El señor GARZÓN ESPINOSA: Señor secretario de Estado, en este turno de intervención me gustaría hacerle una serie de preguntas y si no puede contestarlas ahora mismo, le ruego que lo haga por escrito en la medida que le sea posible. En primer lugar, me gustaría que se pronunciara al respecto de lo que acaba de opinar el Fondo Monetario Internacional en su estudio sobre el déficit y la previsión del déficit de España, no porque tenga que pronunciarse sobre cualquier organismo internacional, sino porque lo que está detrás de ese estudio es un modelo teórico que evalúa las previsiones en el futuro y contrasta -es casi antagónico- con el de los Presupuestos Generales del Estado que su ministerio defiende. Por tanto, me gustaría ver cómo puede el ministerio defender sus previsiones frente a las de un organismo internacional como el Fondo Monetario Internacional.
Lo cierto es que mi grupo comparte la preocupación del Fondo Monetario Internacional en lo que se refiere a la gravedad de los recortes y el efecto que puede generar sobre el crecimiento económico, por lo que no compartimos ese optimismo que subyace en los presupuestos generales en torno al efecto de los recortes. Por eso me gustaría saber qué modelo teórico hay detrás de estos presupuestos generales, que si bien reflejan que hay una preocupación por el déficit y que aquí vamos a tener un efecto negativo en el crecimiento económico de un -1,7 %, supongo que la lucha contra el déficit está vista como un medio para obtener un fin que entiendo que será el crecimiento económico. La pregunta es cuándo y a través de qué mecanismos se va a propulsar el consumo y la inversión, cómo van a traducirse los recortes de hoy en el crecimiento económico del mañana. Esa es una pregunta que tiene que ver con el modelo teórico que haya usado el ministerio al elaborar los presupuestos generales, presupuestos que en nuestra opinión y como he podido comprobar en el resto de grupos parecen poco realistas a pesar de que usted ha dicho que son realistas en cuanto a sus previsiones de ingresos. Lo que a mí me sorprendió -entiendo que usted no lo compartirá públicamente pero quizá sí en privado- es que un par de días más tarde de la presentación de unos presupuestos generales se haga un recorte añadido de 10.000 millones de euros, lo que viene a reflejar que ahí hay una especie de distorsión o casi de improvisación. Podría decir que lo cierto es que no creo que genere confianza ni en los mercados ni en la ciudadanía, porque da la sensación de que hay un modelo cambiante y una cierta improvisación.
Me preocupa que en estos presupuestos generales, que están centrados, como bien ha dicho usted, en las políticas de austeridad y en la lucha contra el déficit, no se hable de aspectos constructivos en lo que se refiere al modelo productivo y en lo que se refiere -lo que usted sí ha mencionado de pasada- a la lucha contra las deudas privadas, porque estos presupuestos generales, como es obvio, pero también la Ley de Estabilidad Presupuestaria están centrados en la Administración pública, cuando bien sabemos que uno de los principales problemas de la economía española son las deudas de las entidades privadas, tanto de hogares como de empresas.
Me gustaría saber cómo tiene el ministerio pensado afrontar ese problema, si yendo por ejemplo a las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional -recomendaciones recientes- que instan a hacer una reestructuración de las deudas de los hogares o a colaborar en ellas, o si tiene algún otro mecanismo para combatir ese problema que al final sabemos que el riesgo que conlleva es que se pueda acabar trasladando a deuda pública a través de determinados mecanismos y eso también repercute en el déficit y en la sanidad de las finanzas.
En lo que se refiere a las reformas fiscales, nuestro grupo tiene que felicitar al Partido Popular y al Gobierno por incrementar la progresividad técnica en relación con el sistema fiscal, porque es cierto que es mucho mejor incidir sobre los impuestos directos, es mucho más justo, que sobre los impuestos indirectos. Pero nuestra preocupación reside en que el sistema fiscal acaba siendo regresivo en la práctica por la existencia de los agujeros negros fiscales: paraísos fiscales, economía sumergida, etcétera. Por lo tanto nos gustaría saber si en los próximos meses y años de esta legislatura, en caso de que el Gobierno sea viera tentado a subir impuestos, prevé que lo va a seguir haciendo por la vía de incrementar la progresividad, por ejemplo incrementando los tipos de gravamen de las rentas del capital, o si por el contrario seguirá las recomendaciones de la Comisión Europea en lo que se refiere a los impuestos indirectos y muy particularmente el IVA.
Por lo que se refiere a los paraísos fiscales que usted mismo ha mencionado, también nos gustaría saber si el Gobierno y el ministerio tienen pensado promover la implantación del impuesto sobre transacciones financieras en determinado ámbito geográfico, bien sea el español bien sea el europeo; si piensa promoverla en las diferentes instituciones donde convenga, así como acelerar la lucha contra el agujero negro que son los paraísos fiscales, porque convendrá conmigo en que desde que Sarkozy anunció a bombo y platillo aquella lucha a muerte -casi diría- contra los paraísos fiscales, ha pasado mucho tiempo y hemos avanzado relativamente poco y sigue escapándose muchísimo dinero.
Quisiera conocer la impresión que tiene el Gobierno sobre las deducciones, porque vemos cómo se van a acabar ciertas deducciones, se va a rebajar el gasto fiscal que se deriva de ellas, pero usted ha mencionado que va a ser de forma temporal. Me gustaría saber si este reconocimiento de que por ahí se escapa un dinero que correspondería recaudar -si se aplicara el tipo nominal y no el tipo efectivo- se va a prolongar en el tiempo y si no considera más adecuado acercar el tipo efectivo al tipo nominal, incrementando el tipo efectivo, acabando con las deducciones que afrontan sobre todo las grandes empresas, que son las más beneficiadas y que sabemos que entre las más grandes incluso el tipo efectivo acaba siendo del 15 %, la mitad del tipo nominal.
En cuanto a la amnistía fiscal, es cierto que no es la primera amnistía fiscal hecha por el Gobierno de España. Ya se ha hecho previamente con otro Gobierno de otro signo político, pero las experiencias pasadas tampoco invitan al optimismo porque la literatura económica viene a reflejar que los éxitos son bastante nimios en lo que se refiere a la recaudación económica. Además genera unos incentivos perversos y creo que esta amnistía fiscal también lo va a hacer con los defraudadores y los incentivos que puedan tener para seguir actuando de esa forma.
Quisiera conocer cuál es la previsión del ministerio en lo que se refiere al perfil del defraudador que se va a acoger a estos planes de amnistía fiscal, porque no es lo mismo el perfil de la gran empresa y la gran fortuna que evade grandes cantidades de dinero -según los técnicos de Hacienda, vienen a ser en torno al 75 % de todo el fraude fiscal- que el pequeño defraudador que, en cualquier caso, tiene unos intereses y unos incentivos diferentes para acogerse a este plan fiscal, y entiendo que la previsión económica de 2.500 millones se hace sobre la base de un estudio que tendrá en cuenta cuál es el perfil.
Finalmente, la cuestión de la amnistía fiscal respondería a un juego del palo y la zanahoria. Lo que no entiendo es cómo es compatible que haya una tasa de reposición del 10 % en los inspectores de Hacienda mientras facilitamos que a los defraudadores se les pueda perdonar tanto la sanción por haber defraudado como que además se les imponga un gravamen de solo el 10 %.
No creo que se vean incentivados a traernos el dinero y a declarar que han sido unos delincuentes fiscales, porque no parece muy beligerante el Gobierno a la hora de luchar contra el fraude fiscal cuando reduce el número de las personas físicas que lo persiguen y por lo tanto no existe ese palo en el juego del palo y la zanahoria y podría pasar que las grandes empresas y las grandes fortunas que defraudan al Estado español decidieran que les conviene seguir defraudando a pesar de estar presente esa amnistía fiscal, amnistía fiscal que gravará al 10 %. ¿No le parece a usted un gravamen demasiado bajo, incluso teniendo en cuenta que aceptáramos todas las suposiciones que subyacen en la proposición de la amnistía fiscal? Alemania ha impuesto un 46 % en su amnistía fiscal y nosotros estamos imponiendo un 10 %. ¿No le parece una tasa demasiado baja en lo que se refiere a recaudaciones? Esto evidentemente está vinculado con ese plan que nos gustaría conocer sobre cómo se ha elaborado la previsión de los 2.500 millones de euros de ingresos que se obtendrán por la aplicación de ese plan.