Por Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa.
Un informe del Foro económico Mundial advierte que el mundo no podrá aguantar otra crisis financiera. El Banco Mundial señala que la crisis de la deuda europea amenaza al crecimiento mundial. El Fondo Monetario Internacional es pesimista sobre sus previsiones y teme que vuelvan a darse episodios de recesión, y los economistas más críticos o premios nobel como Stiglitz o Krugman advierten que todo puede volver a ponerse peor en el año que acaba de comenzar.
Es lógico que predominen esas opiniones. Hasta el momento, a la economía no se le ha dado un verdadero tratamiento sintomático orientado a atacar las causas de los males que padece. A lo sumo, se le han suministrado algunos placebos o sucedáneos: muchas buenas palabras, algunas normas de regulación más estricta que no se han puesto en marcha y que, como ha ocurrido con la europea que dice estar orientada a poner en orden los mercados de CDS más peligrosos, lo único que hacen es facilitar que los bancos, las grandes fortunas y los especuladores vuelvan a ganar cada vez más dinero.
Lo que ha provocado esta crisis y otras anteriores es la generalización de actividades especulativas y el mantenimiento de un sistema financiero cada vez más vinculado a la realización de actividades claramente criminales.
Esta última norma europea aparentemente dedicada a reglamentar la inversión en los llamados hedge funds y, por tanto, según dicen, destinada a limitar el riesgo sistémico que representan para la economía, muestra quizá mejor que ninguna otra el cinismo de quienes tienen el mundo en sus manos. Dicen que van a reforzar la capacidad de supervisión de las diferentes autoridades financieras nacionales europeas y que, para eso, será cada una de ellas la que se encargue de vigilar la entrada de esos fondos en sus respectivos territorios y de establecer si cumplen los estándares necesarios para que puedan operar en Europa (de darle, digámoslo a lo claro, como el “pasaporte” para poder operar en Europa).
¡Qué buenas palabras! Solo que detrás de ella se esconde un objetivo engañoso: de esa manera será más fácil que haya alguna autoridad que sea más generosa a la hora de aplicar los criterios de entrada o autorización de actividad y, como al mismo tiempo se ha establecido que si cualquiera de esas autoridades aprueba la presencia de un fondo éste tendrá ya “pasaporte” para operar en toda la Unión, resulta que de esta forma lo que se facilita es que los fondos de inversión más peligrosos y más generadores de turbulencias podrá operar con más facilidad en toda Europa, y no bajo un control más severo, como se dice.
Y ahora viene lo bueno: casi el 80% de los hedge funds está radicado en la City de Londres que es, además, la plaza más tolerante a la hora de permitirles actuar, de modo que lo que ocurrirá no será que disminuya el riesgo sistémico sino todo lo contrario.
Y eso, además, se verá agravado porque en la norma apenas se avanza hacia lo que es fundamental, es decir, el modo en que esos fondos trasladan el riesgo al sistema financiero: por medio del apalancamiento, es decir, de los préstamos que solicitan a las entidades financieras. Ni se limita la cantidad en que pueden apalancarse (que es mucha porque precisamente actúan con muy poco capital propio), ni se obliga a la autoridades a intervenir si hay problemas por esa causa.
También se ha dicho que esta norma europea sirve para luchar contra los paraísos fiscales porque con ella se prohibirá que puedan operar en Europa los fondos que estén situados en ellos, es decir, en países que no garanticen un intercambio activo de información fiscal. Pero también eso es mentira. La norma impide que ese fondo opere en Europa ¡pero no que cualquier entidad europea compre inversiones del fondo! Y, como en este caso, quienes invirtieran en esos hedge funds no tendrían entonces que informar a las autoridades europeas (aunque sea entidades europeas). Resulta entonces que la información sobre el riesgo que haya asumido no saldrá a la luz.
En fin, la norma es una buena prueba de que lo que, ya de por sí escaso, se está presentando como reformas del sistema son en realidad más de lo mismo y que, por tanto, la verdad es que hay una completa falta de voluntad a la hora de imponer medidas de auténtico control de los movimientos especulativos, de las operaciones de alto riesgo que son las que están constituyendo auténticos actos de extorsión a los gobiernos.
Los super ricos que ven aumentar constantemente sus ingresos y riquezas apenas pagan impuestos y solo los trabajadores y los pequeños y medianos empresarios han de proporcionar los ingresos de los estados. Eso es un robo perfectamente premeditado.
Y cuando están dejando que todo siga prácticamente igual hay que decir las cosas muy claras para que nadie se llame a engaño. Lo que ha provocado esta crisis y otras anteriores es la generalización de actividades especulativas y el mantenimiento de un sistema financiero cada vez más vinculado a la realización de actividades claramente criminales. El presidente del gobierno andaluz lo dijo en du días muy claramente: se está produciendo terrorismo financiero (El País 05/05/2010).
Hace unos días, los fondos de inversión especulativos difundían la idea de que Portugal no podría pagar su deuda. Bancos españoles como el BBVA quedarían afectados por eso, puesto que son acreedores de Portugal y de bancos portugueses, y por tanto bajaron sus acciones en los mercados. Los especuladores aprovecharon para comprarlas más baratas. Días más tarde, Portugal tenía que subir el tipo de interés de sus bonos y los propios especuladores compraban los bonos con más rentabilidad. Las acciones del BBVA subían y así los especuladores las vendían con márgenes suculentos. Un gran convite para ellos a costa en este caso del pueblo portugués, pero en otros casos del irlandés, del griego, del mejicano, del argentino… Y eso es simplemente un robo consentido.
Los bancos han acumulado cientos de miles de millones de pérdidas por su conducta irresponsable y después de enriquecer sin límite a sus propietarios y directivos. Han recibido billones de euros para tapar sus agujeros patrimoniales y ayudas legales y financieras para ocultar sus quiebras, todo lo cual lo pagan los pueblos. Eso es un robo muy bien orquestado.
Los super ricos que ven aumentar constantemente sus ingresos y riquezas apenas pagan impuestos y solo los trabajadores y los pequeños y medianos empresarios han de proporcionar los ingresos de los estados. Eso es un robo perfectamente premeditado.
Los bancos y los super ricos operan en paraísos fiscales escondiendo sus beneficios y ocultando sus operaciones sucias de todo tipo. Eso es un robo institucionalizado.
Los ricos obligan a que los recortes de gastos que llevan a cabo los gobiernos se centren en derechos sociales y no en los que les benefician a ellos, como las ayudas a la gran empresa, los militares o las subvenciones para competir con facilidad en los mercados. Eso es un robo a mano armada.
Son crímenes que se pueden evitar con decisión y voluntad política. O mejor dicho: son lo primero que habría que evitar, lo que hay que evitar urgentemente, si es que de verdad quisiéramos acabar con la crisis
Los bancos cobran comisiones altísimas, obligan a suscribir cláusulas leoninas y a los clientes no les queda más remedio que aceptar lo que le imponen sin que los bancos centrales hagan nada para evitarlo. Eso es un robo en cuadrilla.
Los especuladores manipulan los mercados y alteran el precio de de la deuda para exigir después a los gobiernos que apliquen nuevas políticas neoliberales. Eso es un robo con alevosía.
Las grandes empresas, de telefonía, de gas, de electricidad, petroleras… juegan con las empresas como mejor les conviene y cobran precios por encima de los de competencia. Eso es un robo a manos llenas.
Los ricos afirman que no hay dinero para financiar las pensiones públicas pero no dicen nada del dinero que se gasta el gobierno en apoyar a los planes de pensiones privados para que así se nutran los fondos financieros especulativos. Eso es un robo cargado de mentira y de cinismo.
Los especuladores manipulan los precios de las materias primas alimentarias y su precio sube por las nubes provocando hambrunas y millones de muertes. Eso es, como dice Jean Ziegler, un crimen organizado contra la Humanidad.
Estos son simplemente una brevísima e incompleta relación de los crímenes financieros consentidos en nuestra época. Son los que producen que haya crisis financieras, económicas, alimentarias, ambientales… y los que hacen que el mundo sea un verdadero infierno para miles de millones de personas.
Son crímenes que se pueden evitar con decisión y voluntad política. O mejor dicho: son lo primero que habría que evitar, lo que hay que evitar urgentemente, si es que de verdad quisiéramos acabar con la crisis.
Y se puede evitar si la ciudadanía se empeña y se enfrenta de una vez a semejante vergüenza.
Publicado en Altereconomia.org
Estamos en un gran manicomio. Los seres humanos tenemos un gran problema psicológico.
Con solo «respetarnos» a nosotros mismos, a los demás y al planeta arreglamos todo el sistema y cambiamos de paradigma.
El problema es que el capitalismo ha invadido los tres frentes el público, el privado y el eclesiástico y ya no hay nadie que pueda equilibrar el sistema.
La política neoliberal se ha encargado de ello con sus 70.000 muertes diarias y más de un millón que pasan hambre.
Estamos a tiempo de actuar con «respeto» y crear un sistema de redistribución de productos, servicios y personas para que cada país produzca lo que necesitan los demás y sólo para «mantenimiento» en equilibrio con el planeta.
Es nuestra responsabilidad actuar ahora y el «respeto» es la clave para la evolución humana a la nueva dimensión.
Desgraciadamente el capitalismo ha puesto en el beneficio, el poder y las posesiones su «valor» y no en la vida de las personas a las que considera como un simple «recurso humano» en ciertos países hasta utiliza niños/as para sus fines.
Es urgente cambiar hacia el «respeto a la vida» y no al capital y al materialismo salvaje y depredador.
En un mundo dominado por el monetarismo no se puede evitar la especulación pues son las dos caras de una misma moneda. Ahora se vuelven a oir voces en favor del retorno al keynesianismo y la intervención estatal como freno a la debacle económica de los mercados.
Si todos los componentes de la ecuación económica se demuestran falsos en su capacidad de predicción y control de los males de la economía, ¿no será hora ya de cambiar de ecuación?
Necesitamos ideólogos que abran nuevas vías (pero no de agua).
Monetarismo más especulación igual a pobreza:
http://www.temarium.com/wordpress/?p=164
¿PORQUE NO SE PUEDE RESOLVER LA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL Y COMO SE ACABARA ESTA?
El problema de crisis económica mundial es que los hombres de nuestras sociedades no relacionan este negativo acontecimiento con otros nuestros nuevos tipos de males, surgidos desde la revolución industrial, entre los que los más graves son la antinatural y desenfrenada expansión demográfica y también antinatural aumento de consumo de energía del hombre contemporáneo, sino aceptan este ocurrencia como un echo dado y coyuntural y como tal tratan nuestros economistas directa y separadamente de otros males y sin relacionarlos con una causa de todos, cayendo en un error de un mal médico quien intenta curar los manifestados efectos de una enfermedad infecciosa en epidermis con pomadas sin saber nada de la existencia de su causante la de la infección.
Cambiando este erróneo enfoque y relacionado este negativo acontecimiento, con los de antinatural y enfermizo aumento de consumo de energía del hombre contemporáneo, cuando la población del mundo de hoy es de 7.000 millones, y el excesivo consumo de energía aún no ha extendido a toda parte de la planeta, sino que ésta para el año 2050 puede alcanzar la cifra 9.600 Millones y los países económicamente emergentes como China, India, Brasil, México y de otros países en vía de desarrollo, están convergiéndose también en sociedades de consumo, de cuyos demanda nuestro planeta ya no puede satisfacer, está demostrado que si no resolvemos esta macroeconomía, nuestros economistas no pueden ayudar nada de parar su progresivo empeoramiento.
Este optimismo que durante estos 38 años, cuando ya desaparecerán la mayoría de los recursos naturales (petróleo, gas natural carbón, madera) que con nuestras avanzadas ciencias y tecnologías vamos de encontrar las energías sostenibles y limpias para satisfacer las inimaginables demandas económicas que los hombres tendrán en el año 2050 será el más ingenio autoengaño sólo para calmar la desesperada situación que nos esperara.
En esta situación, demostrado con estos hechos que nada ni nadie puede salvar nuestras civilizaciones de un catastrófico fin, sabiendo que la causa de crisis económica mundial, que es sólo uno de los innumerables e interrelacionados males, surgidos desde la revolución industrial, ha sido y es su extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida”, que ha destruido el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana, que es el único estado que corresponde a su perfección humana, y cuando puede adaptarse, como los otros seres animados por debajo de su nivel, con su conducta y actividades a las Leyes de la Naturaleza, y restablecer con ello su ordenado y armonioso desarrollo, del que depende el bienestar de todos los seres animados que componen nuestro planeta, lo que tenemos que hacer es abandonar nuestro erróneo modo de vida, y buscar la posibilidad de restablecer el justo equilibrio perdido entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza especial humana.
En esta búsqueda, como la humanidad ha logrado ya establecer este ideal y perfecto estado de su naturaleza durante la época clásica de la antigua cultura de Grecia y durante la época del Renacimiento de nuestra cultura Cristiana, estos ejemplos nos ayudarán de cómo lograrlo.
Madrid 11 de Febrero de 2012
Francisco Z. Lantos Dr. Arquitecto