Mientras la Unión Europea y el Banco Central Europeo siguen pensando qué hacer con la deuda griega, Alemania ya ha propuesto una idea que en última instancia es también un programa de reestructuración de la deuda. Tanto el BCE como Alemania están buscando reestructurar la deuda griega porque saben que ésta es insostenible y, sobre todo, impagable en el actual contexto económico. Pero quieren hacerlo sin que se note que se desvían de la ortodoxia y, en cierto sentido, el principal perro guardián de la misma y al que no quieren despertar es a las agencias de calificación.

La problemática no es sencilla e implica tres cuestiones claves. La primera, el efecto sobre el mercado de CDS. La segunda, la repercusión sobre las agencias de calificación. Y la tercera, si realmente funcionará o no.

Cualquier medida que suponga una modificación en la actual estructura de la deuda pública puede suponer un gran número de «eventos de crédito», que son las condiciones bajo las cuales se activan los contratos de impagos (los famosos Credit Default Swap). Un contrato CDS se establece entre quien posee los títulos de deuda pública y cualquier inversor que desea asumir los riesgos de un «evento de crédito» (quiebra, reestructuración, etc.) a cambio de aportaciones mensuales. Recordemos: si yo soy un comprador de deuda pública y quiero protegerme ante el riesgo de quiebra buscaré algún vendedor de protección y suscribiré un contrato CDS con él. Yo le pagaré cada mes una cantidad determinada a cambio de que él se quede con los títulos de deuda en caso de un «evento de crédito».

Si la UE y el BCE deciden reestructurar la deuda pública, sea de la forma que sea, pueden estar activando las cláusulas de muchos contratos de CDS (puesto que como he dicho un evento de crédito no es únicamente una quiebra y puede incluir tantas condiciones sobre el contrato como las partes hayan deseado establecer), lo que significa un movimiento de dinero muy importante con ganadores y perdedores. Y sobre todo si tenemos en cuenta que la mayoría de las veces los CDS se suscriben para especulación y con expectativas de gran rentabilidad (no requieren inversión inicial: únicamente pagan si hay eventos de crédito) Todo ello puede provocar que muchos inversores tengan que asumir pérdidas importantes. Grecia no es muy grande, pero estas operaciones pueden dislocar un poco más el sistema financiero.

En segundo lugar, las temidas agencias de rating. Alemania ha propuesto una prórroga en el pago de la deuda. En sentido estricto no es un impago porque la carga de la deuda sigue siendo la misma para Grecia. Lo único que supone es que da tiempo a Grecia para ir devolviendo la deuda y libera al país de la obligación de seguir endeudándose a corto plazo para pagar la propia deuda. Pero las agencias de calificación van a entender ese movimiento como una forma de incumplimiento del contrato (lo que es cierto) y van a rebajar aún más la calificación de la deuda. Y eso llevará a otra vuelta de tuerca más, encareciendo el endeudamiento público e incrementando la rentabilidad de los títulos de deuda.

En tercer lugar, la operación propuesta por Alemania se basa en la idea de que Grecia no podrá pagar su deuda en el corto plazo pero sí podrá hacerlo en el futuro. Eso significa que los alemanes creen que los planes de ajuste impuestos a Grecia funcionarán y le permitirán incrementar los ingresos y reducir los gastos, pudiendo de esa forma pagar la deuda en el futuro. Me parece una hipótesis incorrecta. Los planes de ajuste van a reducir también los ingresos al producir un estancamiento mayor de la actividad económica, tal y como hemos dicho otras veces, y por lo tanto la relación ingresos/gastos se mantendrá. O lo que es lo mismo: con esas políticas Grecia tampoco podrá pagar sus deudas a largo plazo. Vamos, que la propuesta de Alemania alivia en el corto plazo pero no resuelve el problema.

La resolución del problema en mi opinión pasa por romper con la ortodoxia en todos los planos. Y eso significa que hay que reestructurar la deuda a partir de criterios sociales, prohibir la calificación de las agencias privadas y sustituirlas por una agencia pública independiente, regular activamente el mercado de CDS, nacionalizar las entidades financieras y con ellas financiar al Estado, financiar directamente con el BCE e iniciar un programa de ajuste encaminado a reactivar la economía por el lado de la demanda.