No sé si los lectores tenéis twitter, una herramienta que pretende poner en contacto a todos los usuarios de la red mediante comunicaciones breves de no más de 140 caracteres. Una especie de servicio gratuito (aceptemos esto con reservas) para el envío instantáneo de telegramas virtuales. La tesis que hoy traigo aquí es, sencillamente, que Twitter –y no sólo Twitter- nos idiotiza.
Para aquellos que confunden el botijo con el agua anticiparé que no estoy llamando tontos a los usuarios de twitter. De hecho, el que esto escribe tiene allí cuatro cuentas y, de aceptar tan atrevida e insolente insinuación, tendríamos que concluir que queriéndolo o no sería cuatro veces tonto. Y está en el dominio de la lógica que no estoy por la labor de aceptar tal hipótesis.
Twitter entra dentro de ese concepto de web llamado mágicamente 2.0. y que tiene detrás a un montón de teóricos y activistas que, entre charlas y conferencias de divagación filosófico-primaria, ganan un montón de pasta. La idea de web 2.0 en principio no nos aclara nada. Pero si Twitter pertenece a algo es sin duda al mundo posmodernista. La cuestión entonces empieza a parecer un juego de muñecas rusas, pues nadie tiene claro tampoco qué es el posmodernismo. Ni siquiera los que lo defienden.
La mejor definición que encontré de posmodernismo la leí de un arquitecto. Él estableció las diferencias entre el modernismo y el posmodernismo de la siguiente forma: “el modernismo es una línea, y el posmodernismo una curva”. Y aunque a primera vista parece una elucubración provista de retórica y de nada más, una vez indagas descubres que es la mejor forma de analizar el cambio social que tuvo lugar en los años ochenta. Permítanme que me explique pues reconozco que ya hay encima de la mesa demasiadas variables. Vayamos despejándolas.
En los años ochenta el mundo cambia. Las estructuras económicas de la economía mundial cambian, y con ellas cambia también la forma en la que se relacionan las personas entre sí. Las nuevas tecnologías son aprovechadas entonces para exprimir las posibilidades de una nueva configuración económica. El mundo parece transformarse por entero y no sólo por la emergencia de las llamadas TICS (tecnologías de la información y la comunicación) que permiten un contacto entre dos puntos que es más inmediato de lo nunca se hubiera imaginado, sino porque incluso las formas de vida/trabajo se transforman.
En efecto, los trabajos estables dan paso a los trabajados flexibles, temporales y precarios. El trabajador moderno era un aburrido con un trabajo para toda la vida, con una actividad rutinaria (normalmente asociada a las cadenas de montaje de algún tipo). El trabajador posmoderno es un sujeto ágil, flexible, adaptativo, capaz de enfrentar cualquier problema y sujeto a los designios del mercado. Este segundo trabajador ya no trabaja en un mismo sitio toda la vida sino que tiene que desplazarse de un sitio para otro, para formarse y para ascender. Siempre está formándose y siempre está ascendiendo. Es un trabajador de la sociedad del conocimiento.
Todo cambia, lenta pero progresivamente, y ese virus del cambio se inocula en todas las partes del tejido social. Incluso los arquitectos huyen de la modernidad. En efecto, ya no molan los edificios al estilo soviético, tan homogéneo y serio. Ahora se llevan las formas curvas, la diferencia, la identidad de cada creativo. Porque ahora ser normal es una estupidez; ahora hay que ser guay. Por eso rechazamos lo normal, lo moderno. No podemos consentir la estandarización.
Por extensión el virus se inserta en nuestra mente y nos carcome hasta destruirnos por dentro. Ya no toleramos el compromiso ni ningún tipo de estabilidad. Eso es típico de la pandilla de vagos que nunca quieren aprender, esos modernos. Nosotros, los posmodernos, somos flexibles, nos adaptamos. Somos personas viajadas, conocemos mundo, tenemos idiomas, habilidades adaptativas y siempre damos la bienvenida al cambio. El cambio es nuestra razón de ser.
Por esa razón lo sustantivo no tiene nada que hacer frente a lo adaptativo. Para qué aprender filosofía, historia y literatura si eso no sirve para nada. En el mundo posmoderno lo que importa es lo adaptativo, es decir y traducido al cristiano, lo que se adapta a la máquina de dar beneficios a alguien. Por eso en el manifiesto original del Plan Bolonia había una llamada explícita a fomentar una sociedad del conocimiento, una sociedad posmoderna. Y una sociedad posmoderna se construye formando posmodernos, es decir, formando analfabetos funcionales.
Y así llegamos a las relaciones sociales. Recuerden: el compromiso es basura, como la guerra es la paz en el 1984 de George Orwell. Entonces el amor, de pareja o de amigos, ya no puede ser moderno. Tiene que ser necesariamente posmoderno. No puede ser de compromiso, tiene que ser flexible. Ya no puede ser estable, tiene que ser temporal. Ya no puede ser profundo, tiene que ser superficial. Esas parejas, ahora abuelitos, que tuvieron un amor en toda la vida… ¡menudo coñazo! Ahora llevamos el amor en contacto. ¿Amor en profundidad? ¿Y tener que contarnos y compartir nuestras emociones más hondas? No, por dios. Aquí se lleva ahora el amor superficial. El amor líquido de Z. Bauman. El amor en contacto, el amor en conexión.
Las parejas tienen miedo al compromiso, y no me estoy refiriendo aquí al sagrado ritual católico sino al simple y llano sentimiento de pertenencia en comunidad. Comunidad es compartir y compartir… es malo. Los posmodernos son, también, individualistas. Para adaptarse hace falta no establecer vínculos de origen. Son los marineros del siglo XXI, con un falso compromiso en cada puerto.
La red social real, el tejido social que caracteriza cualquier comunidad de seres humanos, comienza a difuminarse y los lazos que antes eran firmes ahora son volátiles y pasajeros. La primera víctima es, como en Platoon, la inocencia, pero también la solidaridad. La solidaridad, que es compartir, se sustituye por la caridad, que es dar. Aquí, ya lo vemos, la doctrina católica sí ha ganado la partida. La red social real, el corazón de cualquier sociedad, va mutando y duplicándose en la red virtual. Una red que ya es plenamente posmoderna. Una red de contactos superfluos, de intercambio no de conocimiento o sabiduría sino de información cocinada, breve y simple. Una red virtual de evasión, de construcción alternativa de la realidad y de la identidad propia.
La red virtual se convierte en el espejo en el que todo el mundo quiere mirarse. Y al final uno se confunde e identifica realidad con virtualidad. En internet no hay ricos ni pobres. Ocurre como en los centros comerciales, en los que sólo se diferencia cada uno por su capacidad de comprar. Pero no hay clases sociales ni racismo. En internet todos somos iguales y todos podemos hacer lo mismo. O eso creemos. El único objetivo es formar nuestra identidad. Distinguirnos de los demás. No identificarnos. La identificación lleva a la fraternidad y no está el honro para bollos después de 1789. La distinción, por el contrario, lleva a la competencia. Y eso sí que es posmoderno. Distingámonos pues.
Hoy todo el mundo quiere ser especial, y ese es su fin en sí mismo. La identidad virtual es lo primero, pero antes están los beneficios. Ya sabemos: quizás no somos nadie, pero tenemos que parecer que sí lo somos. Escribimos en tuenti para parecer sociables, y tenemos 1.000 amigos en facebook de los cuales 200 no saben quién somos, 200 nos quieren matar y el resto no daría un duro por nosotros –ni nosotros por ellos-. Pero eso sí, ¡te felicita tu cumpleaños! Menudo cabrón más amable.
Los situacionistas de mayo del 68 nos lo advirtieron: ¡os importa más el parecer que el ser! Ellos llamaban sociedad del consumo y de la imagen a lo que venía a ser una simple reversión del capitalismo para sobrevivir. El capitalismo necesitaba mayor consumo y la gente no estaba dispuesta a comprar más de lo mismo. El capitalismo se las ingenió entonces para modificar nuestras preferencias y para inculcarnos el amor a la diversificación. Ingeniosa palabra. ¡Hasta a mí me suena bien! Y lo consiguió gracias a la propaganda, ahora llamada publicidad para evitar que nos diéramos cuenta de que nos estaban timando.
Twitter, como Facebook, Tuenti y la infinidad de herramientas 2.0, es un sistema sincero. Es el mundo posmoderno, donde no reina la sabiduría o el conocimiento sino la transmisión inmediata de un mensaje. Los discursos quedan restringidos y la calidad deteriorada. Se prima la sencillez, la re-adaptación a un mundo de analfabetos funcionales que se cansan al leer cinco párrafos seguidos.
“No tengo tiempo” se ha convertido en una especie de eslogan social. Aquí nadie tiene tiempo para leer, para escribir, para estar en silencio consigo mismo o para mirar a sus conciudadanos. Pero a todo el mundo le sobra el tiempo para intentar ser uno más en el mundo posmoderno.
Hay mucha gente que cree que esta crisis actual no es sólo económica sino también ecológica, política, social y de valores. Yo soy de ellos también. Por eso es necesario volver a reconfigurar nuestros valores de acuerdo a la sociedad que queremos, y viceversa.
Pero que nadie se confunda si ha visto en este escrito una crítica a internet. Si ha sido así que vuelva a empezar a leerlo pero con más tranquilidad y dejando los prejuicios a un lado. Lo que yo critico aquí es el concepto de sociedad del conocimiento o sociedad posmoderna, donde los analfabetos tradicionales se han sustituido por analfabetos funcionales y donde el ser humano está reprogramado como mero apéndice, desechable y de corta vida útil, del sistema económico capitalista.
Un chico de 23 años que sabe leer y hacer derivadas de cualquier orden no es una persona culta. Ese chico puede ser perfectamente un analfabeto funcional porque es incapaz de comprender un texto, como este, en el que hay conceptos e ideas que se le escapan a su formación. Un problema que no es responsabilidad suya sino del propio sistema que no le necesita a él en tanto que persona sino en tanto que medio para un único fin: los beneficios.
Por eso encontramos solución a la paradoja que quizás a algún lector le habrá parecido encontrar. En efecto, este texto está en internet y fue publicado en un blog. Pero es sustancialmente diferente al resto de contenidos que hay en internet. Es, a fin de cuentas, un intento de recuperar internet y otras herramientas como medios para la construcción de una sociedad diferente. Más humana. Porque algunos replicantes son más humanos que algunos amigos que tenemos.
Será mi adicción confesada a todas estas cosas y, por consiguiente, mi sensación de sentirme «atacado»… pero me parece que está un poco estereotipado el uso de Twitter y demás redes sociales; creo que hay que dejar ya lo de tratar por superficiales y «deshumanizados» a los que usamos este tipo de herramientas/juguetes tecnológicos porque no es (siempre) así. Son como cualquier otra herramienta: no es tenerla al alcance lo que te «empodera», sino saber utilizarla y no confundirla con el fin. Pero serán reflexiones de un «posmoderno»… si tal expresión no es un oximorón 😉
Es irónico también que justo debajo de tu texto salga «Tweet» jaja.
Otro símil con el cine podría ser con Matrix, pero en vez de energía generamos beneficios, y en vez de ser controlados por robots creados por nosotros mismos somos controlados por el capital, también creado y fomentado por nosotros mismos.
Las redes sociales son redes de hipocresía y espionaje global, la miel de los cotillas y la biblia de los gilipollas. Tienes que actualizar Facebook cada 3 minutos con estupideces para ser guay, o posmoderno como tu dices. Tienes tiempo de escribir 800 frases diarias a intervalos de 1 minuto pero no de responder a tus amigos (de verdad, no los de relleno para ser aún más posmoderno) las «cartas» virtuales que te mandan.
Con lo fácil que es tener personalidad y sentido crítico…
Por suerte, quedamos algunos que tenemos esa chispa que evita que estemos adormecidos… somos Keanu Reeves en Matrix y los Ewan MCGregor en La Isla, pero sin volar y sin Scarlett Johansson (pfoe…)
Me ha gustado. Es genial el libro de Bauman, Amor líquido. Perdemos el comprmiso con nosotros, con los otros y con nuestras ideas.
Parece que las redes sociales nos ponen más en contacto, nos comunicamos, estamos a un click… pero en realidad estamos más aislados que nunca.
Muy interesante, estoy de acuerdo con lo que decis. Ya ser fiel a algo o alguien cada vez tiene menos importancia hasta llega al punto de sorprender a las personas de hoy en día.
La creciente desinformación hace posible el mundo donde vivimos y el curso que este sigue.
Pero también hay otras corrientes que pueden ser consideradas positivas que buscan el cambio de las cosas, personas que quieren ser diferentes y marcar la diferencia. Y no porque ser iguales a los demás sea aburrido, sino porque creen que un mundo mejor es posible, y me parece que esto es la otra cara de la moneda que entiendo que describis en tu artículo.
Lo que si no estoy del todo de acuerdo es que veas cosas del pasado como mejores que las de ahora. Por ejemplo, en el mercado de trabajo, durante este ultimo siglo, habran empeorado algunas cosas (como los contratos, perdida de la participación del sueldo sobre la producción) pero otras mejoraron (como los derechos de los trabajadores, la seguridad en el ambiente laboral, la sanidad, el derecho a la educación de los hijos de los trabajadores). Tb el echo de que ahora la mujer tiene derechos y reconocimiento en el mundo laboral que hace 40 años sólo podia soñarlos, aunque no sean suficientes y el echo de que ahora la mujer este en el mercado laboral no es señal de que todo vaya bien (antes con un sueldo nos manteniamos, ahora con dos aveces no alcanza y tanto la mujer como el hombre estan obligados a trabajar si quieren tener una casa e hijos).
Y si, vivimos en una maquina de crear necesidades que hace nuestras vidas un infierno, totalmente de acuerdo.
Ahora los edificios comunistas… son bastante feos y todos iguales, creo que es también importante dar rienda suelta a la inmaginación, aunque todos tengamos lo mismo, podemos hacer las cosas un poco más dinamicas y que el resultado sea positivo para la sociedad.
«“No tengo tiempo” se ha convertido en una especie de eslogan social. Aquí nadie tiene tiempo para leer, para escribir, para estar en silencio consigo mismo o para mirar a sus conciudadanos. Pero a todo el mundo le sobra el tiempo para intentar ser uno más en el mundo posmoderno»
¿Tú crees? Es decir, tu crees que la gente que antes leía a Althusser y mantenía sesudas conversaciones sobre el existencialismo, ahora comenta en el blog de Escolar y hace el troll en meneame, o como? ¿En dónde? En España, seguro que no.
Te felicito por esta entrada. Ando pensando en cómo influye internet a la gente. Lo que está claro es que esta sociedad no nos lleva a nada bueno (si no, veamos las cifras de suicidios en los países guays). Quizá es esa búsqueda de ser guay lo que destruye el instinto natural del hombre de ser normal. Este instinto que me acabo de inventar se destruye más rápido cuanto más imponentes son los inventos (tele, internet, bomba atómica,…).
Puede pensarse que en la antigüedad la gente era más ignorante. Pero eso responde a factores que sólo afectaban a esa época.
Magnífica entrada.
Hola Alberto Garzón,
llegué aquí a través de un enlace en twitter y el sistema se esfuerza en convertirme en uno de los analfabetos funcionales productivos con los que comparto generación.
Además mi opinión es tan sólo una opinión más, y no veo como pudiera ser valiosa en absoluto, pero me gustaría compartirla contigo:
Todo lo que dices es cierto. Todo es verdad punto a punto, sentencia a sentencia. No obstante tu análisis es erróneo. Has escrito todo lo que ves (y, como lo ves, tú y yo sabemos que es cierto) y has dado una única razón que lo explica.
Es como si tuvieras distintas ecuaciones y las forzaras a pertenecer todas al mismo sistema, y a aportar una única solución, cuando en realidad las ecuaciones son de sistemas independientes.
Internet en general no idiotiza a nadie (ni twitter en particular tampoco). Lamento ser yo quien te lo diga, pero los idiotas que encuentras por internet ya lo eran antes de tener facebook, sólo que ahora se lo pueden demostrar a 1.000.000.000 de personas en unos pocos minutos, mientras que antes sólo lo sabían los 40 conocidos de su pueblo que se habían criado con él toda la vida.
Está bien que te des cuenta de que el mundo está lleno de idiotas que lo están haciendo mal, y de que eso tiene distintas causas, pero deberías plantearte una hipótesis:
Si retrasas tu vida 10 años ¿no estarías comentando en tu web-personal que «la gente es idiota»?
Si retrasas tu vida 25 años ¿no estarías comentando en la radio de tu pueblo que «la gente es idiota»?
Y si retrasas tu vida 50 años lo estarías comentando en un periódico local, hace 100 años lo debatirías en un café-tertulia y hace 4000 años hubieras escrito un tratado en pergamino sobre lo idiotizada que está la gente.
En cada caso hubieras responsabilizado a la televisión, a la radio, a la prensa, a la demagogia o al capricho mismo de los dioses de dicha idiotización. Pero como lo escribes ahora y te das cuenta ahora, culpas a la Web 2.0.
No te estoy insultando, estoy hablando con total seriedad: mi punto de vista es que la gente está idiotizada, pero que es crónico del ser humano medio, y la solución está en educar, en una educación diversificada (aunque no te guste la palabra, aplicada a la educación es fantástico) que aporte «cultura», «criterio» y «responsabilidad». Para así dejar atrás los errores del pasado y encarar, por fin, nuevos errores.
Si de verdad quieres ayudar no le digas a la gente lo idiotizada que está. No busques las causas de la idiotización, y no se las expliques si las encuentras. Tampoco les digas «¡oye, no te estoy llamando tonto, pero que sepas que eso que haces te está convirtiendo en un tonto!». Eso lo han hecho miles de personas antes que tú, y el mundo aun sigue igual.
Si quieres una sociedad diferente, más humana, entonces dedica las herramientas a tu alcance a educar, o a cambiar el sistema en que otros educan.
Espero no haberte aburrido con mi comentario, si es que lo has leído. Y espero que sepas entender que, aunque por lo que he dicho parece que he reducido tu artículo a un mero «la gente es idiota» ignorando los muchos matices que has explicado y analizado, es en realidad la única forma de que dispongo para hacer llegar mi mensaje sin extender esto aun más.
Me sentiré satisfecho si mi punto de vista te ha hecho, al menos, pensar, tanto si el resultado es modificar tu opinión como si es reforzarla, ya habrá sido útil.
Un Saludo.
Hola Alberto.
Hace poco me recomendaron un artículo de Ignacio Ramonet publicado en 1995 en Le Monde Diplomatique, «Informarse cuesta» se llamaba. Mientras leía tu entrada me iba acordando de eso. En el editorial se da una explicación algo tímida para mi gusto, sobre cosas que tienen que ver con tu publicación, pero tú te has zambullido sin miedo en el por qué o en la infraestructura, como algunos lo llamaríamos. Son varios párrafos, pero quizás te resulte interesante.
http://www.mondiplo.net/epages/eb8018.sf/es_ES/?ObjectPath=/Shops/eb8018/Categories/Informarse_cuesta
Gracias por escribir.
Te felicito por la entrada. Me ha gustado mucho y creo que llevas razón en todo. Pero me gustaría hacer algunas matizaciones:
Supongo que podría considerarme una analfabeta funcional, dentro de tu categoría, porque cumplo muchos requisitos, pero también he de decir en mi defensa que lucho por no serlo. Creo que la verdadera inteligencia o más bien, el verdadero pragmatismo que te convierte en inteligente, está en sacar lo bueno de cada cosa. Es cierto que las redes sociales han conseguido que nos hagamos dependientes, han creado necesidades que antes no existían, pero aquí, como en todo, tiene que ver CÓMO lo uses. Entiendo que en un post de un blog se saquen conclusiones generales, pero huelga decir que no todo el mundo es así.
Pueda que yo quiera ser especial, y tu, y el vecino de al lado. Pero esto no es nada nuevo. El diferenciarse de los demás siempre se ha perseguido, solo que ahora, pretenden que lo consigamos adquiriendo productos que tienen esos valores, que nos hagan diferentes (lo que los lleva a forrarse); mientras que antes, eras diferente por que conseguías ciertos logros, ciertas cosas que no estaban al alcance de todos y te distinguían por tu perseverancia, inteligencia o esfuerzo.
Y también es verdad que las generaciones venideras serán analfabetos funcionales de serie, porque si a mi generación (del 86), nos ha pillado la sociedad del conocimiento justo en el punto en el que explotaba…las siguientes nacen EN ese tipo de sociedad, adquiriendo la cultura en la que estamos inmersos desde el primer dia.
De todas maneras, y para terminar, decir que una de las cosas buenas de la socidad del conocimiento, web 2.0 blabla, es que el que tiene INTERES, puede estar informado. Pero para informarse también hay que tener unas capacidades que te ayuden a acceder a la información más adecuada. Para ello debes ser consciente, saber lo que buscas entre tanta maraña.
Felicitarte de nuevo y gracias por estas palabras que me han llevado a reflexionar.
Espero que el comentario este a la altura.
Fdo: Una analfabeta funcional más 😉
Hola Jose Andrés,
Gracias por el comentario y por supuesto, siempre estás invitado a participar y sin temor a que me ofenda.
En efecto, yo no he dicho que la gente sea tonta. Es verdad que la gente, por término medio, es ignorante o inculta -sin que sea su responsabilidad, por cierto- y qué duda cabe de que eso siempre ha sido así. Probablemente incluso más en el pasado que ahora.
Sí, también es cierto que la gente ignorante (la que, digamos, no dedica tiempo a pensar -a usar la razón-) con el uso de las herramientas 2.0 no deja de ser lo que es. No es que yo viviera en una torre de marfil y ahora con internet vea «tontos por todos lados». Sería muy atrevido por mi parte decir eso.
Lo que yo estoy diciendo tiene que ver con el sistema y no con los individuos. Lo que digo es que el sistema empuja, por su propia lógica, a considerar todo superficial, simple y breve. Promociona y empuja a quienes así se comportan, y todos quedamos sumidos en esa rueda.
Bajando a lo concreto podemos ver el ejemplo paradigmático de los medios de comunicación. La profesión periodística ha cambiado radicalmente, mutando hacia una forma de negocio que está basada en la novedad, el simplismo y la exclusiva a todo precio. Y en esa competencia (derivada del sistema) todos quedan atrapados. Al final lo que tenemos es una red de noticias sueltas, simples, en muchos casos falsas (sin contrastar) y todas «adaptadas» a un mundo que va a una velocidad de infarto.
La competencia, propia del sistema, lleva a todos los elementos a luchar entre sí rebajando la calidad de sus mensajes: adaptándolos al nuevo entorno.
Por lo tanto, es probable que los idiotas de antes de internet estén ahora también en internet. Nadie pone en duda eso. Pero todos los demás también quedan/mos sumidos en esa corriente y acaban/mos por ser empujados a ese mundo de idiotez. Y ahí es donde entran en juego todas las herramientas modernas del web 2.0 (y de las cuales también soy usuario).
La solución a la idiotez, en general, está sin duda en una educación multidisciplinar y otras cosas que tanto apuntas tú como se han apuntado en este blog. Pero también pasa por deshacerse de un sistema que nos empuja a comportarnos como idiotas.
Sin duda también es cierto una cosa que apuntas. En el post hay muchos aspectos que pueden estar relacionados pero no depender unos de otros necesariamente. En efecto, no es un tratado sociológico ni pretendía serlo y por lo tanto podemos resumirlo en una queja más o menos sistematizada que no tiene más intención que animar a levantar la vista. Hay aspectos que parecerán más convincentes y otros que no, como es lógico. Por eso hay que leerlo con paciencia, sin prejuicios y de acuerdo con las lógicas limitaciones (de espacio y las mías propias).
Hola María,
Que conste que yo no soy quien para otorgar «carnets» de analfabetos funcionales, por supuesto. Por otra parte tampoco creo que nadie pueda hacerlo.
Yo considero, como tú, que las herramientas pueden utilizarse para diversos fines. Pero también creo que hay que saber qué limitaciones tiene cada herramienta, y si he usado twitter en vez de otras como facebook es porque tienen restricciones distintas. Pero en lo general estamos de acuerdo. De hecho, por señalar un dato en principio paradójico, el 70% de los visitantes de ayer llegaron desde facebook (sobre todo) y también twitter. De modo que evidentemente tienen sus aspectos positivos (siempre y cuando nos atrevamos a decir que es positivo entrar en este blog ;)).
Yo suelo tener dos críticas fundamentales a la red 2.0. La de este post es la segunda, más sociológica. La primera puedes verla aquí http://www.agarzon.net/?p=161. Pero ninguna de las dos me impide ser usuario de la web 2.0 y sus herramientas. Creo que nos brinda oportunidades fabulosas, y mis comentarios lo que pretenden es evitar que caigamos en una especie de ilusión o que desdeñemos sus inconvenientes.
Supongo que también hay que tener en cuenta que el ritmo de cambio ahora es mucho más rápido, como creo que mencionas, pero llegado cierto punto nos acostumbraremos a este ritmo de vida tan frenético y quiero creer que conseguiremos establecer unas convenciones a la hora de controlar este «mundo nuevo» que es internet.
Nada más hay que ver como miramos al pasado pensando que la gente que presenciaba una ejecución pública eran unos bárbaros y SALVANDO LAS DISTANTANCIAS, vemos en twitter como a Bisbal (que no es santo de mi devocación) se le cose a juicios por un inocente comentario que bien podrían haber escrito alguno de los usuarios de twitter. Al fin y al cabo el «mundo» juzga a una persona que por ser «pública», parece que es un producto de todos y esta en total indefensión ante los demás (aunque ese comentario nazca de la propia voluntad). Con esto solo quiero remarcar el descontrol que existe ahora mismo en las redes sociales. Parte del proceso de adaptación.
Pero sin desviarme del tema, es posible que las nuevas generaciones estarán muy acostumbradas a este ritmo de cambio y si hay algo que podemos hacer es al menos inculcar el interés por aprender, que creo que supone mucho más que ir a una Universidad en la que no te enseñan a trabajar, y lo que hagas con los conocimientos siempre depende de ti. La tendencia actual es como tu planteas. Además, según la teoría (y porque me acabo de examinar de Documentación informativa ;)) tenemos unos datos, que se convierten en información, estos datos bien unidos son el conocimiento Y la APLICACIÓN PRÁCTICA de estos son la verdadera sabiduría.
Me ha encantado el post, es brillante. No conocía este blog aunque tenía referencias tuyas por el libro ¿por qué se cayó todo y no se ha hundido nada? en el que colaboras y que me estoy leyendo. lo dicho felicidades
Parece que os habéis puesto de acuerdo:
Derecho a Réplica – Sobredosis de información.
Internet es un mar infinito en el que perderse y naufragar en la estupidez de lo banal. Pero si eres navegante avezado, también puedes aprovechar internet para llegar antes a tu destino, conociendo las rutas que merecen ser navegadas y los puertos donde arribar.
Por ejemplo, lo que acabo de hacer hace un momento: te he pasado un enlace interesante. Si te fías de mi criterio (allá tú 😛 ), no tendrás que buscar por toda la red sino que ya he filtrado para ti una información interesante (la magia del hipervínculo), ahorrándote tiempo.
Sobre el pajarraco de los webs…bueno, quizá un gran poeta sea capaz de expresar un universo entero de ideas en 140 caracteres. Como yo soy un juntaletras mediocre, necesito más de 1.400, y supongo que incluso más de 14.000 (no me ha dado por contarlas) muchas veces para expresar una sola idea. Y cuando acabo, me quedo con la sensación de no haberme podido expresar bien. Salvo en el sexo, lo bueno…
En cualquier caso, y mientras llega ese poeta, me cago en la corriente actual de que toda entrada que tenga más de un párrafo es un ladrillo, toda canción de más de cinco minutos, un coñazo, y toda peli que no tenga explosiones cada rato, un tostón.
Nos están re-educando como a débiles mentales, incapaces de mantener la atención más de cinco minutos, y que ante la lectura de un texto extenso se muestran fatigados de antemano. En nuestras frágiles cabezas de chorlito sólo caben ideas simples, puras, poderosas. No hay lugar para la contextualización o los matices, es un lienzo pintado con los colores tal cual salen del tubo.
Una red de consignas y dogmas, en 140 caracteres. No conocimiento, sino propaganda. Buen medio de difusión del fascismo.
Interesante lo que escribes; sin embargo estás(mos) dentro mi hermano…, desde el momento que usamos la misma herramienta que criticamos para adjetivizar contra personas que las utilizan sin sentido (a los que llamas idiotas y dentro de los cuales puede estar un pariente cercano tuyo: ¡qué valor el tuyo!, criticar lo posmoderno desde la perspectiva negativoposmoderna…, criticas lo superficial en el uso de una herramienta y te vuelves metasuperficial en el trato humano)… y seguimos dentro de lo mismo cuando te hacen una observación como la de José Andrés y vuelves a salir con que te leamos sin prejuicios y tú te los avientas en tu comentario…, es decir cierras el círculo: criticas a lo posmoderno dentro de una actitud negativoposmoderna y te arrogas el que te lean sin prejuicios. No tomes mi comentario como sermón al tuyo…, no creo haberte ofendido y no era esa mi intención por si así sonó. Es mi particular visión de un texto que puede generar bastante polémica. Son varias las críticas respecto al actual sistema-mundo; sin embargo, echándonos a Otros encima no es la manera de cambiar al mundo…, debemos formarnos uno a uno, codo a codo y bien podría ser desde un interaccionismo simbólico.
Saludos bato…, desde México.
Saludos a todos.
He leído con atención el artículo y me ha gustado. Me siento identificado con el mensaje. Lo de twitter es una especie de tapadera para desarrollar otro argumento que, aunque quizás también esté relacionado, tiene más que ver con la sociedad de mercado, de explotación del hombre por el hombre etc.
Nos ha llevado al huerto. La tecnología se adueña de nuestras características personales. Internet es una maravilla, pero no se puede estar todo el día colgado del monitor. La telefonía móvil y todos sus gadgets son inventos formidables, pero no se puede uno convertir en autista a base de usarlos cada 2 minutos y no saber reconocer el canto de un pájaro.
No interesa (a quienes tienen el poder) que se cree comunidad, lo de las redes sociales está bien, pero hay que dar una paso adelante y que sirvan de verdad para convocar a la gente y que salgan a la calle a pedir explicaciones. Lo de salir a la calle es un ejemplo de lo que se puede hacer para hacerse respetar y no permitir que se nos tome por atontados o vendidos.
Ese empleado flexible y posmoderno del artículo acepta trabajos de mierda y jode a quien se ponga por delante para conseguir un puesto y no digamos un ascenso. Esto provoca desunión y ganancias para el mismo de siempre. Ese que seguramente se descojonará viendo cómo se mueven los posmodernos para llenarle los bolsillos.
Necesitamos estar unidos, aceptar quienes somos, no tener miedo al futuro ni conformarnos con el presente.Pensar, analizar, no dejarnos llevar por el mercado sino por las ideas, debatir.
La tecnología la tenemos, faltan ganas y convicción.
Como estudiante de Humanidades, gran amante de la literatura (aunque no la posterior a 1980), la filosofía y la historia, no podría haber expresado mejor estas ideas con las que comulgo profundamente.
Tu texto es un texto necesario. Y brillantemente escrito. Felicidades.
Sinceramente, me ha encantado lo que has escrito, lo comparto plenamente y sí, desgraciadamente, la tendencia es ESA, la individualidad, la falta de compromiso, el deseo de protagonismo.
Se ve que ya no sabemos disfrutar de las cosas sencillas 🙁
Muy interesante análisis y opinión. Gracias. Intriga que dirá el tiempo de estos fenómenos.
Que gran verdad, y es que algunos replicantes son mucho más humanos
Lo que a mí me pasma es la abnegación con la que muchos están dispuestos a defender a Twitter… Incluso entre quienes encuentran argumentos para criticar otras redes sociales encontraremos quien, obviando u olvidando que se trata de una empresa sin más objetivo que el económico, defienden Twitter como si la vida les fuera en ello. Como asunto propio, no sé si me explico: como si estuviéramos criticando a una institución consagrada. De hecho, hay quién ve -y no son pocos- que Twitter -y por extensión muchos otros prestadores de servicios en internet- son el ultimo reducto de la libertad, no sé, la cultura, el conocimiento o algo así. Que triste, este mundo, si la libertad viene prestada en servicio, si la cultiura y el conocimiento están en manos de una corporación internacional.
Le recomiendo, a este respecto, este video que he visto esta mañana:
http://barbijaputa.blogspot.com/2011/02/quien-me-preguntaba-que-por-que.html
Twitter está consiguiendo poco a poco que asumamos como propia su muy cacareada identidad corporativa, y esto es terrible. O ellos son muy buenos en lo suyo o nosotros, como usted bien dice, somos tontos de remate.
Me parece interesante esta visión … si no fuera porque es una crítica muy global… hacia el cambio del sistema de educación, hacia los que se han dejado llevar por los ciclos cortos, hacia la superficialidad… creo que la cuestión no es tanto volver a tiempos mejores donde el conocimiento de filosofía era la base de la sabiduría, sino cómo reconectar con la filosofía utilizando las plataformas que cada vez más se expanden. Lo siento, pero los ciclos cortos son imparables. No se trata de luchar contra ellos, sino de aprovechar la incercia. Y ese punto, este artículo no lo toca. Se recrea en la crítica. Me parece válido, pero si el último sabor de boca de un artículo es… «por dios qué mal estamos todos»… es un mensaje pesimista, y ya hay demasiados mensajes pesimistas 🙂 lo digo con todo mi amor 🙂
Me tomé el atrevimiento de postear este artículo en un foro (café virtual) de un curso de capacitación docente sobre TIC’s en Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
En este foro,donde los aportes de lectura los hacemos los docentes, quise desafiar a mis colegas para que debatiéramos temas relacionados con el curso (de 15 temas, el que tiene 57 entradas (tipo Twitter)debate sobre las preferencias de brebajes de los distintos participantes!!!! Da pena
Muy interesante el artículo. Permítame una puntualización. Cuando cita a su amigo arquitecto que dice “el modernismo es una línea, y el posmodernismo una curva», a mí me parece que las líneas son unos elemento del lenguaje plástico que pueden clasificarse, entre otros muchos criterios, en rectas o curvas.
Genial amigo…en breve me borrare de fbook,ya estoy harta de esta mierda d la postmodernidaf tambien en mis ratos libres….y es q mis jefes no paran de hablarme de toda esta mierda d la flexibilidad y la,cm yo vulgarmente digo,»puesta de culo para empalamieto» ….
Mi tutor no,él es un buen medico…mis jefes del SAS…que asquito…
MUA!!!!
Me ha gustado más una vez leídas las aclaraciones de tus comentarios.
Un saludo.
Mucha soberbia…este blog es distinto a todo lo que hay en Internet…mmmm…¿lo has leído todo?…es imposible…bájate del pedestal…porque no hay nada nuevo en la red…y todos los que critican te leen aquí…no no…
Hola. Creo que entiendo lo que dices. Pienso que esto de Internet es otra parte de la sociedad, como lo son las stock options, Telecinco, los mercados, la publicidad, la tasa de ganancia, Apple, la gente que se muere de hambre +-25000/día, las guerras actuales, Goldman Sachs, Sanofi-Aventis, los políticos, los tenderos….. creo que es lo que la mayoría de la población con poder decisión quiere, tal vez «engañados» como en el timo de la estampita, no sé. Una vez me dijeron que el mundo evoluciona tal como debe, y ya me lo he creído. La inteligencia media de la gente no tiene ganas de entender como funcionan las cosas en la sociedad, sólo quieren estar bien, otros nunca seremos capaces de comprender todas las relaciones e implicaciones existentes, y los más listos quizá lo puedan comprender y quizá vean que al final 1+1+1+1+..1n=n es más simple, cada cual quiere lo mejor para él, siempre es así. Y creo que es muy difícil ver, ni los reflejos de la hipocresía. Ahora hay mucha gente que cree que no vive bien y mucha que no vive bien, no hablo sólo del contexto local español. Cuando en la balanza, los que viven bien, se descuiden, y los que viven mal se den cuenta del timo, a los segundos, ¿alguien les pondrá de acuerdo? con la demografía creciente, ¿cuántos años crees que faltan para que ocurra esto? ¿Que ocurrirá?
Es fácil decir, “vaya pavo pesimista”, y más difícil explicar que soy optimista.
Perdona mi locura, no debo de haber tenido una buena noche.
Buenas noches Alberto. Acabo de leer tu entrada y si, sé que ya es de hace mas de un año, pero en mi opinión sigue vigente ya que no todo caduca a las pocas horas de haberse pensado, dicho o hecho y es precisamente por esto por lo que estoy de acuerdo contigo. Por otra parte, opino lo mismo de la televisión, la radio e incluso diría de la prensa donde ahora el titular es en sí la noticia. Gracias por tus reflexiones y un saludo. Por cierto, te sigo en twitter jajaja
Creo que tienes mucha razón en lo que dices, incluso al final: no todo es malo en las herramientas «rápidas» de comunicación en internet. Hay ventajas, inimaginables hasta hace nada, si se saben usar.
Por suerte pertenezco a una generación que nació y creció cuando aún no existían ordenadores personales, de hecho ni tele había cuando nací…creo que esa circunstancia nos ha «vacunado» a muchos, pero no deja de preocuparme lo que veo en bastante gente joven.
Al diputado no le gusta Apple y dice que es una compañía explotadora… pero lo utiliza. Dice que Twitter idiotiza… pero lo utiliza.
Con estos antecedentes y ¿aún por encima se pone a dar lecciones de moralidad pública o coherencia?
Papanaaaamericano. #ElÚltimoTweetdelPapa.
Lo mejor de todo es que el mismo concepto de postmodernismo no es sinó que una actualización del concepto de anomía de Durkheim, es decir, de la falta de norma compartida o atomización de la sociedad. Vamos que los proto-postmodernos de los años digamos 80-90 cogieron un concepto de principios del XX para reinventarlo en algo postmoderno, una redundancia en si mismo.
Bueno no sé si alguién me ha entendido pero ahí lo dejo, salud!
No soy una persona joven. Tú por tu edad podrías ser mi hijo. Entre mis experiencias de vida están estas que tú mencionas:»En los años ochenta el mundo cambia. Las estructuras económicas de la economía mundial cambian, y con ellas cambia también la forma en la que se relacionan las personas entre sí.(…)En efecto, los trabajos estables dan paso a los trabajados flexibles, temporales y precarios. (…) El trabajador posmoderno es un sujeto ágil, flexible, adaptativo, capaz de enfrentar cualquier problema y sujeto a los designios del mercado. Este segundo trabajador ya no trabaja en un mismo sitio toda la vida sino que tiene que desplazarse de un sitio para otro, para formarse y para ascender. Siempre está formándose y siempre está ascendiendo. Es un trabajador de la sociedad del conocimiento». Tan es cierto esto que no sólo me movilicé de una empresa a otra sino de un país a otro y de un continente a otro buscando mejores oportunidades.
Actualmente, veo como se repite en España lo que ya en su día viví en otros ámbitos, en otros espacios…pero las redes, internet, me permite estar mejor informada y me permite estar en contacto y tener acceso a la información que organizaciones como ATTAC o tú mismo dejan en internet. esto no quiere decir que tu crítica no sea cierta, sino que, sin duda, internet y las redes tienen, como la mayoría de las cosas de nuestro mundo, una doble cara. En este caso, como en muchos otros, hay que aprender a separar el grano de la paja. Y, sin duda, gente como tú y otros que te rodean nos ayudan a ello. A seguir en esta línea y gracias por tus reflexiones.
Y es así, que leyendo a un representante político al que apenas saco 12 días de vida (es decir, supongo tendrá una experiencia socio-histórico-vital semejante a la mía), verbalizar ideas y conceptos que siempre he sostenido como desgraciadamente auténticos y obvios pero, inexplicablemente, ignorados o soslayados por la mayoría de la gente; es así como recupero la ilusión en la raza humana.
El gran triunfo del capitalismo no fue inculcar el consumismo y hegemonizar la cultura del poseer, eso que ha resultado en conocerse como sociedad del bienestar y que tan apollardados nos tiene tras auténticas barricadas de chorradas materiales con utilidades difusas que no cubren ninguna necesidad real; el gran triunfo del capitalismo fue conseguir que el individualismo más egoísta, intransigente y dañino, aquél que pasa por el «yo soy lo primero de mi vida y lo más importante, y luego están el resto de extras de mi película»; se erigiera como única doctrina que no causase sonrojo defender.
Así, se genera una desafección brutal con relación a todo y todos aquellos que no sean mi grupo cercano, y se llega a la «curiosa» circunstancia de que pasamos más tiempo buscando aquello que nos hace diferentes entre nosotros que aquello que nos hace iguales. A cuantas manifestaciones habré asistido y habré escuchado a los parroquianos meterse con aquél que lleva «esa puta banderita del PSOE», o «esa puta banderita de Castilla Comunera», obviando que los portadores de dichas «banderitas» están allí defendiendo/luchando por lo mismo que tú, cafre.
Esa cultura de buscar la diferencia, lo que me hace especial y distinto y sobresaliente y guay, es una cultura deshumanizadora ciertamente desmoralizante, por lo hondo que ha calado su mensaje en el marco de un sistema capitalista al que esa cultura, propugnada por el propio sistema, sirve incondicionalmente, creando esclavos con la falsa ilusión de la libertad.
Y supongo que, como su texto, o más bien al contrario, de estas palabras puede sobreentenderse perfectamente todo aquello que hace alusión a las redes sociales.
Un saludo.
Nietzsche decía que había que centrarse en la idea, y no en explicar la idea como habían hecho otros filósofos…
«Porque ahora ser normal es una estupidez; ahora hay que ser guay»
La estupidez es creer que eso es nuevo.
Esto es un batiburrillo de ideas cogidas del libro «Rebelarse vende» de Heath y Potter, aderezadas con rancia tecnofobia. Todo esto para decir: Soy más guay que vosotros porque DIGO que quereis ser guays (La frase: «Este texto es sustancialmente diferente al resto de contenidos que hay en internet» es muy clarificadora).
La paja en el ojo ajeno, y tal…
Pondría que «no es necesariamente culto» el chaval de 23 años, así además evitamos la tonta guerra entre ciencias y letras.
No estoy seguro de lo que dices, acerca de la posibilidad de educación de los idiotas. Mas bien yo creo que hay algo genético, en todos nosotros al subestimar el número de estúpidos en circulación. Los idiotas y no tienen remedio. Si quitas de tus amigos en Facebook a los idiotas, seguro que serás más feliz.
En cualquier caso en este tema, siempre hay que nombrar al profesor Carlo Maria Cipolla.
Comparto mucho tu observación. También soy de los que cree que evidentemente la sociedad moderna esta falta de valores, motivación real, cultura real etc., algo que yo siempre identifico con la misma palabra: educación. Por que esta sociedad postmoderna que se levanta poco a poco, con estos analfabetos funcionales, reciben una educación, a mi juicio incompleta. Permíteme que me aleje así de tus discurso, que a mi juicio siempre tiene ciertos tintes de conspiración, y no es que crea que en efecto, también exista, sino por que creo que hay un discurso mucho más simple que la gente ignora y que es imprescindible para entender siquiera toda esta trampa financiera.
Pienso que el verdadero error está en el modelo educativo, que está caduco y obviamente envilecido también por el capital y el trabajo. Hace falta afrontar otro modelo que permita al individuo distinguir lo pésimo de la sociedad, por que yo me río de esa palabra libertad y más en internet. La postmodernidad entonces, esta metida en un ciclo de retroalimentación de incultura y de rancios valores y falsas cosas. A veces realmente pienso que tal como esta todo, para nada nos hemos alejado mucho de eso que llaman cielo e inferno, se practica como borregos, permíteme entonces que no pueda llamar a esta sociedad la sociedad del conocimiento, si de la információn en cambio, esa que no tienen nada de malo, aprendamos a usarla.
Muchas veces el hombre se jacta de ser egocéntrico para casi todo, para lo que quiere, pero a la hora de asumir la responsabilidad real de sus actos, siempre es muy goloso echarle la culpa a otras cosas o personas. Ay! si el problema real de este mundo fueran las drogas, Internet, la tecnología… que fácil sería al fin y al cabo solucionarlo.
He tenido tiempo de leer tu artículo, y me he dado cuenta de que vivimos en mundos diferentes.
En una ocasión llegó un viajero a un pueblo, y preguntó al primero que vio:
– ¿qué tal es este pueblo?.
– ¿qué te pareció el pueblo anterior?
– el pueblo anterior era sucio y feo. Estaba lleno de mala gente, maleducada e ignorante.
– Pues este pueblo es igual.
Poco después llegó otro viajero.
– ¿qué tal es este pueblo?.
– ¿qué te pareció el pueblo anterior?
– el pueblo anterior era maravilloso y encantador. Estaba lleno de buena gente, agradable y acogedora.
– Pues este pueblo es igual.
Alberto. Tú y yo, aún viviendo en el mismo pueblo habitamos pueblos distintos.
Estoy de acuerdo contigo.
@Antonio, con independencia que la mirada sea diferente o no, vivir en la misma ciudad dos realidades diferentes es un hecho frecuentísimo. Tan es así que en una misma ciudad pueden coexistir barriadas o zonas con tantas diferencias, como existen entre países de zonas de desarrollo diferente. El dato más clarificador a dicho respecto es el de la edad media de vida, que pueden coincidir con un país subdesarrollado en un barrio pobre o el percentil más alto de renta que dispone de las medias de vida más avanzadas.
Simplificándolo mucho, el debate sobre privatización de la sanidad a alumbrado no pocos informes concluyentes sobre la mayor rentabilidad económica y social de la pública. Pero en realidad, lo que pretende el PP no es privatizar la sanidad por ser más barata, sino excluir a la mayoría de los españoles de los niveles universales de calidad sanitaria actual, y crear de facto filtros en función de la renta al acceso de los servicios sanitarios. Evidentemente dejar morir a la gente es más barato, y como los datos ilustran ya al percentil más elevado de renta no le preocupa (10% más elevado de capacidad económica, oligarquía y su pleyade de colaboradores necesarios).
Saludos Cordiales Barbarie o Democracia
Como respuesta a tu último párrafo me remito a la «Teoría de Sistemas»: Para cambiar el sistema, tenemos que utilizar las herramientas que éste nos proporciona. He ahí su paradoja y su complejidad.
Muy buen artículo, aunque coincido con Theogonist en que no es nada nuevo, y que tú eres «un guay más» (me incluyo entre ellos).
Yo creo que has dado en el clavo, aunque no creo que se deba todo ésto al sistema en sí. Yo creo que la educación en casa es vital para no convertirte en un ignorante, y con ésto no quiero decir que unos padres obliguen a sus hijos a leer ni nada parecido, si no que los propios padres den ejemplo y estimulen la curiosidad de cada niño. Idiotas siempre habrá y los que queda por haber, pero la base de esa incultura se forja desde niño.
He hecho una reseña del artículo, por si a alguien le interesa.
http://el-atizador-de-wittgenstein.blogspot.com.es/2013/02/respuesta-al-articulo-de-alberto-garzon.html
Pues de ser cierto lo que comentas.. que me temo que sí, habrá que crear nuevos espacios de convivencia y alternativos al sistema. Estamos en tiempos revueltos, convulsos y parece ser que la transformación será larga y profunda. Creo que las redes sociales son un mecanismo de control social. Atomizados, sin cohesión y falsamente conectados, el nuevo panóptico 2.0 es más efectivo que nunca.
Recuerdo que hace tres años, con el plan Bolonia como argumento de fondo, eliminaron de la carrera de Publicidad y Relaciones Públicas, (menudo percal), la «imprescindible» asignatura de sociología de la publicidad. Sí señores, esa asignatura que decía cosas como las que Tú aquí explicas Alberto Garzón, y que tantos adeptos tenía como detractores. Qué decir que el profesor que la impartía creo que somatizó una enfermedad (soriasis), por el disgusto de la medida posmoderna, y es que este no tenía una segunda piel adaptativa y se la arrancaron de golpe…
Veo a mi alrededor gente que parece muy inteligente porque utiliza las redes sociales como autómatas (protésicos inconscientes ellos), y tienen siempre reuniones y muchas cosas que hacer y decir. No me gusta el lenguaje que utilizan ni los neopalabros (posmodernos) que vienen con ellos. Todo se ha convertido en una excusa para materializar los contactos, relaciones y tiempo en dinero. In god we trust. Somos travestidos sociales, como diría el profe de sociología de la publicidad. Tontos imantados por las modas, aparentemente inteligentes y sin corazón. Me niego a que me lleve la corriente, busco un árbol a donde amarrarme y alejarme de tanto «sujeto deseante».
Como diría Huxley, la gente debería aprender a estar en su habitación tranquilamente con sus cosas, y no tirarse a la calle a hacer cosas. ¿Quién nos va a enseñar a estar armónicamente con nosotros mismos? ..
El excelente análisis de Alberto avalado por un artículo científico:
http://www.transpersonaljournal.com/pdf/vol4-issue1/Amador%20Martos.pdf
Digamos que estoy a favor de la modernidad,por que a mi no me parece normal
por ejemplo «supuestamente» para que no haya embrollos legales.
todo supuestamente,en lo ficticio
Digamos que un policia jefe,manda a sus subordinados a acosar alguien
se entromete en su vida personal,solo por el capricho del policia.
Ahora diran los no modernos que eso es amor,yo lo llamo maltrato,aunque claro
aqui en españa es normal que a la mujer se la trate mal y estan en desigualdad.
Por que una persona debe aguantar los caprichos del policia.
Yo es que vuestro concepto de amor,como que no lo entiendo ni lo quiero entender.
NO AL ACOSO
«no tengo tiempo» es la frase del stressssssss…
el universo es curvo
y no tengo cuenta en twitter .
pero si administro blogs, publico en facebooks y leo e books, en papel y en el sillón
2.0 y lo que vendrá
¡qué noche la de aquel día!
excelente artículo
gracias