barry. Se trata de una distopía, al estilo de 1984 o Un Mundo Feliz. Eso sí, bastante más mala. No obstante, enganchaba y planteaba algunas cosas interesantes: como el horizonte de la mercantilización total. Hasta tal punto de que los ciudadanos llevaban el apellido de las empresas para las que trabajaban. No se planteaba sólo la privatización de empresas, sino la inserción de la lógica mercantil en todo espacio vital. Una tendencia predicha ya por Marx. Pues bien, ayer eché mano del diccionario de la Real Academia Española y me encontré con que estaba patrocinada por La Caixa. Otro gesto más que añadir a la lista, que se suma a la liga de fútbol BBVA, la estación de metro Vodafone SOL, a los másteres universitarios del Santander, y sigue contando. Y digo yo, ¿no es ya hora de plantearse que estos símbolos, por pequeños que parezcan, son síntomas de algo más grande, de algo distópico?