Repasando las tasas de feminización del profesorado andaluz y español me he encontrado con una «curiosidad» que quisiera compartir. Resulta que la amplia mayoría de los profesores tanto en Andalucía como en España son mujeres. Así, en España hay más de cuatro profesoras por cada profesor en educación primaria, más de dos profesoras por cada profesor en educación secundaria, y también más de cuatro profesoras por cada profesor en educación especial. La extraordinaria excepción está en la enseñanza universitaria, en la que ocurre al revés y hay prácticamente dos hombres por cada mujer.
Y si hay algo que diferencia a todos esos tipos de enseñanza es la forma en la que se accede al mismo como profesor. Mientras en la educación no universitaria el acceso es a través de méritos (oposiciones y puntos, por simplificar), en la universidad el proceso es bastante más oscuro. La pregunta es, ¿no habrá algún tipo de mecanismo cultural que obstaculice el acceso de las mujeres como profesoras a las universidades?
La pregunta no es una tontería, porque algunos podrían considerar que lo que ocurre es sencillamente que las mujeres no están lo suficientemente formadas para acceder a esos puestos que son los de mayor cualificación. Sin embargo, los datos revelan que en realidad es al revés. Desde hace más de quince años, desde los que se recogen estadísticas, las mujeres son las que más terminan la universidad y también las que más se matriculan en programas de tercer ciclo (que son los que permiten tener el título de doctor).
Por lo tanto la pregunta es perfectamente pertinente.
* El índice de feminización cuantifica el número de profesoras por cada cien profesores. Un índice de 100 indica que hay una profesora por cada profesor.
Según leí tu primer párrafo iba a contestarte justo lo que expones en el segundo… A las mujeres aún nos quedan mucha lucha en este mundo de hombres.
Todo lo que leo aquí me parece interesante. En este caso, además me afecta de lleno. Me parece una disertación muy acertada sobre la gran «estafa» que sufrimos las mujeres en tantos y tantos hábitos de la vida laboral.
La pregunta sería más bien «¿qué mecanismos (no sólo culturales, también políticos) intervienen?».
Que hay algún mecanismo no-económico es una obviedad, salvo quizás para esa extraña secta de ideas bizarras que cree dogmáticamente que el mundo responde a la teoría neoclásica.
Cambiando de tema, ¿por qué la izquierda no reclama un mecanismo de entrada en la función docente universitaria más parecido a unas oposiciones? Al único al que le he escuchado algo parecido es a Julio Carabaña (http://firgoa.usc.es/drupal/node/30164).
Siempre se ha entendido o fomentado que las mujeres sean profesoras de primaria, por que cumplen con el rol de «cuidadoras de niños», de formadoras de niños que la sociedad tradicional fomenta y aprueba. Yo recuerdo, por ejemplo, que en mi colegio, en los primeros cursos de EGB solo habia profesoras y los profesores solo iban apareciendo, gradualmenta, a partir de 3º de EGB.
Imagino que la desigual distribucion entre la enseñanza primaria y secundaria y la universidad se debe a este factor generacional que, esperemos, se vaya superando. También, ojo, hay que tener en cuenta que los tribunales universitarios tienen todavía un papel. Y los que eligen, por ahora, son casi todos hombres.
Supongo que algo tendrá que ver la función o rol principal desarrollada. En la educación pre-universitaria, la función principal es la docencia, enseñar. En la universitaria (que también enseñan cosas), el rol de estatus social es muy importante.
Veo muchos artículos publicados por hombres (mayoriatariamente) que junto a su firma ponen su estatus de «catedrático de…». No se si imparten muchas clases, pero presumir de rango, sí, desde luego.
Habría que saber si el sesgo es en toda la enseñanza universitaria, o en los cuerpos inferiores (prof. asociado y becarios de colaboración) nos encontramos (quizás) con una distribución similar a la pre-universitaria (cosa que me sospecho).
Alberto: las profes universitarias tienen el mismo escollo SOCIAL (estructural) que el resto de la población activa de mujeres en otros sectores laborales, para lograr los mismos niveles de actividad (y profesionalidad, status, etc.) de los hombres. Comparar las mujeres activas dentro del sector educativo no resuelve el problema de la histórica y actual desigualdad de género en otros sectores laborales. Por escollo social me refiero a la maternidad como elemento condicionante (estructural e individual) que el sistema capitalista se resiste a resolver. Me abstengo de opinar de forma racional cuando se apuntala que las mujeres no persiguen con igual interés que el resto del mundo apuntalar su profesionalidad o logro de status, etc., y que por eso no alcanza el nivel de poder o competitividad, etc., que los hombres. El coste social del cuidado es el factor clave.
También hay estadísticas que muestran cómo determinadas profesiones que cuentan con una trayectoria feminizada (además del ámbito de la educación se puede valorar, la enfermería, el trabajo social…) el acceso de los hombres a los puestos de trabajo es mucho más exitoso que el de las mujeres, se trata de profesiones que son valoradas socialmente y entre las que se considera positiva la participación masculina.
Sin embargo no ocurre lo mismo con profesiones en las que el porcentaje de mujeres es más bajo (ingenierías) en las que la discriminación se sufre desde el aula de la universidad de la mano del Catedrático de turno.
Es necesario separar el anílisis de las funciones o roles que prioritariamente realizan uno u otro sexo, porque los supuestos cambios que tienen lugar a nivel generacional se paran cuando el patriarcado tiene que ceder parte de su cota de poder, las mujeres siguen desarrollando las funciones menos valoradas socialmente, siguen teniendo los empleos menos remunerados y la participación en los órganos de toma de decisiones sigue siendo mucho menor, a pesar de tener más formación…
La aportación de Magdalena es muy importante, el cambio de roles no vendrá dadopor sí solo, sino de la mano de un cambio de sistema. El capitalismo salvaje avanza minando derechos y conquistas sociales, las de las mujeres se miran ya desde un segundo plano. Véase a Doña Soraya, en un alarde de profesionalidad renunciando a su baja por maternidad ¿Para qué?
Seguro que pronto poco a poco, las mujeres también comienzan a ocupar puestos en el profesorado de la Universidad. Yo por ejemplo tengo muchas profesoras dando clase sobre todo en el área de bioquímica.
al kantor a los equilibrios
y al discurso lleno de demamogia,
oh los mil nicks criptograficos tu tambien le sigues el juego
a la policia
ni kantor ni nada
la mas cuerda de entre todos vosotros..
ni te me acerques por que no tienes ni verguenza
rollos criptograficos
manipulador