¿Recuerdan la película El bueno, el feo y el malo? Pues la política actual, una vez filtrada por los medios de comunicación, se parece cada vez más a aquella obra del género western. Al menos esa es la impresión que emerge tras leer determinados titulares de prensa. Es como si el terreno de juego político se hubiera no ya sólo convertido en un espectáculo sino que además incluyera directamente a los pistoleros del viejo oeste.
– ¿Qué le pareció a usted el debate a dos entre Albert Rivera y Pablo Iglesias?
– Desde luego un sano ejercicio democrático, pero con demasiadas sillas vacías. Lo adecuado es promover debates con más participantes.
– Y, dígame, ¿le hubiera gustado a usted participar? ¿Quiere usted un debate con todos los candidatos?
– Por supuesto, como candidato y como economista me hubiera gustado poder decir muchas cosas que no se dijeron en aquel debate. Además, nosotros siempre hemos defendido debates con múltiples candidatos.
– ¿Y le gustaría debatir concretamente con Pablo Iglesias?
– Por supuesto, como con todos. Para que la gente pueda contrastar programas y propuestas. Y que vote en consecuencia.
Esta conversación no es imaginaria. Se ha producido varias veces a lo largo de la última semana en el marco de entrevistas que he tenido con diferentes medios de comunicación. Pero los titulares que se han construido han sido muy distintos entre sí. Uno de ellos es representativo de los tiempos que vivimos: “Alberto Garzón desafía a Pablo Iglesias”.
Ya saben, como si yo estuviera en una colina, sombrero al viento y con la pistola medio desenfundada. Suena L’Estasi Dell’oro, de Ennio Morricone, que acompaña el lento desplazamiento de cámara que permite observar que al otro lado está otro pistolero, un tal Pablo Iglesias, que tiene que decidir en qué momento dar respuesta al duelo pendiente. ¿Quién no se siente atrapado por esa atmósfera espectacular? ¿quién no desea conocer el desenlace de la trama?
Ahora bien, la duda que emerge es: ¿por qué un periodista iba a titular así una información que tiene otros muchos enfoques posibles? Me parece sensato pensar que detrás está la lógica económica que vincula los beneficios empresariales del medio con la audiencia, a través de la financiación por publicidad. Dicho de otro modo: cuanta más audiencia, más publicidad y más ingresos. Pero seguimos sin resolver la duda original: ¿por qué da más audiencia titular así?
Algunos compañeros de prensa me dieron la explicación de muchos titulares en internet: el proceso SEO (search engine optimization). Este proceso, convertido casi en una industria que cuenta con sus propios especialistas, consiste en ajustar las noticias y artículos para que los buscadores –fundamentalmente Google- integren el contenido en las primeras posiciones de búsqueda. Para que, en definitiva, el usuario de internet lo encuentre con mayor facilidad. La clave es que los buscadores detectan las palabras más citadas en un determinado momento, y si estas palabras están incluidas en el titular entonces la noticia aparecerá entre las primeras tras una búsqueda. Hay otras variables que influyen, pero esta es la fundamental.
Así, cuando algo se convierte en moda aquellos que hablan de ese algo pueden obtener rédito económico. Por eso en este momento, y hasta que no cambie la moda, las palabras atractivas para un medio digital son Pablo Iglesias, Alberto Garzón y Podemos, por citar algunos ejemplos. Son palabras muy bien valoradas por los buscadores, de tal forma que un titular del tipo “Alberto Garzón dice que Pablo Iglesias defiende políticas de derechas” es mucho más atractivo –y rentable- que un alternativo –y más sensato- “IU presenta su programa económico, que es distinto al de Podemos”. Podría traer centenares de ejemplos que he sufrido, que sufrimos todos, en los últimos meses.
Ahora bien, conviene hablar también sobre las consecuencias políticas. Y es que los efectos de un tratamiento espectacular de la información política son evidentes. La gente conforma sus opiniones en relación a esas imágenes que les llegan a través de los medios. Pero es que los medios transforman a la persona en personaje, y es el juego que se establece entre personajes lo que define el campo actual de lo político. Dicho de otra forma, la imagen del político –el personaje- se construye fundamentalmente en los medios, y es con esa imagen con la que la gente se referencia. Pero al mismo tiempo el personaje no sólo se vincula a la ciudadanía que puede votarle (o no) sino también con otros personajes.
Es por esto por lo que decimos que la política se ha convertido en espectáculo. En detrimento de la ideología y de los debates serenos y rigurosos (¡de la deliberación!) se ha impuesto una concepción espectacular de lo político. Los programas han dado paso a los discursos, y las personas a los personajes. Y los personajes no son sino la representación, la imagen, de una persona que hace política. Al mismo tiempo, todo personaje va acompañado de una historia, de un relato, que no tiene por qué ser verdad sino sólo ser creíble y atractivo –para la audiencia, para la rentabilidad de los medios.
La creación del personaje es la verdadera batalla de la política del espectáculo. Los expertos en la materia recomiendan sus tácticas y sus relatos, e incluso cuando recomiendan naturalidad es para aparentarla. Y en esa batalla influye la lógica económica, cómo no. Así es como el relato “IU intentó la Unidad Popular para beneficio del país” puede ser rescrito como “Alberto Garzón se cabrea con Podemos porque Pablo Iglesias es su amigo y le ha dicho que no”.
Y a mi, qué queréis que os diga, no me apetece dejar que se cree el personaje que los medios y su lógica económica desean. No me resigno a recuperar la POLÍTICA -con mayúsculas-, haciendo honor a la famosa frase de Gramsci de que la verdad es siempre revolucionaria. Dejaremos los pistoleros a otros y haremos el camino que, aunque sea más largo, al menos nos lleva a alguna parte.
NOTA: Este tema ha sido ampliamente debatido en la academia, pero aprovecho para señalar que en el artículo hago referencia mezclada a dos patas del espectáculo que se interrelacionan pero que son diferentes: el sensacionalismo (que invita a poner verbos como «retar» o «desafiar» en vez de «querer debatir») y el comportamiento SEO (que es de palabras-moda).
Como siempre que escribe, es un placer leer las palabras y esa pizca de verda que hace falta en los pocos o muchos debates que habrá. Cuanta con mi apoyo.
Los titulares son como son. Los hemos visto cambiar lentamente, casi sin enterarnos, hasta acostumbrarnos a esa forma tan suya de modular la realidad: las mujeres son halladas muertas, los refugiados sirios son alcanzados mortalmente por proyectiles de advertencia disparados por las fuerzas del orden, etc. Cuando hay sangre, se esconde (no sea que las noticias hieran la sensibilidad del público), pero cuando no la hay, se inventa un crimen truculento. A menudo oigo a quienes defienden este nuevo periodismo porque ha permitido que mucha más gente se interese por la política. A mí me parece que sólo hace atractiva la política a modo de entretenimiento, de ir con los blancos, los verdes, los azules o los rojos, como los romanos que apostaban a los caballos. Se echa de menos hablar y oír hablar de política con argumentos razonados y fuentes fiables, no con dramatismos y eslóganes memorizados.
Por otro lado, a mi entender, el problema de los titulares es mínimo en comparación con el contenido de los artículos o de las entrevistas que te hacen en televisión. Te sigo mucho, me da cierta esperanza escucharte, así que asiento con pena mientras leo estas reflexiones tuyas, porque te creo, creo efectivamente que no buscas la confrontación. Debe ser frustrante verse a uno mismo tan tergiversado en la prensa y no tener el poder de reclamar tu verdadera imagen.
La otra mañana en telemadrid sonabas bastante a gusto, se te veía cómodo a pesar del sueño y te daban tiempo de sobra para responder, incluso tuviste un par de oportunidades para hablar de temas importantes. Pero las preguntas buscaban un titular tipo «Pablo es muy malo, hasta yo que soy de izquierdas pienso que es malo». Me hizo gracia cuando pusieron debajo de ti la cita siguiente: «Alberto Garzón: los economistas sabemos torturar a las estadísticas para que digan lo que nosotros queramos» (parafraseando, no recuerdo bien). Hacías el chiste a propósito de los datos de la EPA, pero fuera de contexto parecía que te estuvieras jactando de lo bien que nos podías engañar a todos, como malvado comunista que eres. Eso en telemadrid. En el Objetivo fue mucho peor. Parecías la única persona que tenía algún interés en hablar de política, los demás estaban demasiado ocupados lanzándose cuchillos. Cuando hablabas (a toda velocidad, por cierto, exprimiendo el turno de palabra), los demás aprovechaban para pensar en el siguiente insulto. Nadie te contestaba, te miraban como si dijeras cosas sin sentido. O eso se percibía desde el otro lado de la pantalla, al menos.
En lo que va de mes sólo les oigo preguntarte por la ruptura con Podemos. Muy bien, ya está, ¿y ahora? Resulta desquiciante, no sé cómo eres capaz de soportarlo. Incluso hoy en eldiario.es titulaban un artículo como «Ofensiva de A.G. por toda España para poner en valor el programa de IU». Muy bien, espero que hayas engrasado bien tus armas y que le hayas sacado brillo al casco. Esta predilección por lo truculento es la que ha polarizado tantísimo a votantes de Podemos e IU. Personas que éramos grandes amigos en el pasado ahora tememos encontrarnos por miedo a volver a caer en discusiones que no tienen salida («yo soy la verdadera unidad popular», dice uno, «no, yo más, desde antes», dice el otro). Sería bueno que el periodismo fuera más riguroso, aunque sería mejor que lo fuéramos los lectores, los políticos, los votantes.
Yo, ilusa que no entiende la neolengua, sigo pensando que IU es nuestra única esperanza y que sólo tú, en el congreso y fuera de él, hablas mis pensamientos, mis inquietudes y creencias, independientemente de estrategias políticas. Por eso seguiré confiando en ti. Mucho ánimo, sigue enseñando y seremos más. Puede que no de aquí a diciembre, pero dicen que lo que no te mata te hace más fuerte.
Que pasa? El duopolio informativo, ha dejado la cobertura de Generales en sus 4 Telediarios a tres, pp, psoe, podemos, ignorando a CIUDADANOS. Podria ser que deban frenar ahora a CIUDADANOS?
Saludos, llaneros solitarios.
«Nec nominatur in vobis»
Literalmente significa “ni se nombre entre vosotros; ni se cite”. Su origen está en la Carta o epístola que San Pablo dirigió a los habitantes de Éfeso (Efesios, 5,3-4)…
Supone el rechazo a reconocer lo que ya se conoce.
Y en Elecciones se habla de lo que interesa para manipular los votos…
Saludos
En relación con lo que expones en esta entrada, Alberto, me parecen muy oportunas las apreciaciones que hace el profesor y periodista José Luis Dader en uno de sus artículos, concretamente en “Periodismo político y política del periodismo: Imaginando un futuro digno y sostenible” (UCM):
«La condición del periodismo de agente fiscalizador del cumplimiento de las instituciones y las élites de sus responsabilidades cívicas, una dedicación asumida como contrato social entre los ciudadanos y los periodistas, se ha ido desvaneciendo a medida que el seguimiento exigente de las políticas y actividades institucionales de los gobernantes iba cediendo en la atención de los gobernados, más interesados en sus propias ocupaciones particulares y en la curiosida trivial por las anécdotas personales de los representantes públicos. Los estilos de vida han sustituido a los estilos de gobierno en la atención de los gobernados, cada vez más travestidos de consumidores y sólo esporádicamente autoafirmados como ciudadanos. Los medios informativos sobre la actualidad vuelven a parecerse a la caricatura que el coetáneo de Shakespeare, Ben Jonson hiciera de las primeras ‘newes’ y corantos de inicios del siglo XVII, cuando el negocio de los impresores consistía en un estanco de variedades que despachaba todo tipo de chismorreos y leyendas, escritas, sin prurito de veracidad, al gusto cambiante de compradores de sorpresas.
La privatización de lo público, ya advertida por Habermas a finales de los cincuenta y por Sennet no mucho después, ha continuado progresando; y como perciben Merrit y McCombs desemboca hoy en una visión autorreferencial de los acontecimientos, circunstancias y oportunidades, que la gente interpreta con la mayor naturalidad en clave exclusivamente personal. Estos profesores de periodismo recurren a Robert Putnam para señalar que se ha instalado <> que desbanca <>.
La presión de ese cambio cultural al que el mundo occidental no sabe escapar por el momento explica, sin duda, el surgimiento de un catálogo de nuevas pseudofunciones para el periodismo, devaluado en carrusel de variedades informativas. Y termina por explicarnos, mucho mejor que todos esos lamentos por la muerte del papel impreso, la auténtica crisis de nuestro periodismo».
Un servidor es estudiante de periodismo a punto de graduarse y no puede estar más de acuerdo con las palabras de Dader, ni con las tuyas, Alberto.
Un saludo y un abrazo de uno al que todavía no has sido capaz de defraudar, ni presiento que lo vayas a ser.
“La condición del periodismo de agente fiscalizador del cumplimiento de las instituciones y las élites de sus responsabilidades cívicas, una dedicación asumida como contrato social entre los ciudadanos y los periodistas, se ha ido desvaneciendo a medida que el seguimiento exigente de las políticas y actividades institucionales de los gobernantes iba cediendo en la atención de los gobernados, más interesados en sus propias ocupaciones particulares y en la curiosidad trivial por las anécdotas personales de los representantes públicos. Los estilos de vida han sustituido a los estilos de gobierno en la atención de los gobernados, cada vez más travestidos de consumidores y sólo esporádicamente autoafirmados como ciudadanos. Los medios informativos sobre la actualidad vuelven a parecerse a la caricatura que el coetáneo de Shakespeare, Ben Jonson, hiciera de las primeras ‘newes’ y corantos de inicios del siglo XVII, cuando el negocio de los impresores consistía en un estanco de variedades que despachaba todo tipo de chismorreos y leyendas, escritas, sin prurito de veracidad, al gusto cambiante de compradores de sorpresas.
La privatización de lo público, ya advertida por Habermas a finales de los cincuenta y por Sennet no mucho después, ha continuado progresando; y como perciben Merrit y McCombs desemboca hoy en una visión autorreferencial de los acontecimientos, circunstancias y oportunidades, que la gente interpreta con la mayor naturalidad en clave exclusivamente personal. Estos profesores de periodismo recurren a Robert Putnam para señalar que se ha instalado que desbanca .
La presión de ese cambio cultural al que el mundo occidental no sabe escapar por el momento explica, sin duda, el surgimiento de un catálogo de nuevas pseudofunciones para el periodismo, devaluado en carrusel de variedades informativas. Y termina por explicarnos, mucho mejor que todos esos lamentos por la muerte del papel impreso, la auténtica crisis de nuestro periodismo”.
Un servidor es estudiante de periodismo a punto de graduarse y no puede estar más de acuerdo con las palabras de Dader, ni con las tuyas, Alberto.
Un saludo y un abrazo de uno al que todavía no has sido capaz de defraudar, ni presiento que lo vayas a ser.
Ánimo y fuerza en esa lucha tuya porque prevalezca la verdad revolucionaria! Soy de las que piensa que la noticia interesante es la que habla de las diferencias en los programas de los partidos y también creo que hace falta educación para que los animalitos humanos lo acabemos entendiendo así. Debemos educar la emoción para no confundirla con la verdad revolucionaria! Para aprender a observar las cosas con perspectiva y a valorarlas. Queda tanto por hacer!! Por eso admiro tu entereza y determinación; porque persistes en tu lucha y eres ejemplo. Los que caen en el juego de fingir (la mayoría) para ganar votos me asquean. Tú no lo haces. Te admiro por ello. Sigue así!
Las antípodas de la política de héroes o personajes, individuos en argot de Les Luthiers. Un artículo de Montserrat Galcerán en Diagonal: la lección de las candidaturas municipalistas https://www.diagonalperiodico.net/panorama/28099-la-leccion-candidaturas-municipalistas.html
Es significativo también conocer lago a esta concejala de Ahora Madrid, enlazo la carta con que presento su candidatura: https://primarias.ahoramadrid.org/montserrat-galceran/
Saludos Cordiales.
Alex de la Iglesia ha utilizado estos días vídeos donde salen los personajes de Star Wars bailando acompañados de la canción de Raphael, Mi gran noche, que da título a su última película. Star Wars es una franquicia que siguen cientos de millones de personas, y que en una hábil maniobra aparentemente divertida y simpaticona De la Iglesia ha puesto al servicio de su película, teniendo como anunciantes a los mejores posibles y que más audiencia arrastra,. ¿ Por qué digo esto? Porque hoy en día no podemos desconocer los mecanismos de psicología de masas, publicitarios de marketing a la hora de hacer política. Tú mismo lo dices, ese lenguaje épico, de duelo al sol, arrastra más audiencia, genera más interés. A ti te puede parecer un «circo» o algo despreciable, pero no entender estos códigos es desaprovechar una enorme opotunidad para colar tu mensaje y tu marca. Estamos en la sociedad del espectáculo, pues utilicemos sus códigos y rebocemos el mensaje político de espectáculo, para que se traguen la pildora sin enterarse. Sin pasarse tampoco, no caigamos tampoco en el esperpento. ¿ Cómo va trepando Pablo Iglesias desde la Tuerka a la Sexta, dotando a su mensaje de un estilo épico, con desafios ( Jiménez Losantos, Dragó, Aguirre) , chulería, audacia, enfrentamientos en intereconomía y poético ( se busca la emoción en todo momento sin desdeñar la razón, la razón emocionada). Hace política espectáculo a la par que va colando su mensaje y aumenta seguidores exponencialmente. Y va a todas las televisiones y radios que puede a dejar su mensaje. Se corre el riesgo también de que el medio se convierta en el mensaje, pero no veo otra forma de salir del ostracismo mediático. IU cuando menos no debe de desaparecer, porque hay un capital humano y de experiencia muy importante, que debe servir al menos de contrapeso.
@Fran, la reflexión realizada no es menor, pero tampoco hay que exagerar.
Primero el ostracismo mediático, no se determina por la locuacidad del lider, sino fundamentalmente por la posibilidad que los medios le brinden de ser emisor. Lo que no niega la importancia de la locuacidad y oratoria del mismo.
Es necesario, al mismo tiempo, estar invigilando sobre los medios o formas de comunicación, salvando distancias y comparaciones, los nazis descubrieron y practicaron hace mucho, el marcketing y la psicología de masas. No sólo dirigiéndose a las emociones, sino centrándose en ellas hasta nublar la razón, y utilizando la mentira.
La transmisión de emoción, es positiva, es motor de la razón y la fija, pero su utilización exacerbada tiende a eclipsarla. No se trata de no transmitir emoción, no somos Spock de Star Trek, sino de no deformar nuestra identidad como humanos, por qué deformamos el mensaje, la transmisión debe incluir emoción y razón, en tal combinación que la primera contribuya a la promoción de la segunda, no a su solapamiento.
Escuchaba o leía -creo que lo segundo- a Pablo Iglesias decir, que cuando iba a una tertulia tras ella las gentes no recordaba lo dicho, sino lo sentido. La empatización producida, en tal caso, es importante, sin duda, pero no contribuye a la concienciación, sólo a la creación de culto a la personalidad por simpatía.
Estamos en la sociedad del espectáculo, es cierto, pero no es alternativa, ni rompe tablero alguno, quién acepta sus reglas del juego y medios.
Finalmente de aceptarse tal así, sin mediar equilibrios, se empieza aceptando las reglas del juego y se termina prostituyendo el mensaje para encontrar espacio con ellas, porquë el continente al dar forma puede, por presión, cambiar el estado del contenido.
No se puede renunciar a las formas del titular, ni a la comunicación express de las redes sociales, pero sus formas y carga de emoción, deben promover la razón o conciención. Anularla creando simple simpatía, promocionando el culto a la personalidad de hiperliderazgos, no construye alternativa en Europa.
De otra parte, el retroceso evidente en algunos territorios de las fuerzas del cambio (a excepción de Cataluña -incluyendo a las CUP y BeC-, Galicia, o Valencia), deviene no sólo del feedback emoción y razón, sino de la sinergía que supone la conjunción de energías del cuerpo alternativo.
En cualquier caso, la cercanía o alejamiento de la cultura política significada en el 15-M, en formas y contenido, es lo que deparará en el tiempo éxito a la alternativa -como tal, sin transfigurarse- o no.
La irrupción política de PODEMOS, como la catarsis desarrollada en IU -todavía en curso-, y otros cambios producidos en la escena política, se derivan de la inflexión producida el 15-M, no al reves.
Las revoluciones, rupturas populares, cambios desde abajo, siempre son la organización de lo expresado, de lo surgido, emergido directamenet y manifestado por el pueblo. No es un performance discursivo, ni verbo creador -deico- de una nueva correlación de fuerzas sociales, sin negar el papel que el discurso y la organización juegan en el desarrollo del movimiento popular, sólo dan cuerpo, organizar y formalizan el discurso inherente a la expresión popular (15-M, Mareas, 25-S, 22-M…).
No es épica sentimental, sino razón acompañada de sentimiento, humanidad, que fija tras la tertulia no el sentimiento -que también-, sino la comunidad en la razón, pensamiento, principios, valores que dirigen nuestra acción. Lo contrario, ya lo conocemos, sabemos a donde lleva, y para ese viaje hace tiempo que tenemos actores que consiguieron la meta.
Saludos Cordiales.
Ya comenté que «Se corre el riesgo también de que el medio se convierta en el mensaje», pero que me parece la única forma de ese ostracismo. No tenemos medios para difundir el mensaje, tampoco los tenía Pablo Iglesias cuando le invitaban a intereconomía o 13tv. En la Sexta o Cuatro es probable que accionistas como Roures hayan intervenido para que saliera mucho, pero también que aumentaba la audiencia , los beneficios de esas empresas, y eso lo ha conseguido también através de una política con componentes de espectáculo como los duelos, retos públicos, bravuconadas ( yo tengo más matrículas que tú) . El conflicto genera un interés mediático casi antropológico. La cuestión dentro de la sociedad del espectáculo, es vaciar de contenido sus simbolos, sobretodo los de mayor potencia y que tienen más audiencia y ponerlos al servicio de nuestras ideas. Si la música de fulanito tiene muchos millones de descargas, pues nosotros la utilizamos de vehículo, como quien utiliza un ferrari, para trasnmitir nuestras ideas y nuestra marca. Y donde digo música, digo película, cuenta de twitter de un famoso con millones de seguidores, best seller, serie de televisión, competición deportiva, etc. Si sabemos que ese estilo espectáculo de retos públicos , duelos al sol, etc genera mucho interés y audiencia, podemos despreciarlo pero eso no va a cambiar ese interés, o podemos aprovecharlo y forrar con ese espectáculo nuestro discurso. Creo además que lo que estoy exponiendo es una idea tan buena, que ni siquiera deberías publicarla
@Fran, el debate que existe, no es por la inclusión de la emoción, siempre ha estado presente. De lo que hablamos, es de la preeminencia de la emoción sobre la razón, del eclipse racional, ocultación, solapamiento, no de la negación emotiva, sino todo lo contrario, de la razón o lo racional.
Desde una perspectiva política en el tratamiento de la industria mediática, la cuestión principal es la determinación de la agenda settings o pública, la designación sobre qué habla, y en qué términos, la opinión pública.
Como comprenderás, por muy showman que sea un líder político, la industria mediática, no va a permitir que marque los asuntos de que se deben hablar, ni las formas de abordarlos (lo que debe llevarnos a reflexionar algunas cosas).
Traigamos un ejemplo pasado, menos sometido al nublamiento emocional del momento (lo caliente): Julio Anguita tuvo más espacio en la industria mediática antes de que alcanzara su máximo apoyo, personal y como IU electoralmente, que después. Curiosamente el éxito de Julio Anguita, se acompañó no de más ocupación de espacio mediático, sino todo lo contrario ¿por qué?….. .
Creo que esto es un motivo de reflexión, para todo aquel entiende la batalla electoral en términos mediáticos.
La opinión pública, y con ella la agenda settings o pública, sólo se modifica a través de la organización y la movilización popular. La PAH y sus movilizaciones entorno a la ILP contra los desahucios, es un ejemplo paradigmático y actual, de cómo modificar la agenda settings y la opinión pública.
De otra parte, pensar que la audiencia existe por el verduleo político «aquí hay tomate»(y que es el preferido), es tener a l@s españoles-as por verduler@s. Pero en estos últimos años ha cambiado mucho la cultura política; y por ello han salido como setas los programas del verduleo político, para ahormar y educar desde la verdulé, fomentándola.
Fíjate en la valoración de líderes, una persona tan poco dada al showman como A.Garzón, siempre aparece como el segundo más valorado.
O en el debate a siete del Objetivo con Ana Pastor, defendió unos presupuestos o propuestas con unas formas que le hicieron destacar, por ser el único que marcaba diferencia, tan es así que no participó del verdulé centrista del resto, fue el programa del verdulé a seis, y Garzón. Precisamente eso le distinguió y hace singular, la coherencia entre formas y contenidos.
Pretender que no salimos en televisión por nuestras formas, o discurso, por no ser espectáculo o showmans, es muy peligroso argumentalmente, pues hace depender la presencia de un líder político de tales cosas.
Dale la vuelta argumental al tema, si basamos el cambio alternativo en el uso de los medios y no en la movilización para cambiar la agenda y opinión pública, y establecemos una relación entre formas y aceptación o enamoramiento de los medios, para determinar el espacio mediático que se ocupa. La responsabilidad de aparecer o no, recae sobre quién encarna la alternativa, por responder al perfil que piden –no los medios- sino los “Tiempos”. Llegados aquí, si los medios cierran el grifo de comparecencias, la responsabilidad es del susodicho líder, que debería de acrecer su espectacularización o showmanato, al socaire de “Los Tiempos”, lo que muy probablemente le transformaría en bufón o esperpento de su propia sombra, un borrón de maquillaje en un camerino de atrezo.
Lo del enamoramiento mediático, es un relato contado por PODEMOS, para explicar la ocupación de espacio mediático, y desde el marketing político, ha tenido sus efectos positivos o balsámicos. Pero no es realista – tan es así que sólo debemos cambiar el interlocutor y colocar a Rivera, para sacar conclusiones (conste decir, que Rivera se ha domeñado en el arte del debate en competición), o trasladarnos en el tiempo a lo que le ocurriera a Anguita.
El debate sobre emoción o razón es falso, la emoción siempre se ha incluido, es inherente al ser humano. Hablamos de la preeminencia de emoción sobre razón, de su eclipse, ocultación, solapamiento, no de la negación emotiva, sino todo lo contrario, de la razón o lo racional.
De otra partre, en la industria mediática, no somos quiénes determinamos formas y contenidos, ni participantes, por muy locuaces o pistoleros que sean.
Con ello, no se niega el papel que debieran jugar los medios de comunicación, por encima de su industria, y la pretensión de ocupar espacio, estudiar nuevas formas de comunicación y conexión, para contribuir a la catarsis generadora de conciencia. Sólo se pretende tener una visión realista de la cuestión, tratándola en sus justos términos.
Sobre todo, y por encima de todo, ahí no somos quiénes marcamos la agenda pública o setting, sólo tenemos dicha posibilidad a través de la movilización popular, como ocurriera con la ILP de la PAH y su cohorte de movilizaciones o con el 15-M.
Saludos Cordiales.
De verdad estas contestando a cuestiones que yo no he afirmado ni he planteado . No has entendido lo que he dicho. Ejemplos: «Pretender que no salimos en televisión por nuestras formas, o discurso, por no ser espectáculo o showmans» «De lo que hablamos, es de la preeminencia de la emoción sobre la razón, del eclipse racional,» A partir de esto que no es lo que yo he dicho ni lo que estoy planteando, desarrolas todo tu discurso. Es cómo si no hubieras contestado, porque te has inventado lo que yo digo.
Fran, quizás tengas razón y allá contextualizado lo dicho por tí, en un debate más general, planteado por los líderes de PODEMOS, entorno al papel de la emoción y la razón en la comunicación. Entendí que habías comprado el relato de PODEMOS, sobre como Pablo se abrio paso en la voragine mediática, escalando puestos en la pole position hasta ocupar el podio mediático(el showman del espectaculo, en la industria mediática). Quizás tus palabras, corto y pego » Estamos en la sociedad del espectáculo, pues utilicemos sus códigos y rebocemos el mensaje político de espectáculo, para que se traguen la pildora sin enterarse.»; «( se busca la emoción en todo momento sin desdeñar la razón, la razón emocionada)»… . me desorientaron sobre que querías decir, en ocasiones nos acaloramos y exacerbamos los acentos, nos pasa a tod@s.
Sin lugar a dudas, la mezcla de contaminación por debates más generales, por mi parte, e inclusión de algunos detalles o ejemplos particulares, por la tuya, provocaron mi mal interpretación.
Estamos de acuerdo en que el marcketing es importante, es una gran verdad de sentido común hoy, casi de perogrullo.
Saludos Cordiales.
Qué tonticos sois Alberto. Mira que os lo dije, Ahí teneis, como los demás aprovechan las buenas ideas…https://www.youtube.com/watch?v=bh_OWMFcA0I Más de 100 mil visitas. Dices que estás en contra de la política espectáculo, pero luego bien que vas a Ana Rosa Quintana, o montais lo de los gatitos en internet . Pero ese purismo tontorrón e idealista que teneis, os debió impedir utilizar un producto estrella del capitalismo y del consumismo como Star Wars para enviar vuestro mensaje. Otros no han tenido tanto pudor y ahí están los resultos. Pero qué tonticos sois.
A Fran, lo del despertar de la fuerza tiene gracia, y rebotará el mensaje sobre la fuerza del estreno. Parece un spot de PODEMOS, y que Alberto sale con los buenos. Tónticos, tónticos no creo que sean, ninguno.